Mientras la psiquiatra Rose Cotter atiende
a una paciente, esta le manifiesta su pánico al sentirse acosada por un ente
sobrenatural que se le presenta a través de diferentes personas que le sonríen
de una manera terrorífica. Durante la sesión, la joven sufrirá un ataque de pánico
que le llevará al punto de, ante la aterrada mirada de su doctora, quitarse la
vida seccionándose el cuello.
Nos encontramos con Smile ante uno de los
títulos de terror más destacados del año de su estreno, pero no solo eso, sino
que igualmente se convertiría en uno de los más exitosos a nivel de público y
taquilla, y es que gracias a una inteligente campaña de promoción que llenaría
de macabras sonrisas diferentes eventos televisados, así como de él siempre
efectivo método de propagación de sus virtudes a través del boca a boca
acabaría recaudando más de doscientos millones de dólares habiendo costado apenas
unos diecisiete.
Su principal valedor es un Parker Finn que
debutaba de esta manera como cineasta tras apenas haber dirigido un par de
cortometrajes de género donde ya se anticipaba de alguna manera a los temas a
tratar en su primera película. Finn ofrece un trabajo que en lo visual deja
patente que ha trabajado y mucho la planificación de las escenas, algo que
queda muy marcado en las secuencias aéreas presentes a lo largo de la película y
caracterizadas por presentar a la cámara girando sobre sí misma para de esta
manera pervertir el plano, filmados estos innovadores momentos a golpe de dron.
Nos encontramos asimismo ante un título cuya madurez narrativa y técnica
sorprende, máxime tratándose de un director tan neófito, ya que la cinta no
solo es notable a nivel técnico y visual para tratarse de una ópera prima, sino
que lo es igualmente si hablamos del desarrollo de la historia, la cual ha sido
escrita por el propio Finn, y la manera en la que esta nos lleva a lo largo de
toda la película, partiendo de una escena introductoria que desde la manera en
que nuevamente el director posiciona y mueve la cámara hasta mostrar que es lo
que está ocurriendo logra remover e inquietar al espectador para de esta forma
hacernos entrar de lleno en la propuesta.
A nivel de historia no podemos dejar de
lado que este Smile nos retrotrae irremediablemente a la igualmente estupenda
It follows en tanto presenta la misma arquitectura narrativa, hablándonos en
ambos casos de la presencia de un ente maligno transmitido mediante algo que
podríamos reconocer como una maldición y que es capaz de aparecerse
representado de las más diversas formas diferentes, siendo igualmente el final
para quien padece su presencia estar marcado a fuego, un destino del que parece
es imposible poder escapar. Y si en It follows podíamos ver representado el
miedo a las enfermedades de transmisión sexual, en este caso la película aborda
el tema de las enfermedades mentales, un escenario que a nadie se le escapa han
cobrado una relevancia muy importante en los últimos años, pasando de convertirse
en tema tabú sobre el que se recomendaba no hablar en público a verse ya con la
naturalidad con la que siempre debiera haberse abordado, máxime en un momento
actual en el que cabe reconocer nos encontramos ante un grave problema de
índole social acrecentado tras la pandemia vivida en 2020. Así, no es de
extrañar que la protagonista provenga de su particular trauma del pasado, lo
que unido a su condición de psiquiatra permite afrontar la historia desde esa
vertiente que hace que el resto de personajes que rodean a quien sufre la
presencia de este ente maligno crean en la condición de esta como enferma
mental, siendo curioso como la propia protagonista de la historia pasará de uno
a otro bando, y así mientras ella misma trata como doctora a la paciente que
acabará transmitiéndole la maldición analizando para ello su comportamiento
desde el punto de vista de la psiquiatría y tratando de racionalizar su
comportamiento, será quien posteriormente sufra en su propio ser esa misma
mirada por quienes le rodean toda vez sea ella la persona que trata de huir de
un destino terrible.
La película está protagonizada por Sosie
Bacon, actriz fogueada en la televisión y que es especialmente conocida por
tratarse de la hija de los actores Kevin Bacon y Kyra Sedgwick. La actriz logra
aportar esa fragilidad necesaria en un personaje al que vemos derrumbarse a
todos los níveles en apenas unos días, sumando a su apariencia de fragilidad
física un descenso a los infiernos perfectamente reflejado en una
interpretación que hace que este personaje acabe sumido en la mayor de las
locuras. Y es que sobre esta actriz recae todo el peso dramático de la
historia, siendo sus compañeros de reparto meros figurantes y entre quienes nos
encontramos a Jessi T. Usher, visto en Independence day, contraataque y
conocido especialmente por su papel en la televisiva The boys. Destacar asimismo
la presencia de un Kyle Gallner que se dio a conocer en sus comienzos para el
público aficionado al terror gracias a sus apariciones en Exorcismo en
Connecticut, Jennifer´s body o el remake de Pesadilla en Elm Street, volviendo
al género gracias al reboot de Scream y esta Smile. Asimismo sorprende ver a un
Kal Penn fogueado en comedias gamberras como Dos colgaos muy fumaos o Van
Wilder y muy familiar para el público tras aparecer en cerca de cuarenta
episodios de la televisiva House.
La película, si bien es cierto que se
sustenta en un terror de tintes psicológicos que trata de generar desazón desde
la posición de una protagonista en plena carrera contrarreloj por tratar de
averiguar qué es lo que le está sucediendo para así tratar de salvar su vida y
no acabar sumida en la mayor de las locuras, hay que reconocer que en no pocas ocasiones
hace algo de trampa abusando de unos jump scares que hay que reconocer
funcionan en todos y cada uno de los momentos en los que han sido insertados,
sirviendo de contrapeso que haga saltar al espectador de su butaca con cada
nuevo susto frente a ese terror más contenido, basado en el suspense y
potenciado principalmente por la interpretación de la actriz principal, un
terror que nos lleva a un final algo más desatado y donde se hacen ya presentes
todos los excesos propios de un terror más visual e impactante. Este abrupto final
supone un cierre perfecto para una historia que tal como venía desarrollándose
era lógico finalizará de la manera en la que este Smile lo hace.
De esta forma, si sumamos las cualidades de Smile en tanto posee una historia que te atrapa desde el minuto inicial y que se sustenta en el suspense de una situación de la que vamos descubriendo su origen y sus consecuencias junto a una protagonista muy bien definida, una propuesta visual que nos muestra a un cineasta notablemente esteta y con ganas de dar empaque en cuanto a las formas a una propuesta cuyo fondo ya nos resulta tremendamente potente, el resultado no es de extrañar haya sido encontrarnos ante una de las grandes sorpresas dentro del cine de terror estrenado en 2022 y cuyo éxito augura una segunda parte más que probable. Así que tocará seguir sonriendo.
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