lunes, 28 de enero de 2019

...Y EN FEBRERO

En Febrero y antes de sufrir una nueva burbuja inmobiliaria nos haremos eco de una ganga de vivienda de lujo con embarcadero incluido y a muy buen precio, si es que logras sobrevivir en ella.

viernes, 18 de enero de 2019

HALLOWEEN (HALLOWEEN, 2018) 106´



Dos periodistas que se encuentran realizando un reportaje de investigación sobre la matanza de Haddonfield del 31 de Octubre de 1978, visitan tanto a Michael Myers en su encierro de cuarenta años en el manicomio de Smith´s Grove como a Laurie Strode en su aislada y atrincherada propiedad. Descubren así a un Myers que lleva décadas sin interaccionar a ningún estímulo, mientras que Laurie lleva todo ese tiempo dedicada a prepararse para un nuevo enfrentamiento con su atacante, que sabe se producirá tarde o temprano. 



La productora Blumhouse, que lleva años revolucionando el género de terror a base de producciones de presupuestos ajustados pero muy cuidadas a todos los niveles, se ha aventurado a resucitar la saga Halloween, poniendo para ello su vista atrás en el clásico de Carpenter, siendo de hecho una secuela directa de la película de 1978, y por lo tanto obviando todo lo narrado en las diferentes continuaciones que han ido apareciendo a lo largo de los años. Un desconocido dentro del género, David Gordon Green, ha sido el escogido para llevar a buen puerto la propuesta, la cual se antojaba de inicio arriesgada, habida cuenta de la presencia de los guionistas Jeff Fradley y Danny McBride, además del propio Gordon Green, como autores del libreto, ya que estos venían de un género tan opuesto al terror como es la comedia. Afortunadamente no hay ecos paródicos de ningún tipo y lo que si nos encontramos es una película que homenajea al clásico estrenado cuarenta años atrás y ofrece un interesante título dentro de la franquicia, afín además a los nuevos tiempos en los que nos encontramos. 



Jamie Lee Curtis vuelve a ponerse en la piel de Laurie Strode, participando además como productora ejecutiva de la película, lo que evidencia una mayor implicación de la actriz a todos los niveles. Curtis nos obsequia con una involución del personaje que la diera a conocer, convirtiendo a esa timorata y acobardada jovencita en una mujer marcada por los acontecimientos vividos cuatro décadas atrás, lo que le ha llevado a convertirse en una especie de eremita de fuerte carácter y obsesionada con su autoprotección y la de toda su familia. Myers por su parte es interpretado, como es marca de la casa, por un completo desconocido, esta vez el fornido James Jude Courtney, dando la película la posibilidad a Nick Castle, el primer Myers, de darle también vida en un plano. El peso del personaje de Laurie Strode provoca por su parte que veamos pocos personajes interesantes más allá de un nuevo psiquiatra que no logra olvidemos al icónico Loomis, y que además protagoniza uno de los momentos más absurdos e incomprensibles de la película, o unas hija y nieta de Laurie que sirven únicamente para dar aún mayor empaque al protagonismo de Jamie Lee Curtis. Citar por último a Will Patton, veterano actor visto en títulos como Armageddon o Mensajero del futuro, y que compone un interesante personaje como agente de la ley, y también relacionado con la matanza perpetrada en la primera noche de Halloween. 



La película apuesta fuerte desde el principio, con un prólogo que bajo un prisma visual realmente atinado en torno al hospital psiquiátrico en el cual se encuentra Myers recluido, logra dejar claras sus intenciones. De esta manera funciona como consciente continuación del primer Halloween, tomando el estilo de Carpenter en lo que respecta a tirar del suspense como elemento principal a la hora de generar la consabida atmósfera y tensión, jugando en no pocos momentos el director a tratar de engañar al espectador en la búsqueda del susto final. No por ello se ha escatimado a la hora de mostrar el horror generado por Myers en su deambular por las calles de Haddonfield, y es que en una época en la que lo explícito se hace casi necesario, los planos que muestran con todo detalle los desmanes de Myers no se hacen de rogar. 



Todo en la película está trazado en la búsqueda del ansiado enfrentamiento final, cuarenta años después, entre víctima y verdugo, algo que de alguna manera recupera lo narrado en Halloween H20, llevándolo a su máximo apogeo, ya que en este caso Laurie no se ve obligada a enfrentarse a Myers, sino que lo ansia, lo necesita como forma de redimirse con el pasado. Este camino está trufado, como no podía ser de otra manera, de continuos homenajes a la película iniciática, con su prolegómeno en unos títulos de crédito deudores del primer Halloween, pasando por la puesta en escena de determinadas secuencias y que imitan conscientemente lo visto ya cuatro décadas antes, hasta el inevitable guiño en multitud de escenas, como en aquella en la que es la nieta de Laurie la que mira por la ventana del instituto para encontrarse en esta ocasión con la figura de su abuela y no con la de Myers, o esas icónicas sábanas colgadas y mecidas por el viento, hasta la misteriosa desaparición tras caer desde la ventana de uno de los personajes protagonistas con cambio de papeles incluido, por citar solo unos pocos ejemplos. 



También es cierto que hay que objetivizar el fervor propio del fan a la hora de valorar la película, debiéndose haber desechado algunos insertos totalmente innecesarios en el devenir de la trama, como es todo lo concerniente a la relación sentimental del personaje de Allyson, nieta de Laurie, o las intervenciones del Sheriff Barker, momentos que habrían aligerado el montaje final recortando minutos vacíos, con lo que se habría dado un mayor ritmo a la película.



Sin embargo en el balance final podemos sentirnos satisfechos como espectadores de una obra que ha tratado de tomar el espíritu de una película de culto filmada hace cuarenta años y trasladarlo, convenientemente modificado, a un título de género contemporáneo, permitiendo además que Laurie Strode tenga una oportunidad de obtener su ansiada y merecida venganza.  


jueves, 17 de enero de 2019

HALLOWEEN 2 (HALLOWEEN 2, 2009) 105´



Un año después de la masacre de Haddonfield, Michael regresa al pueblo en busca de su hermana Laurie, quien todavía no se ha recuperado emocionalmente de la tragedia vivida. Mientras, el Dr. Loomis promociona y se lucra con su nueva obra literaria, que versa sobre la matanza perpetrada por Myers en la noche de Halloween.



Tras el éxito del remake estrenado dos años atrás, Rob Zombie contaría en esta ocasión con carta blanca para desarrollar la secuela por la senda que deseara, lo que le permitiría, una vez dejados de lado los encorsetamientos propios de un remake de un título tan seminal como era la película de John Carpenter, ofrecer un título aún más personal y arriesgado. El resultado es una estupenda pieza de género que sin embargo tropieza en alguna de sus propuestas más valientes y a la vez desacertadas, pero que hacen que Zombie haga suya la franquicia, construyendo un más que interesante díptico cinematográfico.


Repiten los principales protagonistas supervivientes de la anterior película, con una Scout TaylorTaylor-Compton, que sigue sin tener la pegada que se le presupone a un personaje tan icónico, encontrándonos en esta ocasión a una Laurie Strode desecha psicológicamente tras los traumáticos acontecimientos vividos y narrados en el título pretérito. Malcolm McDowell ofrece un interesante, y comprensible por otro lado, giro a su personaje, convirtiendo al Dr Loomis en alguien aprovechado y algo ruin que ha decidido sacar tajada de un ser como Michael Myers, aprovechando de esta manera Zombie para soltar una indisimulada crítica contra ciertas formas de entender la comunicación. Tyler Mane repite como Michael Myers, toda una extravagancia para una franquicia que se había caracterizado por el cambio constante de protagonista a la hora de dar vida a este tótem del cine de terror contemporáneo, aunque su aportación como ente corpóreo es irreprochable, un Myers para el recuerdo. Brad Dourif y Danielle Harris también repiten papeles, no sucediendo lo mismo con el actor encargado de interpretar al Myers infante, ya que Daeg Faerch, encargado de dicho rol en el primer Halloween de Zombie había dado el estirón. Nuevamente, y tal y como ocurría con la anterior Halloween, volvemos a ser bombardearos por un sinfín de cameos y colaboraciones a destacar. Caroline Williams (La matanza de Texas 2), Richard Brake (31), Margot Kidder (Navidades negras, Terror en Amityville, Superman), Duane Whitaker (Pulp fiction, Feast), Mark Boone Junior (30 días de oscuridad, Batman Begins), son solo algunos de los rostros familiares que pululan en la película. Y como no podía ser de otra manera, Zombie recupera el personaje de Deborah Myers vía flashbacks o ensoñaciones, para de esa manera dar su habitual papel a su musa y mujer, Sheri Moon Zombie.


La película se inicia con un guiño a la saga original con esos primeros veinte minutos que son todo un homenaje a la primera de las secuelas, ubicando este prólogo en el hospital donde Laurie está siendo tratada de las brutales heridas sufridas en su primer encuentro con Myers, siendo además este segmento uno de los más destacados de la película. Pero ahí acaba toda interconexión entre sagas, ya que el resto es un tour de forcé en la evolución del trío protagonista principal (Laurie, Loomis y Myers), y en cómo cada uno de ellos trata de sobreponerse, Myers incluido, a lo sucedido y narrado en el primer Halloween. Así pues, Halloween 2 es todo un tratado psicológico de personajes, y mientras que Laurie es incapaz de sobreponerse y mirar hacia adelante, en contraposición con la actitud del personaje al que da vida Danielle Harris, la otra supervivientes de la matanza primigenia, el Dr Loomis aprovecha un hecho dramático en su vida para tratar de extraer algo de provecho, dejando por el camino todo atisbo de empatía, dando lugar a un personaje ególatra y abusivo. En cuanto a Myers, el director se basa en sus ensoñaciones y visiones, en los que su madre es protagonista, para tratar de justificar al personaje. Estos momentos, visualmente oníricos y diametralmente opuestos a una escenografía visual plagada de oscuridad y violencia descarnada, llegan por otra parte a romper el ritmo de la película, sacándote de un, por otra parte brillante, viaje a los infiernos. Lo mismo sucede con un acto final en el que Zombie logra juntar a los tres citados protagonistas, cuyas vivencias discurrían hasta ese momento en paralelo, para ofrecer un cierre algo caótico, precipitado y mal explicado, sin duda lo peor de la película.


Halloween 2 conforma una interesante continuación del universo fílmico de esta saga a través de los ojos de un director muy personal y que en el presente título hace patentes sus mejores virtudes así como sus principales defectos, aunque podemos afirmar sin ningún lugar a dudas que Zombie no traiciona a nadie por el camino.  

miércoles, 16 de enero de 2019

HALLOWEEN, EL ORIGEN (HALLOWEEN, 2007) 114´



Michael Myers es un niño de diez años miembro de una familia disfuncial, lo que le ha llevado a presentar una atracción patológica por la muerte, algo que le llevará a comenzar a matar. Internado en un psiquiátrico tras asesinar a casi toda su familia, allí entablará una relación paterno-filial con el Dr Loomis, quien mejor conoce toda la maldad que esconde la mirada de Myers.



Tras el irregular resultado de Halloween Resurrection, que evidenciaba la necesidad de un descanso para la franquicia, se optó por reiniciarla mediante un remake que además se antojaba necesario teniendo en cuenta los casi treinta años transcurridos desde el estreno del Halloween de John Carpenter. El director escogido para este menester sería Rob Zombie, muy en boga en el circuito del terror más underground tras sus acertadas incursiones en el género con La casa de los 1000 cadáveres y Los renegados del diablo. Zombie, se encargaría igualmente de redactar el guion de la historia, que por una parte bebía de la película homónima escrita por John Carpenter y Debra Hill en 1978 presentando asimismo un primer y segundo acto que tratan de indagar en la personalidad de Myers y en su relación con el personaje de Loomis.



Zombie logró reunir en torno a este esperado remake a todo un elenco artístico de primer nivel, repleto de nombres claves dentro del género de terror así como de la serie B. Malcolm McDowell, todo un especialista en dar vida a personajes torturados como ya demostraa en La naranja mecánica o Calígula, da vida en esta ocasión al Dr Loomis, llegando a lograr que no echemos en falta a Donald Pleasance, consiguiendo además hacer suyo al personaje dotándole de una personalidad propia diferente a la marcada por Pleasance en sus cinco intervenciones anteriores. Jamie Lee Curtis sería sustituida por Scout Taylor-Compton, aunque en este caso no olvidaremos el trabajo de Curtis en detrimento del de la joven intérprete que se limita a brindarnos una scream queen al uso. La extraña presencia del joven Daeg Faerch le sienta realmente bien al personaje de un Myers de diez años con un peso muy importante en el devenir de la trama, siendo reemplazado por el colosal Tyler Mane (Dientes de Sable en X Men), quien con sus más de dos metros y ciento treinta kilos de peso nos ofrecerá al Michael Myers más imponente de todos cuántos han pasado por la franquicia. Como no podía ser de otra manera en una película dirigida por Rob Zombie, su esposa y musa, Sheri Moon Zombie, tiene un papel destacado como madre de Myers, siendo además una de las mejores interpretaciones de esta actriz, presente en toda la filmografía de Zombie. Respecto al resto del inabarcable elenco, supone todo un reto para el aficionado disfrutar con las apariciones de nombres como los de Sid Haig (La casa de los mil cadáveres), Sybil Danning (Aullidos 2), Ken Foree (Zombie), Daryl Sabara (Spy Kids), Dee Wallace (Aullidos, Critters), Leslie Easterbrook (Loca academia de policía), Bill Moseley (La matanza de Texas 2), Tom Towles (Henry, retrato de un asesino, el remake de La noche de los muertos vivientes), Danny Trejo (Machete), Clint Howard (El vendedor de helados), Udo Kier (Carne para Frankestein, Blade), Richard Lynch (Los bárbaros), William Forsythe (Erase una vez en América) o Brad Dourif (Muñeco diabólico), contando además con el guiño de ver a Danielle Harris (protagonista de la cuarta y quinta entrega), interpretando el papel de una de las amigas de Laurie.





Zombie nos ofrece con este Halloween un perfecto ejemplo de remake de libro, y es que, tomando como base y con un respeto absoluto la obra de Carpenter, el director ofrece una obra propia, con su característico sello visual comandado por una fotografía sórdida, una ambientación malsana y una mayor degradación en el tratamiento de las secuencias, existiendo en las casi dos horas de metraje de la película dos parte muy claramente diferenciadas.



Y es que los primeros sesenta minutos son una aportación absoluta de Zombie a la psique de Myers, abordando la niñez de este personaje donde el maltrato, el abandono y la violencia son parte inherente en su día a día, construyendo de esta forma a un ser aislado socialmente, algo perfectamente apuntado en su constante utilización de caretas como forma de evadirse de una autoconsciente tendencia al mal, y es que como bien apunta el propio personaje a su madre sobre su obsesivo uso de máscaras, “Esconden mi fealdad”. Precisamente la relación de absoluta ternura y cariño entre madre e hijo es otro interesante apunte puesto por Zombie sobre el tablero, siendo el trágico final de ella el catalizador para que Myers inicie una nueva vorágine de muerte y destrucción. Lo mismo sucede con la interacción entre los personajes de Myers y Loomis, construida a lo largo de este tramo inicial y que sirve para justificar la posterior obsesión del personaje al que da vida McDowell por Myers.



Tras esta aportación de Zombie a un personaje que, contrariamente a  lo que hizo Carpenter eludiendo cualquier tipo de explicación que tratara de justificar o racionalizar el posterior comportamiento de este asesino, es analizado creando una sólida base que servirá de fuente de cultivo de toda la maldad que posteriormente eclosionará, llega el momento de replicar lo narrado en la película de 1978, sabiendo el director refilmar las escenas más icónicas aportando su particular estilo. Es en el excesivamente alargado clímax final donde Zombie deja patente que Carpenter fue mucho mejor a la hora de generar suspense con un enfrentamiento final entre Laurie y Myers más conciso y no por ello menos aterrador. La principal diferencia entre la obra de Carpenter y Zombie llegados a este punto es, no solo el diferente tratamiento psíquico del personaje de Myers, sino el diferente concepto que de este hacen ambos. Así, mientras en la película de 1978 era presentado como una figura oculta entre sombras, casi un ente espiritual que da más miedo por su aparente capacidad para la omnipresencia, en el remake de 2007 Myers es una máquina de matar amparada en un físico de titán con una fuerza brutal que le convierte casi en imparable. 



Un interesante reinicio de la saga que sabe respetar al clásico pero imbuyendo a Halloween en una nueva forma de hacer y ver el cine de terror, y concretando aún más, que personaliza en la película las fobias, filias y manías de un director tan personal a la hora de rodar como es Zombie. Myers había resurgido de sus propias cenizas. 

martes, 15 de enero de 2019

HALLOWEEN RESURRECTION (HALLOWEEN RESURRECTION, 2002) 84´



Doppelganger es un reality show que se proyecta por internet, y que ha decidido llevar a cabo una emisión en directo desde la casa abandonada en la que Michael Myers pasara sus primeros años de vida para acabar asesinando a su hermana en la noche de Halloween de 1963. Pero al llegar al lugar los participantes del show ignoran que no se encuentran solos en la morada. 



Tras el destacado éxito comercial de Halloween H20 era evidente que los productores de la franquicia iban a seguir explotando la gallina de los huevos de oro, en este caso a Michael Myers, teniendo que pasar sin embargo cuatro años para ver estrenada esta octava entrega. Curiosamente, Rick Rosenthal, quien fuera responsable de la segunda parte de la saga, y por ende, director de una de las mejores continuaciones de toda la franquicia, firma esta continuación, la cual se encuentra en las antípodas de su anterior trabajo dentro de la saga, esto es, se trata de una de las peores cintas sobre Michael Myers de todas las que llevamos estrenadas.





La película pudo contar con la presencia como reclamo de Jamie Lee Curtis, quien protagoniza un prólogo inicial de quince minutos totalmente independiente del resto de metraje, lo que evidencia en este 2002 la ya notoria influencia de la saga Scream dentro del propio género slasher. Este tramo por otra parte es el más logrado de toda la cinta, siendo curiosa cierta sensación de desapego de la propia Jamie Lee Curtis de esta entrega, algo que justificamos en un poster que ni siquiera tiene una imagen actual de la actriz, y que  toma prestada una imagen promocional de esta de Halloween H20. El resto del elenco artístico es un total despropósito en cuanto a personajes e interpretaciones, quedando la protagonista principal, Bianca Kajlich, muy pero que muy lejos de las hechuras no solo de la propia Curtis, sino del resto de los diferentes intérpretes responsables de cargar con el rol de víctima principal en títulos anteriores, la pequeña Danielle Harris incluida. El rapero y actor Busta Rhymes pretende emular al simpático personaje al que diera vida Ll Cool J en la anterior entrega, ofreciendo sin embargo una actuación paródica y sobreactuada, que llega a sacarnos de la tensión de la película. La modelo Tyra Banks completa el espectro de actores negros, tratando indisimuladamente la película de llegar a este tipo de público, potencialmente muy goloso de cara a la taquilla. Resaltar de entre un grupo de totales desconocidos y por curiosa la intervención de Thomas Ian Nicholas, uno de los protagonistas de la saga American Pie. Michael Myers es interpretado en esta ocasión por el especialista Brad Loree.



Como decíamos, la película se inicia con un interesante, y con todo valiente prólogo en lo visual, pero en el que hay que denunciar la insulsa y forzada explicación que se da para relatar el porqué Michael Myers no ha muerto tras haber sido decapitado por el personaje de Laurie Strode en la película anterior. Esto da una sensación, que además se mantiene en la historia central, de una base argumental con alguna idea interesante que sin embargo ha sido pobremente desarrollada a la hora de dar forma definitiva al guion. Si en el arranque de la película veíamos la herencia de Scream y secuelas, no podemos obviar la película de 1999 El proyecto de la bruja de Blair, cuyo inesperado y brutal éxito rescataría el género del falso documental o metraje encontrado. Algo de esto vemos en la película, reflejado en el uso de las cámaras que plagan la casona en la que viviera Myers y su familia y que incluso los propios protagonistas llevan consigo. Una buena idea sobre el papel pero que a la hora de trasladarse a la pantalla acaba por resultar cargante y mareante, en parte debido a un montaje caótico y demasiado frenético a la hora de jugar con los diferentes puntos de vista de una misma secuencia, lo que acaba por marear al espectador.





Otro de los principales puntos débiles de la película es su apuesta por un tono de humor, concentrado en el personaje de Busta Rhymes, que rompe la intencionalidad de la película a la hora de generar tensión. Esta idea se plasma a la perfección en el último cuarto de hora, y es que mientras el personaje de Sara es perseguida y acosada por Myers a lo largo de la casa, siendo guiada esta a través de su Smartphone por un personaje ubicado en el exterior y que está siguiendo el reality desde un ordenador, nos encontramos con uno de los mejores momentos de la película, con una buena construcción de la secuencia y un  manejo de la tensión que nos hace creer que el epílogo estará a la altura del prólogo, salvando de esta manera a la película de la quema. Pero es en el momento en que el personaje al que da vida Busta Rhymes que entra en plano, que el humor más simplón y las resoluciones más absurdas tienen cabida, algo que penaliza inclusive al propio Myers, que pierde buena parte de su empaque conceptual a mayor gloria del personaje de Rhymes.   



Es así como esta octava entrega tira por tierra todo lo recuperado por Halloween H20 en cuánto a renacimiento de la saga, ofreciendo un trabajo que no gustaría a la crítica y tampoco contentaría al gran público, haciendo obligado un renacer a la saga mediante un remake que llegaría cinco años después.

jueves, 10 de enero de 2019

HALLOWEEN H20 (HALLOWEEN H20, 20 YEARS LATER, 1998) 86´



Han transcurrido veinte años desde la fatídica noche del 31 de Octubre de 1978. Ahora, Laurie Strode vive como Keri Tate junto a su hijo en el norte de California, donde imparte clases en un elitista instituto, pero a pesar del largo periodo de tiempo transcurrido, aún vive con el miedo de que su hermano, Michael Myers, regrese a terminar lo que un día comenzó. 





El éxito de Scream en 1996 y el consiguiente resurgir que devino del género slasher para adolescentes, unido al hecho de celebrar en 1998 el vigésimo aniversario de La noche de Halloween, animó a Dimension Films a llevar a cabo la producción más ambiciosa a nivel presupuestaria de la franquicia. El éxito que la película tuvo a nivel de taquilla da buena prueba que no se equivocaron. La película contó con la colaboración de Kevin Williamson, excelente reclamo y todo un nombre dentro del cine de terror de la segunda mitad de la década de los noventa como responsable de los guiones de la propia Scream, The faculty o Se lo que hicisteis el último verano. Steve Miner, otro grande dentro del horror y responsable de dirigir la segunda y tercera entregas de Viernes 13, House, una casa alucinante o Warlock, el brujo, fue quien se puso detrás de las cámaras.





Si la película no racaneo a la hora de contar con grandes nombres dentro del género que dieran empaque y calidad a esta séptima entrega, así fue también en el apartado interpretativo, lográndose recuperar para la saga a Jamie Lee Curtis, quien deja de lado su papel de víctima indefensa y acosada en constante huida para adoptar el rol de mujer fuerte, segura y decidida, dando además una vuelta de tuerca entre Laurie y Myers en las secuencias finales que es uno de los alicientes de la película. La cinta tuvo lo fortuna de contar con un puñado de jóvenes actores que con el tiempo alcanzarían cierto renombre en Hollywood, como es el caso de Josh Hartnett (Pearl Harbour), Michelle Williams (nominada al Oscar en varias ocasiones) o Joseph Gordon-Levitt (Origen, El regreso del caballero oscuro), quien se convertirá en la primera víctima de la cinta. No podemos obviar la presencia de Ll Cool J, quien iniciaría en Halloween H20 una sana costumbre, y es la de convertirse en superviviente en películas de terror, haciendo lo propio en Deep blue sea, así como el guiño de los responsables de la película a la propia Jamie Lee Curtis dando un breve papel a su madre, Janeth Leigh, con soniquete de Psicosis en su presencia incluido. Nuevamente un especialista de acción sería el encargado de ponerse la máscara blanca de asesino, en esta ocasión Chris Durand.



Halloween H20 omite de manera consciente toda la saga desde su segunda entrega, siendo una continuación de esta y obviando todo lo presentado en el resto de títulos pretéritos respecto a Jamie, la hija de Laurie, y protagonista de la cuarta y quinta película, con aparición también en la sexta parte. No olvida sin embargo la importancia del doctor Loomis en la serie, rindiendo a su manera su correspondiente homenaje a este personaje y de manera implícita al actor que le dio vida.





La película se comporta durante buena parte de su exiguo metraje en un slasher noventero al uso y bastante light en cuanto a la utilización de la sangre se refiere. Apenas hay un puñado de asesinatos y estos se muestran en pantalla sin demasiados efectismos. Parece que todo está supeditado al citado enfrentamiento final entre Laurie y Michael, sin duda lo mejor de la película, que además logra levantar una trama bastante insulsa e insustancial. El resto de personajes, incluido el propio hijo de Laurie, no son sino meras comparsas sin peso de los verdaderos protagonistas, unos hermanos que trataran de dar por finiquitadas sus diferencias a golpe de cuchillo y hacha.


miércoles, 9 de enero de 2019

HALLOWEEN 6, LA VENGANZA DE MICHAEL MYERS (HALLOWEEN 6, THE CURSE OF MICHAEL MYERS, 1995) 87´



Durante un extraño ritual pagano una joven da a un luz a un bebe el cual es separado de su madre y marcado con sangre. Ayudada por una de las enfermeras presentes en la ceremonia, consigue escapar, siendo la matrona asesinada instantes después por Michael Myers.



Tras hacerse con los derechos de la franquicia, Miramax se aventuró a producir una nueva entrega de la saga protagonizada por Michael Myers tras varios años de ausencia motivada por el decreciente interés por parte de los espectadores de las últimas entregas estrenadas. Su guionista sería Daniel Farrands, un ferviente admirador de la franquicia que se propuso devolverle su status dentro del cine de terror mediante una historia que entroncara directamente con la primera entrega dirigida por John Carpenter, tratando además de dar sentido a las incoherencias presentadas en la película anterior. Hay que decir que logra su objetivo solo a medias, aunque posiblemente más por los remontajes impuestos y cierto caos durante la filmación de la película, y que llevarían a presentar posteriormente un producer´s cut con ciertas diferencias respecto a la versión estrenada en su día. Dirige Joe Chappelle, responsable también de la simpática Phantoms, y quien realiza un trabajo eficiente apoyado en un solvente equipo técnico.


Donald Pleasance da vida por última vez al doctor Loomis, quien vive retirado y disfruta de una jubilación autoimpuesta, cuándo es solicitado su regreso al hospital psiquiátrico de Smith´s Grove. Pleasance, quien contaba por aquel entonces con setenta y seis años, da vida a un Loomis cansado, apagado, en un perfecto reflejo de cómo se encontraba el propio actor, quien moriría el mismo año de estrenarse la película, la cual está dedicada a su memoria. Ante la imposibilidad de contar nuevamente con Danielle Harris para dar vida a Jamie, personaje que aparece únicamente en el primer acto de la película, se contó con J. C. Brandy, lo cual es una lástima, porque nos hubiera gustado volver a disfrutar de la actuación de la joven actriz. Lo mismo sucedió en el caso de Brian Andrews, que en la película de 1978 diera vida a Tommy, el niño del que cuida el personaje de Jamie Lee Curtis, siendo sustituido por el hoy famoso Paul Rudd (Ant Man). La bella Marianne Hagan es otra de las protagonistas, junto al niño Devin Gardner, anodina interpretación que pone todavía en mayor valor lo hecho por Danielle Harris en los títulos anteriores. La película recuperaba para la ocasión a George P. Wilbur a la hora de dar vida a Myers, quien ya había interpretado al serial killer en la cuarta entrega, participando además como especialista en la quinta.


Como decíamos antes el guion de Daniel Farrands rinde pleitesía al trabajo inicial de Carpenter y Hill recuperando personajes y escenarios de la primera entrega, pero por el camino, y en su interés por explicar demasiado en relación a la figura de Myers, acaba por restarle enteros a un personaje que resulta más amenazador cuánto menos se sepa de él. Es relevante además como vuelve su mirada sobre antiguos rituales y ceremoniales paganos, un poco en la misma línea ya utilizada en Halloween 3, el día de la bruja, que curiosamente era la única entrega desligada abiertamente del personaje de Michael Myers. Si bien por momentos este personaje pierde muchos enteros, concretamente mientras lo vemos convertido en una especie de siervo de este culto maligno, vuelve a ganar posiciones en el momento en que rompe, como solo Myers sabe, con este grupo de ocultistas, esto es, a sangre y cuchillo.  


La película presenta unas muertes convincentes aunque sin pegada, y un manejo del suspense que si bien en algún momento se presenta algo forzado, principalmente por alargar las escenas más de lo necesario, devuelve parte de la dignidad perdida a la saga en la entrega anterior. Nuevamente  hay que recalcar como elemento negativo un final abrupto, en esta ocasión con el plano de la máscara de Michael Myers, un grito de Loomis y una calabaza encendida. Si tenemos en cuenta además se trataba de la última aparición de un personaje tan importante en la saga como era el doctor Loomis se merecía un epílogo a la altura. Y es que Pleasance es parte importante de Halloween, concretamente uno de sus tres pilares fundamentales.     

martes, 8 de enero de 2019

HALLOWEEN 5, LA MALDICIÓN DE MICHAEL MYERS (HALLOWEEN 5, THE REVENGE OF MICHAEL MYERS, 1989) 96´



Ha pasado un año desde los terribles acontecimientos vividos por Jamie y Rachel, permaneciendo desde entonces la pequeña ingresada en una institución mental para niños donde lleva todo este tiempo con pérdida del habla. Pero llega nuevamente la noche de Halloween, y la figura de Myers regresará a Haddonfield, estableciéndose entre él y Jamie una fuerte conexión mental. 





Inmediata continuación estrenada solo un año después de la cuarta entrega y que supone una decepción importante tras haber podido disfrutar de unas entregas, que si bien disminuían en calidad progresivamente, si que tenían siempre elementos que las hacían lo suficientemente atractivas para ese público ansioso por seguir disfrutando de las andanzas de Myers y familia. No sucede lo mismo en esta ocasión, donde contamos con una dirección de Dominique Othenin-Girard totalmente plana y lineal, y sin un solo elemento destacable, siendo este un elocuente síntoma de lo que es esta quinta entrega, simplemente un enlace, un nexo de unión entre la cuarta y sexta películas, algo que queda patente en un final totalmente abierto, algo que descoloca aún más al espectador, quien acaba por encontrarse con un título filmado a medias. 


Donald Pleasance se mantiene al frente del reparto, dando vida a un Dr Loomis que continua en su espiral de absoluta obsesión por el personaje de Myers, algo que le lleva a una autodestrucción progresiva, convirtiéndose ambos, con el paso de cada una nueva entrega, en unos excelentes antagonistas. La pequeña Danielle Harris sigue resultando realmente convincente en el papel de Jamie, siendo de hecho de lo mejor a nivel interpretativo de la saga. También la actriz Ellie Cornell retoma su personaje de Rachel, siendo su eliminación en el primer tercio de la película uno de los muchos errores de esta quinta entrega, tratándose como era de uno de los pocos personajes con los que el espectador había llegado a empatizar de una manera importante, frente a una mayoría de personajes de relleno y sin peso en la película. Siguiendo con la tendencia de cambiar de actor con cada nueva entrega, en esta ocasión el papel de Michael Myers recae en un desconocido Don Shanks, limitándose a servir de presencia corporal de este icónico asesino.



La película es una suma de errores que se inicia con un escena de transición entre la cuarta y quinta entrega y que presenta al personaje de Michael Myers siendo recogido y cuidado por un vagabundo, al más puro estilo Frankestein, tan innecesaria como ridícula, con una resolución igualmente absurda, y que resta empaque al propio personaje de Myers. De esta forma nos encontramos con un guion totalmente deslavazado, lleno de incongruencias, tramas no justificadas, con la aparición de un misterioso personaje que en ningún momento se explica, una Jamie que tras un año de mutismo recupera inesperadamente el habla, una conexión mental entre este personaje y Michael Myers que acaba por no tener peso en la resolución de la historia y unos insertos cómicos ridículamente innecesarios y que te sacan totalmente de ese intento de atmósfera de terror tan poco conseguida. 



Por todo ello concluimos que esta continuación acaba por quedar enclavada en nuestro recuerdo como la peor de las diferentes entregas de esta larga saga, ya que no presenta elementos a destacar tampoco en lo que respecta a la ambientación, actuaciones, en su mayoría forzadas y sobreactuadas, ni siquiera en la forma de filmar los ataques de un Myers totalmente asépticos y que ni siquiera llegan a impactar en su vertiente más sanguinolenta, algo que nos escama teniendo en cuenta la presencia en el apartado de efectos de maquillaje de tres talentos en esto del gore como son Robert Kurtzman, Greg Nicotero y Howard Berger. Únicamente la muerte de un personaje como el de Rachel, con quien habíamos sufrido en la entrega anterior, nos impacta, pero únicamente por tratarse del personaje que es. Una continuación totalmente prescindible si no fuera porque se hace necesaria para llegar a entender la posterior entrega de esta franquicia, la cual se demoraría por seis años dado el fracaso que la película de  Othenin-Girar supuso para esta serie de películas, siendo de hecho la menos rentable de cuántas películas sobre el personaje se han llegado a estrenar. Michael Myers había tocado fondo.

viernes, 4 de enero de 2019

HALLOWEEN 4, EL REGRESO DE MICHAEL MYERS (HALLOWEEN 4, THE RETURN OF MICHAEL MYERS, 1988) 88´



Han transcurrido diez años desde los terribles acontecimientos narrados en la primera entrega. Durante todo este tiempo, Michael Myers ha permanecido en estado catatónico tras sobrevivir a una terrible explosión de gas. Pero durante su traslado al hospital psiquiátrico de Smith's Grove y tras escuchar a  los doctores que le acompañan que tiene una sobrina, la hija de Laurie Strode, despierta de su letargo para continuar su cacería allí donde la dejó pendiente, no sin antes asesinar salvajemente a todos los ocupantes de la ambulancia en la que se encuentra.



Diez años después de estrenada la primera Halloween nos llega esta secuela que retoma al personaje de Michael Myers, algo que queda evidenciado en un título que no podía ser más intencionado, “El regreso de Michael Myers”, evitando de esta manera que el público pudiera pensar se trataba de una nueva propuesta independiente de este personaje, tal y como había sucedido en la tercera entrega. Con John Carpenter fuera del proyecto tras vender los derechos de su película, el resultado no es tan catastrófico como uno pudiera pensar de inicio, siendo de hecho una interesante continuación que además sigue empeñada en trazar una ruta única en la historia de Myers, Loomis y Laurie.



Esta cuarta entrega está dirigida por Dwight H. Little, uno de esos directores todoterrenos que logra brindar un trabajo competente y digno, sobreponiéndose a un rodaje un tanto caótico marcado por un guion que fue redactado en menos de dos semanas ante una inminente huelga de guionistas, y que sin embargo logra crear una continuidad creíble en torno a los personajes y la propia trama. 


Donald Pleasance es resucitado tras haber sido dado por muerto en el final de la segunda entrega, volviendo a encabezar una película que sin embargo no pudo contar con Jamie Lee Curtis, convertida a estas alturas en una estrella con un caché difícil de desembolsar para una producción de cinco millones de euros. La solución a este inconveniente lo encontramos en el personaje de Jamie Lloyd, hija del personaje de Laurie, de quien se cuenta ha fallecido. La jovencísima Danielle Harris, que contaba con once años en aquel momento, interpreta este papel, y hay que destacar lo acertado y maduro de su actuación. Harris acabaría convertida en otra de las actrices ligadas a la franquicia Halloween, permaneciendo además ubicada en el terror en otra interesante saga como es Hatchet o la primera Leyenda urbana, siendo también recordada por encarnar a la lenguaraz hija de Bruce Willis en El último boy scout. Michael Myers es interpretado nuevamente por un especialista de acción, George P. Wilbur, dejándose muy patente que el único requisito para dar vida a este personaje, por otra parte capital dentro de la saga, es el tener una marcada presencia física así como cualidades a la hora de saber encajar todo tipo de impactos y golpes.


Halloween 4 se inicia con un acertado prologo donde somos testigos de la huida de Myers durante su traslado de hospital, destacando del mismo algo que vamos a poder disfrutar en toda la película. Una ambientación muy acertada, por momentos onírica y amenazadora, siendo nuevamente esta entrega una apuesta, como hiciera en su día el propio Carpenter, por el suspense por encima de la utilización de jump scares, algo del todo loable máxime en un momento en el que el terror estaba copado por el slasher más sangriento y el gore.


Otro elemento a destacar es el hecho de ver al pueblo de Haddonfield convertido en un personaje más, ya que en esta ocasión, y contrariamente a lo que sucediera en la primera entrega, el doctor Loomis es totalmente tomado en serio de inicio cuando llega al lugar soltando su perorata de amenazas por la inminente llegada de Myers. Declarado el estado de excepción desde ese mismo momento, Haddonfield adopta las formas de un pueblo fantasma, algo que aumenta la sensación de inseguridad del grupo de protagonistas, quienes acaban encerrándose en una de las casas, imitando de esta forma el comportamiento de los personajes de La noche de los muertos vivientes, incluyendo el atrancamiento de puertas y ventanas para tratar de evitar lo que es inevitable, la irrupción de Michael Myers y con el de una fuerza incontrolable de muerte y desolación. 


Acabar por último rescatando la importancia del personaje de la pequeña Jamie, no solo porque adopta sin ningún complejo el rol de scream queen de la función, acompañada eso si por la actriz Ellie Cornell, quien da vida a su hermana adoptiva, sino por un epílogo que se convierte en otro acierto total de la película, volviendo la mirada hacía la escena inicial de la franquicia, y constatando que Myers no es más que una mera representación del verdadero antagonista de la saga, y que el doctor Loomis está constantemente citando, el mal en estado puro.