“Como una pesadilla la cuenta de asesinatos continua”
FICHA TÉCNICA
Dirección-Steve Miner
Guión-Ron Kurz
Fotografía-Peter Stein
Música-Harry Manfredini
Producción-Steve Miner/Frank Mancuso
INTERPRÉTES
Amy Steel (Ginny)
John Furey (Paul)
Adrienne King (Alice)
Kirsten Baker (Terry)
Stu Charno (Ted)
Warrington Gillette (Jason)
SINOPSIS
Alice regresa a su hogar tras el trauma de ver morir a sus amigos, enfrentarse y acabar con la vida de la señora Vorhees. Una noche alguien entra en la casa y acaba con su vida para después regresar al campamento Crystal Lake, que una vez más trata de ser reabierto al público. La pesadilla vuelve a comenzar.
Secuela inmediata perpetrada tras el tremendo éxito (de público, no tanto de la crítica especializada) de la película de Cunningham. Steve Miner, director muy recurrente para la dirección de continuaciones, realiza un entretenido trabajo que repite todos y cada uno de los principios en los que se basaba su antecesora.
De esta forma volveremos a disfrutar del mismo desarrollo argumental con la gran matanza en el campamento perpetrada en esta ocasión ya por el personaje de Jason, cuya presencia explicativa en la película es el único atisbo de originalidad en relación al film de 1980. A este respecto destacar el enfrentamiento final y como Jason es engañado haciéndole creer que habla con su madre, de la que guarda la cabeza decapitada como si de una ofrenda se tratara, en una idea de la relación de este personaje con su progenitora, aún después de fallecer esta.
Por lo demás más de lo mismo, desnudos, protagonistas concebidos única y exclusivamente para ser masacrados y muertes explícitas (aunque con la ausencia en esta ocasión de Tom Savini este punto pierde enteros) y con el enfrentamiento final que desenlaza en un susto final a imagen y semejanza del rodado por Cunningham.
La saga iba definiendo sus bazas, en las cuales iba a sustentar toda su filmografía, aún a falta de la más destacable de todas y que tendría lugar con la tercera parte.
Escena: El acertado inicio, que da carpetazo a los acontecimientos narrados en la primera parte y donde el manejo del suspense es evidente y acertado.
Lo mejor: El folklore desarrollado en relación al personaje de Jason y cómo vivió y se crío en soledad en los bosques.
Lo peor: Las muertes están peor desarrolladas que en la cinta pretérita, algo sobre lo que debería haberse trabajado más para, al menos eliminado el elemento sorpresa, ser más potentes en este apartado.
Curiosidad: Esta segunda entrega tiene el honor de ser una de las cintas con el arranque más largo antes de aparecer los títulos de crédito iniciales, en concreto cerca de quince minutos.
Valoración: 6/10
Dirección-Steve Miner
Guión-Ron Kurz
Fotografía-Peter Stein
Música-Harry Manfredini
Producción-Steve Miner/Frank Mancuso
INTERPRÉTES
Amy Steel (Ginny)
John Furey (Paul)
Adrienne King (Alice)
Kirsten Baker (Terry)
Stu Charno (Ted)
Warrington Gillette (Jason)
SINOPSIS
Alice regresa a su hogar tras el trauma de ver morir a sus amigos, enfrentarse y acabar con la vida de la señora Vorhees. Una noche alguien entra en la casa y acaba con su vida para después regresar al campamento Crystal Lake, que una vez más trata de ser reabierto al público. La pesadilla vuelve a comenzar.
Secuela inmediata perpetrada tras el tremendo éxito (de público, no tanto de la crítica especializada) de la película de Cunningham. Steve Miner, director muy recurrente para la dirección de continuaciones, realiza un entretenido trabajo que repite todos y cada uno de los principios en los que se basaba su antecesora.
De esta forma volveremos a disfrutar del mismo desarrollo argumental con la gran matanza en el campamento perpetrada en esta ocasión ya por el personaje de Jason, cuya presencia explicativa en la película es el único atisbo de originalidad en relación al film de 1980. A este respecto destacar el enfrentamiento final y como Jason es engañado haciéndole creer que habla con su madre, de la que guarda la cabeza decapitada como si de una ofrenda se tratara, en una idea de la relación de este personaje con su progenitora, aún después de fallecer esta.
Por lo demás más de lo mismo, desnudos, protagonistas concebidos única y exclusivamente para ser masacrados y muertes explícitas (aunque con la ausencia en esta ocasión de Tom Savini este punto pierde enteros) y con el enfrentamiento final que desenlaza en un susto final a imagen y semejanza del rodado por Cunningham.
La saga iba definiendo sus bazas, en las cuales iba a sustentar toda su filmografía, aún a falta de la más destacable de todas y que tendría lugar con la tercera parte.
Escena: El acertado inicio, que da carpetazo a los acontecimientos narrados en la primera parte y donde el manejo del suspense es evidente y acertado.
Lo mejor: El folklore desarrollado en relación al personaje de Jason y cómo vivió y se crío en soledad en los bosques.
Lo peor: Las muertes están peor desarrolladas que en la cinta pretérita, algo sobre lo que debería haberse trabajado más para, al menos eliminado el elemento sorpresa, ser más potentes en este apartado.
Curiosidad: Esta segunda entrega tiene el honor de ser una de las cintas con el arranque más largo antes de aparecer los títulos de crédito iniciales, en concreto cerca de quince minutos.
Valoración: 6/10
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