GENEROS DE TERROR
domingo, 29 de septiembre de 2019
... Y EN OCTUBRE
En el mes de Octubre repasamos la saga de muertos vivientes dirigida por Romero, así que toca estirar piernas para correr y brazos para estar dispuestos a clavar maderas hasta el agotamiento. Y es que no hay peor enemigo que uno que tiene todo el tiempo del mundo para acabar contigo...
jueves, 26 de septiembre de 2019
VICTOR CROWLEY (VICTOR CROWLEY, 2017) 83´
Han pasado ya diez años de
la masacre perpetrada por Víctor Crowley en los pantanos de Nueva Orleans y el
lugar se ha convertido en un paraje plagado de entusiastas de las leyendas del
lugar. Andrew, el paramédico superviviente de la brutal matanza, se encuentra de
promoción del libro que ha escrito y en el que describe los horrores vividos en
los pantanos tiempo atrás, y aunque su intención era la de no volver a pisar
jamás ese lugar, no puede dejar pasar la oportunidad de recibir un enorme
cheque si acepta participar en un reportaje en las localizaciones en las que
todo aconteció.
Siete años después de
estrenada la última de las entregas sobre Víctor Crowley, el propio Adam Green
abordó esta vuelta a la saga como una terapia a través de la cual enfrentarse a
una catarsis personal propiciada por el fallecimiento de dos grandes del terror
como eran Wes Craven y George A. Romero, a quienes está dedicada la cinta, a lo
que se uniría la separación de su mujer en 2014, quien además formó parte de
las anteriores entregas de Hatchet, y que en esta ocasión sigue presente en la
película pero en forma de puyas vertidas a través de uno de los personajes de
la película.
Parry Sheen continua
protagonizando la saga, en un extraño giro por el cual ha pasado de secundario
gracioso en la película de 2006 a único intérprete que ha aparecido en toda la
tetralogía junto a Kane Hooder, auténtico alma mater de Hatchet, no solo por
encarnar al deforme y letal protagonista, sino por servir de figura a través de
la cual fundamentar ese homenaje que esta saga supone para ese cine de género
rodado en los ochenta, gamberro, sin pretensiones y con el uso de efectivos y
efectistas trucaje físicos a la hora de recrear el gore presente. Adam Green no
abandona su cameo de rigor, y si que es cierto que se echa en falta alguna
aparición más de intérpretes relacionados con el terror, máxime tras lo visto
en las entregas anteriores, aunque si podemos citar a gente como Tyler Mane
(Halloween) o ese guiño final con el regreso de Danielle Harris.
Tras la aparente seriedad de
la tercera entrega, en esta ocasión Green vuelve al desfase más absoluto,
ofreciendo de hecho la entrega con un humor más irreverente, escatológico y
absurdo, algo que podemos apreciar ya en el mismo prólogo. La película, dentro
de esta línea auto paródica, incluye varios personajes de auténtica pantomima,
graciosos sin gracia que hacen aumentar más esa dicotomía entre lo absurdo y lo
brutal que posee toda la serie de películas de Hatchet. Hay que decir que, si
bien la película no se corta a la hora de excederse en lo que a imaginario de
casquería se refiere, si que es patente una disminución en el número de escenas
de corte sanguinolento, algo posiblemente potenciado por una disminución de
presupuesto respecto a Hatchet 3. Aunque no hay que alarmarse, ya que poco gore
en Hatchet es decir mucho.
La película sí que tarda más
en arrancar que en ocasiones anteriores, siendo la presentación de los
personajes y situaciones algo más
estirada, que no aburrida, para acabar centrando el foco de la historia en un
avión privado estrellado en medio de los pantanos, hogar de Víctor Crowley, y
con un grupo de personajes tratando de sobrevivir ante una situación tan
dramática. El resto, más de los mismo, un cúmulo de
escenas a través de las cuales nuestro deforme protagonistas va aniquilando uno
a uno y de las maneras más salvajes y explícitas posibles, al grupo de
inconscientes viajeros que osan penetrar en su territorio. Una fórmula que en
este caso, aunque nunca llega a acabar siendo aburrida, si manifiesta cierto
agotamiento, lo que aconsejaría dejar al bueno de Victor Crowley descansar una
buena temporada, lo que de paso ayudaría a no acelerar la despoblación de las
zonas pantanosas de Luisiana. Una película que, como sucede con el resto de la
saga, es más disfrutable por alguien con cualidades cinéfagas que por un fan
del terror más purista
sábado, 21 de septiembre de 2019
HATCHET 3 (HATCHET 3, 2013) 78´
Una joven irrumpe en una comisaría
de policía de Nueva Orleans, se encuentra totalmente empapada en sangre y barro
y porta un trozo de cabellera de una cabeza humana. Una vez reducida por los
agentes, les indica a estos que se llama Marybeth Dunstan y que acaba de
sobrevivir a un encuentro en los pantanos con Víctor Crowley, no habiendo
tenido sus compañeros de viaje la misma fortuna que ella, con lo que la zona
que rodea la cabaña de Crowley se encuentra atestada de cadáveres y restos
humanos.
Green da por finiquitada la trilogía inicial, que era el
proyecto que barruntaba desde un inicio, con esta entrega que nuevamente
continua la historia allí donde había acabado la cinta anterior, conformando de
hecho estas tres películas una obra única de cuatro horas que podría incluso verse
del tirón dada la linealidad que mantienen las tres. En esta ocasión Green únicamente
se centra en labores de escritura de guion y producción, delegando la tarea de
director a B.J. McDonnell, quien ejerciera de operador de cámara en las dos
anteriores entregas de Hatchet, y que de hecho nos ofrece un solvente trabajo
que respeta además el estilo visual ofrecido por Green con anterioridad,
pudiendo de hecho ofrecer un mejorado look en base al mayor presupuesto
manejado en esta ocasión.
Danielle Harris continua dando vida a Marybeth, haciendo Kane
Hooder lo propio con el personaje de Víctor Crowley, presentándonos la película
una nueva batida de actores icónicos del género, lo que nos permite
encontrarnos con nombres como los de Zach Galligan (Gremlins), Caroline
Williams (La matanza de Texas 2), Derek Mears (Viernes 13) o Sid Haig (La casa
de los 1000 cadáveres). Por si lo dudaban, no falta el esperado cameo del
propio Adam Green, en esta ocasión como uno de los detenidos que aparecen en la
comisaria, pudiendo volver a ver nuevamente, y para sorpresa del espectador, a Parry
Sheen dando vida a un nuevo personaje, ya que en sus anteriores apariciones en
Hatchet y Hatchet 2 acababa defenestrado a manos de Crowley. Otra que vuelve a
la saga es Rileah Vanderbilt, en el momento de filmar la película esposa de
Green, y que si en la primera y segunda entrega se encargó de dar vida al joven
Víctor Crowley, cambia de registro en esta ocasión para interpretar a uno de
las integrantes del SWAT enviados para tratar de contener la matanza que está
teniendo lugar en los pantanos.
Siendo fiel al estilo iniciado por Green en la primera
entrega, se nota que el autor de los tres guiones es una misma persona, nos
encontramos sin embargo ante la película más seria de la trilogía, obviando
buena parte del humor más absurdo y socarrón que podíamos encontrar en el
primer Hatchet y sustituyendo este por un tono de comedia referencial
propiciado por disponer ya de numerosos elementos propios como saga. A este
respecto podemos citar el momento en que al personaje al que da vida Shen le
indican que hay dos cadáveres con un parecido más que razonable con él, o como
en el momento en que uno de los personajes va a volver a narrar la trágica
historia de Crowley, visto ya en las dos películas anteriores, es bruscamente
interrumpido para evitar caiga nuevamente en el redundante flashback. Podemos
de esta forma hablar de Hatchet 3 como la más madura de la saga, habiendo por
fin encontrado el equilibrio justo entre el horror y la parodia.
Nos encontramos por otra parte en la primera película de la
franquicia que aborda la narrativa de dos historias en paralelo, de una parte
el enfrentamiento entre los agentes y Víctor en el pantano y de otra los
intentos de los personajes de Caroline Williams y Danielle Harris buscando
detener a un ser que saben no pueden matar de la manera tradicional. De hecho
es en Hatchet 3 donde más secuencias en exteriores se han filmado, y aunque los
habituales momentos rodados en un estudio perfectamente caracterizado como una
zona pantanosa vuelven a sucederse, hay que agradecer ese interés por no siempre
mover la montaña a Mahoma, sino también hacer el movimiento inverso, ubicando
la filmación en parajes naturales.
Tercera entrega que mantiene en esencia el espíritu de toda
la saga, incidiendo donde las anteriores películas mejor habían funcionado y
conformando un conjunto salvajemente entretenido, perfectamente conocedor de cuál
es su sitio como franquicia y que desde la honestidad de su propuesta se presenta como sentido homenaje a todo un
estilo de películas de terror que tendrían su momento de mayor apogeo en la
lejana década de los ochenta. Y todo ello a pesar de que Crowley no entienda de
sentimentalismos baratos, y si de violencia descarnada y brutal.
martes, 10 de septiembre de 2019
HATCHET 2 (HATCHET 2, 2010) 85´
Marybeth consigue huir del
pantano en el que mora Victor Crowley, erigiéndose como la única superviviente
de una noche de muerte y sangre. Sin embargo está decidida a volver al lugar
para cobrarse justa venganza del asesino de su padre y hermano, para lo cual
pedirá la ayuda del Reverendo Zombie, quien tratará de reunir a un grupo de
experimentados cazadores, siendo sus intenciones y motivaciones muy diferentes
respecto a las de Marybeth.
Adam Green vuelve a escribir
y dirigir esta secuela que continua la historia allí donde había finalizado la
película de 2006, repitiendo el esquema de ubicar a un nutrido grupo de
personajes en los pantanos donde deambula Victor Crowley con la única finalidad
de servir de carnaza a las ansias depredadoras de este ser, para deleite de los
aficionados a la casquería que volverán a disfrutar del trabajo de los
responsables de unos efectos especiales que insisten en trabajar con efectos
protésicos y físicos de la vieja escuela, dejando de lado totalmente el uso de
la infografía, como bien queda demostrado en la utilización de decenas de litros
de sangre artificial y que duplica a la usada en la primera parte. Y aunque el
mago de los FX John Carl Buechler ya no está al frente de esta área, aunque si
aparezca en pantalla, seguimos disfrutando de una ingente cantidad de efectos
gore, salpicaduras de sangre (todo un referente de la saga), y miembros
amputados por doquier.
El personaje principal,
Marybeth Dunstan deja de ser interpretado por Amara Zaragoza para adoptar las
facciones de Danielle Harris, ganando este personaje al darle vida esta actriz,
todo un icono dentro del género de terror desde que diera vida siendo solo una
niña a Jamie Lloyd en las entregas numero cuatro y cinco de Halloween, pudiendo
desde entonces disfrutar de su presencia en títulos como El último boy scout, Leyenda
urbana, Halloween, el origen o Blood night, la leyenda de Mary Hatchet. Harris
nos muestra a una protagonista marcada por la terrible noche que acaba de
acontecer y que era narrada en la película de 2006, donde no solo ha visto
morir de las formas más atroces a todos sus acompañantes, sino que ha
descubierto los cadáveres descuartizados de su padre y su hermano, lo que
provoca que su única motivación desde ese momento sea el de vengar sus
asesinatos. Tony Todd deja de ser un mero camero para convertirse en coprotagonista
y villano de la historia, repitiendo de alguna manera el rol que le viéramos
interpretar en Destino final 2. Sorprendentemente, Parry Sheen vuelve a
aparecer en escena a pesar de haber sido su personaje una de las víctimas de
Victor Crowley en la primera entrega, solucionando este ligero inconveniente
otorgándole el papel de hermano gemelo del personaje visto en la primera
Hatchet. Destacar de entre el grupo de cazadores que acudirán al pantano a la
búsqueda y captura de Crowley y que acabaran convertidos en cazadores cazados
dos nombres propios. De una parte el enorme R.A. Mihailoff, que interpretara a
Cara de Cuero en la tercera entrega de la franquicia de La matanza de Texas,
mientras que por otro lado tenemos a Tom Holland, director de películas tan
icónicas dentro del terror ochentero como Noche de miedo o Muñeco diabólico.
Pero Green, a quien en esta ocasión veremos en un breve cameo mientras vomita
tirado en la calle, no olvida a su target principal, y se regodea en un
innumerable número de cameos, concentrado en la turba de paletos que acuden a
la llamada del Reverendo Zombie, entre quienes podemos encontrar a Lloyd
Kaufman (padre de la productora Troma), Mike Mendez (El convento del diablo,
Cuentos de Halloween), Joe Lynch (Km 666 2, Chillerama) o Marcus Dunstan
(guionista de varias de las entregas de la saga Saw o Feast 2). Kane Hooder
continua dando vida a la brutal criatura y auténtica protagonista de la
película, siendo nuevamente sometido a interminables sesiones de maquillaje
para lograr caracterizarse como Victor Crowley.
La película, si bien
mantiene el tono de mala leche y humor vacilón de la primera entrega, adopta un
tono general algo más serio a la hora de relatar este segundo encuentro entre
Marybeth y Victor Crowley, ahondando además algo más en la historia de los
Crowley y como el joven Victor sería maldecido antes de nacer convirtiéndole en
la deforme criatura que acabara siendo, otorgando asimismo una motivación a la hora de convertir a Crowley en el despiadado asesino que es, tratando de esta manera de llenar los huecos entre quien es el verdadero protagonista de la película, el gore más brutal y divertido.
Amena secuela que se apropia de la idea de hacer lo mismo pero más grande. El hecho que tanto Adam Green en la dirección como Will Barratt como responsable de la fotografía continuen al frente de esta segunda entrega la dota de una continuidad absoluta en lo que concierne a concepto e imagen, pudiendo hablar de una misma película fraccionada en dos mitades, aunque el cambio de protagonista femenina sea el obstácula que nos permita verla como tal. Una película tan divertida como su antecesora y que incluso lleva ese punto de locura de la saga un paso más adelante. Advertidos quedan.
viernes, 6 de septiembre de 2019
HATCHET (HATCHET, 2006) 85´
Un variopinto grupo de
turistas con distintas motivaciones realiza una visita guiada por uno de los
pantanos de Lousiana marcado por la
leyenda de Victor Crowley, un ser deforme que vivía en aquel paraje junto a su
padre y que fallecería accidentalmente tras una broma de un grupo de muchachos
de las inmediaciones que acabaría en fatídica tragedia. Repentinamente, el
barco en el que se lleva a cabo la travesía queda encallado en unas piedras,
debiendo abandonar los excursionistas la embarcación para proseguir la ruta a
pie, con el evidente riesgo que esto supone para ellos, ya que la leyenda dice
que Crowley todavía deambula por el lugar, atacando a todo aquel que ose
invadir su territorio.
Adam Green es el máximo
responsable de Hatchet, hábil mezcla de comedia negra y horror que supone una
gamberrada de primer orden por medio de la cual este joven director homenajea a
ese slasher eminentemente ochentero donde el exceso era la carta de
presentación, teniendo a Viernes 13 como referente principal, que no único, a
pesar que este guionista y director cita a Un hombre lobo americano en Londres
como principal fuente de inspiración a la hora de crear Hatchet. La película traslada
todas y cada una de las constantes de esta perversión del subgénero a una acertada
propuesta, que tiene en su falta de pretensiones, su absoluta autoconsciencia y
su ajustado ritmo narrativo, medido en un exiguo metraje de hora veinte minutos,
sus principales valedoras, lo que derivaría en un estimable éxito de la cinta dentro
del mercado al que iba dirigido, básicamente goremaniacos de pro con un regusto
por el humor más mordaz a la par que absurdo y fans del género curtidos en la
sangre, generando una tetralogía que mantendría en esencias las bases de esta
primera película, las cuales se fundamentan en los siguientes elementos.
Creación de un personaje
icónico: Como no podía ser de otra manera, la película, tratando de emular a
los Vorhees, Krueguer o Myers de los ochenta, nos presentaba a su propio
psychokiller de tinte sobrenatural, un enorme tipo plagado de deformidades en
el cuerpo y cara, siendo su atroz presencia coronada por una enorme cicatriz en
el rostro, fruto del accidental hachazo recibido por su padre en el momento en
que trataba de salvar su vida durante el incendio en el que finalmente
perecería. Victor Cromley se caracteriza
además por una fuerza del todo sobrehumana y que le permite destrozar a sus
víctimas de las formas más atroces y visualmente impactantes posibles, ya que
si bien usará para sus sangrientos desmanes motosierras, radiales y sobre todo
una pequeña hacha de doble filo, no escatima el uso de sus propias manos como
mortíferas armas capaces de arrancar cabezas y demás miembros corporales. Sería
Kane Hooder el encargado de someterse a las duras jornadas de maquillaje y
caracterización para dar vida a tan singular personaje. Hooder es uno de esos
especialistas de acción reconvertido en actor, y todo un viejo conocido del fan
del terror por dar vida a Jason Voorhes en nada menos que cinco de las secuelas
del asesino de Crystal Lake, permitiéndole además Hatchet el demostrar su
capacidad como interprete dando vida no solo a la terrible criatura
protagonista, sino a su padre durante el flashback que narra los terribles
hechos que acontecieron en los pantanos tiempo atrás, momento en el que, hay que reconocerlo, no lo
hace nada mal.
Violencia desaforada:
Hatchet se aleja conscientemente del terror más serio apostando abiertamente
por un horror visual, exagerado y superlativo que hace de los desmembramientos,
la sangre a borbotones y las muertes imposibles su carta de presentación, algo
que es posible gracias al excelente trabajo de John Carl Buechler, toda una
institución en el campo de los efectos especiales y responsable de esta área en
películas dentro de sagas tan conocidas como Ghoulies, Pesadilla en Elm Street,
Halloween o Viernes 13, siendo de hecho el director de la cuarta entrega de
Ghoulies y la séptima de Viernes 13. Buechler apuesta por los efectos físicos y
protésicos, dejando de lado el uso de los ordenadores y logrando unos
resultados no solo espectacularmente brutales, sino con un abierto tono nostálgico
dentro de su desagradable explicitud. Podemos de esta manera disfrutar de
desmembramientos, decapitaciones, fracturas y todo tipo de desmanes ejercidos
sobre los cuerpos de las víctimas de Crowley.
Desnudos gratuitos: No
podían faltar en lo que pretende ser un ejercicio de revisión del cine de
terror de los ochenta, centralizados en el innecesario y constante destete de
dos de las integrantes del grupo de excursionistas que precisamente se
encuentran en el lugar para grabar un video contenido erótico. Igualmente en
los primeros minutos de película abundan los desnudos femeninos en forma de
topless, fundamentados en este caso en la celebración del carnaval de Nueva
Orleans, el famoso Mardi Grass. Aprovechar para destacar la acertada
localización de la historia en la festividad más conocida de Nueva Orleans, lo
que genera una ambientación notable y acorde con el estilo de tintes
fantasmagóricos y sobrenaturales de la película.
Cameos icónicos: La saga
abundará en la participación de numerosos rostros conocidos para el seguidor
del terror, ya sea como meros cameos o a través de papeles más desarrollados e
importantes. En esta primera aproximación cabe destacar la aparición en el
prólogo de Robert Englund, para toda una generación el Freddie Krueguer de Pesadilla
en Elm Street, y precisamente por ello, actor afincado en el género del terror.
También cuenta con la breve aparición de Tony Todd, visto en el remake de 1990
de La noche de los muertos vivientes y convertido en icono del terror gracias a
dar vida a Candyman en la película homónima de 1992 y en las secuelas que
habrían de venir después. Incluso el propio John Carl Buechler, responsable de
efectos especiales, tiene su instante en pantalla dando vida al estereotipado borrachín
que trata de advertir al grupo protagonista de los riesgos a los que se exponen.
El propio Adam Green iniciará ya en esta primera entrega una emulación del
mismísimo Alfred Hitchcock con breves escarceos entre fotogramas, siendo en
esta ocasión uno de los jóvenes etílicamente indispuestos de las primeras
escenas. Por otra parte del resto de
actores principales destacar los nombres de Rileah Vanderbilt, la novia en
aquel entonces de Adam Green y que da vida al joven Crowley cubierta bajo capas
de maquillaje, Joshua Leonard, uno de los tres protagonistas de El proyecto de
la bruja de Blair, Richard Riehle, veterano actor visto en infinidad de títulos
dentro de una filmografía de más de trescientas películas, Parry Shen, quien da
vida al guía estafador que acompaña al grupo de excursionistas y cuya presencia
se convertirá en vital dentro de la franquicia o Joel David Moore, un habitual
de series de televisión como Medium, Bones o Forever.
Con todos estos mimbres
Hatchet lograría hacerse un hueco en el corazón del aficionado más irreverente
posibilitando el estreno de hasta tres títulos posteriores donde se aplicaría
la máxima de dar al espectador justamente lo que están esperando, y es en esa
constante por no arriesgar y repetir esquemas, donde curiosamente la saga
hallaría su principal virtud. Que comience la vorágine de muertes imposibles.
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