“Un
poco de magia negra, un poco de cuero negro…y un montón de humor negro”
DE QUE VA: Un
almacén de antigüedades de un museo es asaltado por una mujer que mediante un
extraño amuleto guardado en el lugar convoca a un ser del infierno, pero es que
además junto a este ente trae hasta nuestro plano a dos extrañas criaturas.
QUIEN LA HACE: Su
director es Jim Wynorski, autor de una filmografía tan extensa como mediocre donde
destacan títulos como Robots asesinos (posiblemente su película más conocida) o
Vampiros del espacio, protagonizada por la ex diva del porno Tracy Lords.
QUIEN SALE: Peter
Liapis vuelve a retomar el mismo papel que ya encarnara en la primera película
de la saga aunque con un cambio radical en la construcción de su personaje,
ahora un policía mujeriego y en horas bajas profesionalmente.
QUE NO ME GUSTA: Unos
Ghoulies que nada tienen que ver con las creaciones de John Carl Buechler,
limitándose en esta ocasión a vestir con una careta a un par de enanos
pretendidamente graciosos. Una villana
que tan pronto es capaz de reducir a cuatro guardias armados con ademanes de
ninja como es sobrepasada por las patochadas de los Ghoulies de turno. Unos
efectos visuales por debajo de lo que vimos en la película de 1984, que
recordemos se rodó con tan solo un millón de euros.
LA ESCENA: La
secuencia del automóvil atravesando carriles en medio del tráfico para acabar estrellándose
y explotando, la única medianamente bien rodada de toda la película.
UNA CURIOSIDAD: Atención
al subtítulo con el que se estrenó la película en nuestro país, Los Ghoulies tras
el amuleto maldito.