Han
transcurrido diez años desde los terribles acontecimientos narrados en la
primera entrega. Durante todo este tiempo, Michael Myers ha permanecido en
estado catatónico tras sobrevivir a una terrible explosión de gas. Pero durante
su traslado al hospital psiquiátrico de Smith's Grove y tras escuchar a los doctores que le acompañan que tiene una
sobrina, la hija de Laurie Strode, despierta de su letargo para continuar su
cacería allí donde la dejó pendiente, no sin antes asesinar salvajemente a todos
los ocupantes de la ambulancia en la que se encuentra.
Diez años después de
estrenada la primera Halloween nos llega esta secuela que retoma al personaje
de Michael Myers, algo que queda evidenciado en un título que no podía ser más
intencionado, “El regreso de Michael Myers”, evitando de esta manera que el
público pudiera pensar se trataba de una nueva propuesta independiente de este
personaje, tal y como había sucedido en la tercera entrega. Con John Carpenter
fuera del proyecto tras vender los derechos de su película, el resultado no es
tan catastrófico como uno pudiera pensar de inicio, siendo de hecho una
interesante continuación que además sigue empeñada en trazar una ruta única en
la historia de Myers, Loomis y Laurie.
Esta cuarta entrega está
dirigida por Dwight H. Little, uno de esos directores todoterrenos que logra
brindar un trabajo competente y digno, sobreponiéndose a un rodaje un tanto
caótico marcado por un guion que fue redactado en menos de dos semanas ante una
inminente huelga de guionistas, y que sin embargo logra crear una continuidad
creíble en torno a los personajes y la propia trama.
Donald Pleasance es
resucitado tras haber sido dado por muerto en el final de la segunda entrega,
volviendo a encabezar una película que sin embargo no pudo contar con Jamie Lee
Curtis, convertida a estas alturas en una estrella con un caché difícil de
desembolsar para una producción de cinco millones de euros. La solución a este
inconveniente lo encontramos en el personaje de Jamie Lloyd, hija del personaje
de Laurie, de quien se cuenta ha fallecido. La jovencísima Danielle Harris, que
contaba con once años en aquel momento, interpreta este papel, y hay que
destacar lo acertado y maduro de su actuación. Harris acabaría convertida en
otra de las actrices ligadas a la franquicia Halloween, permaneciendo además ubicada en el terror en otra interesante saga como es Hatchet o la primera Leyenda
urbana, siendo también recordada por encarnar a la lenguaraz hija de Bruce
Willis en El último boy scout. Michael Myers es interpretado nuevamente por un
especialista de acción, George P. Wilbur, dejándose muy patente que el único
requisito para dar vida a este personaje, por otra parte capital dentro de la
saga, es el tener una marcada presencia física así como cualidades a la hora de
saber encajar todo tipo de impactos y golpes.
Halloween 4 se inicia con un
acertado prologo donde somos testigos de la huida de Myers durante su traslado
de hospital, destacando del mismo algo que vamos a poder disfrutar en toda la
película. Una ambientación muy acertada, por momentos onírica y amenazadora, siendo
nuevamente esta entrega una apuesta, como hiciera en su día el propio
Carpenter, por el suspense por encima de la utilización de jump scares, algo
del todo loable máxime en un momento en el que el terror estaba copado por el
slasher más sangriento y el gore.
Otro elemento a destacar es
el hecho de ver al pueblo de Haddonfield convertido en un personaje más, ya que
en esta ocasión, y contrariamente a lo que sucediera en la primera entrega, el
doctor Loomis es totalmente tomado en serio de inicio cuando llega al lugar
soltando su perorata de amenazas por la inminente llegada de Myers. Declarado
el estado de excepción desde ese mismo momento, Haddonfield adopta las formas
de un pueblo fantasma, algo que aumenta la sensación de inseguridad del grupo
de protagonistas, quienes acaban encerrándose en una de las casas, imitando de
esta forma el comportamiento de los personajes de La noche de los muertos
vivientes, incluyendo el atrancamiento de puertas y ventanas para tratar de
evitar lo que es inevitable, la irrupción de Michael Myers y con el de una
fuerza incontrolable de muerte y desolación.
Acabar por último rescatando
la importancia del personaje de la pequeña Jamie, no solo porque adopta sin
ningún complejo el rol de scream queen de la función, acompañada eso si por la
actriz Ellie Cornell, quien da vida a su hermana adoptiva, sino por un epílogo
que se convierte en otro acierto total de la película, volviendo la mirada
hacía la escena inicial de la franquicia, y constatando que Myers no es más que
una mera representación del verdadero antagonista de la saga, y que el doctor
Loomis está constantemente citando, el mal en estado puro.
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