“El mal no tiene límites”
FICHA TÉCNICA
Dirección-Jim Isaac
Guión-Todd Farmer
Fotografía-Derick Underschultz
Música-Harry Manfredini
Producción-Sean S. Cunningham/Noel J. Cunningham/Jim Isaac
INTERPRÉTES
Kane Hodder (Jason)
Lexa Doig (Rowan)
Lisa Ryder (Kay-Em 14)
Chuck Campbell (Tsunaron)
Jonathan Potts (Profesor Lowe)
Peter Mensah (Sargento Brodski)
SINOPSIS
Ante la imposibilidad de acabar con Jason, el gobierno decide retenerlo a perpetuidad mediante la suspensión criogénica. Pero antes de ser congelado se llevará por delante a los encargados de custodiarle. Cientos de años más tarde, un grupo de estudiantes descubren el cuerpo de Jason y de la doctora Rowan LaFontaine (atrapada por error en la cámara con el asesino), llevándolos consigo a la nave en la que se encuentran.
Salto en el tiempo para continuar ubicando a Jason en situaciones diferentes a las habituales, en esta ocasión en una estación espacial en el año 2455. Contando con un mejorado diseño de producción, fruto de una mayor inversión de dinero en el presente título, Jim Isaac nos ofrece un entretenido espectáculo donde Jason vuelve a copar todo el protagonismo (tras su poca presencia en la anterior entrega).
Festival de muertes (casi una treintena de asesinatos en cámara, ya que además hay una explosión con sus víctimas) donde se utilizan por vez primera los efectos digitales (como no podía ser de otra manera, el director de la cinta provenía del mundo de los efectos especiales), y que harán las delicias del aficionado a la hemoglobina.
Por lo demás más de lo mismo, trasladando el escenario central (aunque con el obligado homenaje a Crystal Lake) a una nave futurista que permite introducir guiños a cintas como Alien, el octavo pasajero (1978) o juegos como Quake y Doom.
Un nuevo intento de ser originales en la interminable franquicia de Viernes 13 y que funciona solo a medias, aunque como título de género supone una entretenida propuesta.
Escena: Jason congela con nitrógeno líquido el rostro de una de las alumnas para después estrellarlo contra una mesa descomponiéndolo en centenares de minúsculos pedazos.
Lo mejor: Jason toma el mando absoluto, algo apreciable desde el mismo título.
Lo peor: El trasunto de Jason cibernético final, en una constante obsesión por renovar el excelente look visual del Jason original (y al decir original me refiero al de la tercera entrega).
Curiosidad: David Cronenberg tiene un cameo al inicio de la cinta. El y Jim Isaac ya habían trabajado juntos cuándo el segundo se encargó de los efectos visuales de eXistenZ (1999).
Valoración: 6/10
Dirección-Jim Isaac
Guión-Todd Farmer
Fotografía-Derick Underschultz
Música-Harry Manfredini
Producción-Sean S. Cunningham/Noel J. Cunningham/Jim Isaac
INTERPRÉTES
Kane Hodder (Jason)
Lexa Doig (Rowan)
Lisa Ryder (Kay-Em 14)
Chuck Campbell (Tsunaron)
Jonathan Potts (Profesor Lowe)
Peter Mensah (Sargento Brodski)
SINOPSIS
Ante la imposibilidad de acabar con Jason, el gobierno decide retenerlo a perpetuidad mediante la suspensión criogénica. Pero antes de ser congelado se llevará por delante a los encargados de custodiarle. Cientos de años más tarde, un grupo de estudiantes descubren el cuerpo de Jason y de la doctora Rowan LaFontaine (atrapada por error en la cámara con el asesino), llevándolos consigo a la nave en la que se encuentran.
Salto en el tiempo para continuar ubicando a Jason en situaciones diferentes a las habituales, en esta ocasión en una estación espacial en el año 2455. Contando con un mejorado diseño de producción, fruto de una mayor inversión de dinero en el presente título, Jim Isaac nos ofrece un entretenido espectáculo donde Jason vuelve a copar todo el protagonismo (tras su poca presencia en la anterior entrega).
Festival de muertes (casi una treintena de asesinatos en cámara, ya que además hay una explosión con sus víctimas) donde se utilizan por vez primera los efectos digitales (como no podía ser de otra manera, el director de la cinta provenía del mundo de los efectos especiales), y que harán las delicias del aficionado a la hemoglobina.
Por lo demás más de lo mismo, trasladando el escenario central (aunque con el obligado homenaje a Crystal Lake) a una nave futurista que permite introducir guiños a cintas como Alien, el octavo pasajero (1978) o juegos como Quake y Doom.
Un nuevo intento de ser originales en la interminable franquicia de Viernes 13 y que funciona solo a medias, aunque como título de género supone una entretenida propuesta.
Escena: Jason congela con nitrógeno líquido el rostro de una de las alumnas para después estrellarlo contra una mesa descomponiéndolo en centenares de minúsculos pedazos.
Lo mejor: Jason toma el mando absoluto, algo apreciable desde el mismo título.
Lo peor: El trasunto de Jason cibernético final, en una constante obsesión por renovar el excelente look visual del Jason original (y al decir original me refiero al de la tercera entrega).
Curiosidad: David Cronenberg tiene un cameo al inicio de la cinta. El y Jim Isaac ya habían trabajado juntos cuándo el segundo se encargó de los efectos visuales de eXistenZ (1999).
Valoración: 6/10
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