“El fin
del mundo empieza a media noche”
DE
QUE VA:
Sean y sus amigos acaban de crear el Club del monstruo como forma de homenajear
y rendir tributo a las películas de terror de las que son fans confesos. Y que
mejor manera de estrenar su nuevo club que enfrentándose al mismísimo Conde
Drácula, quien junto a una caterva de los monstruos más clásicos del terror
amenaza con acabar con el mundo tal y como lo conocemos.
QUIEN
LA HACE:
Dirige Fred Dekker, quien además de Una pandilla alucinante es el responsable
de la estupenda El terror llama a tu puerta y Robocop 3, siendo el injusto
fracaso de esta película la que causara su abandono del mundo de la dirección.
Junto a Dekker y co escribiendo la historia, Shane Black, uno de los guionistas
más reputados de Hollywood con títulos a sus espaldas como Arma letal, El
último boy scout o El último gran héroe por citar solo algún ejemplo. No olvidar
por último la labor como encargado de los efectos especiales de Stan Winston,
padre de criaturas como Terminator o los dinosaurios de Parque Jurásico, y uno
de los grandes dentro del mundo de los efectos especiales en el cine de los
ochenta y noventa.
QUIEN
SALE:
Del grupo de niños protagonistas ninguno logró despuntar con una carrera
mínimamente interesante, a lo que hay que sumar un elenco de rostros de actores
bastante desconocidos, donde podemos recordar los nombres de Tom Noonan, quien
da vida a la criatura de Frankestein y recordado por su papel del villano Cain
en Robocop 2. Familiar igualmente el característico rostro de Leonardo Cimino
visto en innumerable películas y series televisivas. Jon Gries, que da vida al
Hombre Lobo volvería a interpretar a uno en la secuela de Noche de miedo.
QUE
ME GUSTA:
Es un título perfecto para que los más jóvenes puedan adentrarse en el género del
terror. El respeto y cariño que se evidencia por las películas y personajes a
los que trata de homenajear. Unos
efectos de maquillaje y visuales que aunque como sucede en el caso del vórtice
mágico resultan algo arcaicos son reseñables, máxime en una producción no
puramente de terror.
QUE
NO ME GUSTA:
Unos villanos que en ningún momento resultan amenazadores cuándo llega el
enfrentamiento final. Las formas excesivamente artificiosas de un Conde Drácula
demasiado anclado en el clasicismo propio de Bela Lugosi y que para el estilo
de la cinta resulta anacrónico. En algún momento no le hace ningún favor ese
aire de Goonies trasladado a otro género que destila, por las comparaciones que
entraña.
LA
ESCENA:
Por divertida y por cómo juega con los tópicos del terror más clásico, el
momento en que descubren que la hermana de Patrick no es tan virginal como
creían.
UNA
CURIOSIDAD:
El bombardero en el que viajan en la bodega el Conde Drácula y la criatura de
Frankestein tiene por nombre Browning, todo un homenaje al director del clásico
de 1931 Drácula, considerado el pistoletazo de salida de la saga de monstruos
de la Universal de los años treinta y cuarenta a la que el presente título
homenajea.
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