martes, 1 de enero de 2019

LA NOCHE DE HALLOWEEN (HALLOWEEN, 1978) 91´



“La noche que él llegó a casa”

Con tan solo seis años, Michael Myers asesina a sangre fría a su hermana mayor asestándole numerosas puñaladas con un enorme cuchillo de cocina. Enclaustrado desde entonces en una institución mental, transcurrirán quince años para que este asesino sin alma escape y se traslade hasta Haddonfield, su lugar de residencia, y en la misma fecha del fatídico crimen, 31 de Octubre, la noche de Halloween.



John Carpenter escribió y dirigió, con tan solo dos películas más a sus espaldas, uno de los títulos señeros del cine de terror de los últimos cuarenta años, consiguiendo de paso filmar una de las películas independientes más rentables de la historia del cine, multiplicando su recaudación más de doscientas veces su presupuesto. Carpenter además no se limita a estas dos funciones, componiendo paralelamente un score central que es pura historia del cine de terror, y que con tan solo cuatro notas de piano ha quedado grabado a fuego en la memoria de todo aficionado al género que se precie. No podemos obviar sin embargo la participación de Debra Hill, coautora de la historia junto al propio director, y mano derecha de este tanto en la presente cinta como en producciones venideras tan conocidas como La niebla o 1997, Rescate en Nueva York. Citar asimismo como necesaria para llevar a buen puerto la película la producción de Moustapha Akkad, quien ejercería dicha función  a lo largo de toda la saga y hasta su fallecimiento en 2005. 


Donald Pleasance encabeza el reparto de la cinta, homenajeando de paso a uno de los personajes protagonistas de Psicosis, Sam Loomis, siendo la presencia de Pleasance el principal reclamo interpretativo de la película, dada su extensa trayectoria profesional hasta el momento de estrenarse la cinta. Pleasance, que continuaría ligado a la franquicia en varios de los títulos posteriores, es uno de esos actores todoterrenos capaces de participar en lujosas producciones como La gran evasión o Solo se vive dos veces, así como trabajar en mediocres cintas italianas de serie B de directores tan subversivos como Luigi Cozzi o Antonio Margheriti. Pleasance mantendría con Carpenter una colaboración que abarcaría además de La noche de Halloween títulos como 1997, Rescate en Nueva York y El príncipe de las tinieblas. El trío de jóvenes víctimas de Myers lo integran Nancy Loomis, con una breve carrera interpretativa, en su mayoría ligada a Carpenter, P.J. Soles, a quien ya le había tocado sufrir anteriormente en Carrie, de Brian De Palma, y muy especialmente Jamie Lee Curtis, en el que sería su debut en el cine. Jamie, hija de Tony Curtis y Janet Leigh (víctima en la famosa escena de la ducha de Psicosis, nuevamente la película de Hitchcock se cruza en el camino de Halloween), se convertiría, gracias al éxito de la cinta, en la scream queen por excelencia del cine de terror del momento, rol que además seguiría desempeñando en títulos posteriores como La niebla, del propio Carpenter, Prom night o El tren del infierno. La joven actriz sería junto a Donald Pleasance la otra gran figura nexo de unión de varias de las películas que vendrían después. ¿Y qué hay de Michael Myers? El icónico papel de Myers, que de hecho es mencionado en los títulos de crédito finales de la película como la figura, y a excepción del momento en que le arrancan la máscara, fue interpretado por Nick Castle, viejo conocido y amigo de Carpenter y siempre ligado al mundo del cine, bien en su faceta como director o colaborando en guiones de entre otros, el propio Carpenter. 

La noche de Halloween arranca con una escena icónica y objeto de estudio por su perfecta planificación y filmación, ya que se trata de un plano secuencia magistral que además supone una mirada subjetiva del propio personaje de Myers, y que culmina con el asesinato de su hermana y el momento posterior, en el que sus padres le arrancan del rostro la máscara de payaso que llevaba durante el crimen, instante en que la cámara abandona su papel como mirada del propio niño para mostrar el resto de la secuencia desde la objetividad que da el hacer la toma desde una grúa que eleva el plano. Este hecho no es baladí, ya que es toda una declaración de intenciones de un director que, tomando una película de encargo, deja patente y bien patente su pericia técnica a la hora de rodar y mover la cámara. Y es que con tan solo treinta años, John Carpenter ya mostraba unas hechuras y constantes fílmicas, unas evidentes marcas de la casa, que le convertirían en un referente no solo dentro del cine de terror, sino dentro de lo que podría considerarse cine de autor. 


La película se apoya en todo momento en un manejo magistral del suspense, con una secuencia post créditos igual de terrorífica que el brillante prólogo, y que muestra la fuga de Myers del centro psiquiátrico, donde vemos a todos los perturbados de la institución deambular entre la lluvia como indisimulados émulos de zombies. Carpenter deja patente con La noche de Halloween que tiene una gran pericia narrativa, y la demuestra en esta ocasión aguantando los tiempos pero sin llegar a hacer la escena excesivamente monótona, no tiene prisa por mostrar el momento del asesinato, y prepara dicho instante con precisión quirúrgica para que sea lo más impactante posible. Y habida cuenta del legado que creó parece ser que consiguió su propósito

Hay que destacar la intencionalidad de Carpenter, ya desde la propia escritura del guion, por dotar al personaje de Myers de un aura casi fantasmal, de hecho son numerosos los momentos en que se insiste se trata de el hombre del saco, el mal en estado puro. Refuerza esta idea mostrando a Myers prácticamente durante todo el metraje de soslayo, mediante reflejos, planos alejados, dejándole asomar en plano unos segundos, apoyando además su presencia mediante una respiración constante y tenebrosa. La máscara del personaje es otro elemento deshumanizador, una careta blanca de tinte espectral, una careta por otro lado con historia, ya que se trata de una máscara de merchaindising que representaba la imagen del capitán Kirk, de la famosa serie de televisión posteriormente llevaba a la gran pantalla Star Trek, la cual fue pintada de blanco y ligeramente modificada para de ese modo entrar directamente en la iconografía del  cine de terror. Se crea de esta manera un villano deshumanizado y por ende inmune  psicológicamente, a lo que no tardaría en sumarse una invulnerabilidad física, lo que lo hace todavía más aterrador, ya que nada lo detiene.

Por último reconocer en La noche de Halloween el pistoletazo de salida para la emersión de todo un subgénero dentro del cine de terror como es el slasher, un tipo de cine que si bien no era nuevo del todo (todos recordamos Black Christmas de 1974 por poner un ejemplo notorio, o el propio giallo italiano sobre el que se fundamentaría el mismo slasher), sí que encontró en la película de Carpenter no solo uno de sus máximos exponentes, sino una suma de ideas, tópicos y constantes que a partir de entonces veríamos reproducirse hasta llegar a colapsar las carteleras en la primera mitad de la década siguiente. Así, el personaje de Laurie representa a la final girl por excelencia, una joven apocada, incluso algo timorata y virginal, que sin embargo acaba convertida en merecida superviviente cuándo saca su lado más batallador frente a su acosador. Frente a este personaje tenemos a su opuesto representado en toda esa retahíla de protagonistas del todo liberales que incumplen de manera constante y consciente las normas más básicas de la moral apostando por la promiscuidad, el sexo libre y el consumo de drogas, y que acabaran pagando ese libertinaje con su vida, en la mayoría de ocasiones mediante el uso de armas blancas y no de manera casual, ya que representan cierta semejanza y metáfora de tintes fálicos, como sucede por ejemplo con el enorme cuchillo utilizado por Myers. Otra constante que veremos a raíz de La noche de Halloween es la creación de un antagonista con una destacada entidad propia, no basta con que se trate de un asesino al uso, sino que hay que crear un personaje que tanto visual como conceptualmente tenga fuerza. Y a nadie se le escapa, que dentro de su aparente banalidad, Michael Myers ha entrado a formar parte por derecho propio de la historia del cine de terror, generando una franquicia de películas que a día de hoy sigue de vigente actualidad.

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