"Evil wears many faces”
FICHA TÉCNICA
Dirección-John Luessenhop
Guión-Adam Marcus/Debra Sullivan/Kirsten Elms
Fotografía-Anastas N. Michos
Música-John Frizzell
Producción-Carl Mazzocone
INTERPRÉTES
Alexandra Daddario (Heather Miller)
Dan Yeager (Leatherface)
Thom Barry (Sheriff Hooper)
Paul Rae (Burt Hartman)
Trey Songz (Ryan)
Scott Eastwood (Carl)
Tania Raymonde (Nikki)
Keram Malicki-Sanchez (Kenny)
Shaun Sipos ( Darryl)
SINOPSIS
1974. Tras escapar una de sus víctimas, la casa de los Sawyer es rodeada por una multitud furibunda, que ante la incapacidad del sheriff del lugar, asalta el lugar y quema la granja, asesinando a todos sus moradores. Únicamente una bebe sobrevive, la cual es tomada en adopción por uno de los propios asaltantes. Años después, la joven Heather Mills recibe de manera inesperada una notificación en la que se le comunica ha heredado una mansión ubicada en Texas.
CRITICA
Nuevo intento de reflotar la saga iniciada hace casi cuarenta años por Tobe Hooper y Kim Henkel, quienes participan en esta ocasión como productores ejecutivos. Para ello se omiten todas las secuelas posteriores a la cinta de 1974 para ofrecer una continuación lineal de los acontecimientos narrados en la película primigenia.
Curiosamente, la principal virtud de esta aproximación en 3D al personaje de Leatherface se convierte en su mayor traba. El guion opta por no repetir el típico esquema argumental propio de toda la saga, a saber, un grupo de jóvenes liderado por una chica en apariencia frágil pero llena de fortaleza se topa con la familia de matarifes iniciándose una lucha por la supervivencia de la que pocos suelen librarse. Para la ocasión se introducen elementos novedosos (no tanto en la forma sino en el fondo) que si bien de inicio son recibidos con esperanza renovadora por parte del espectador, no tardamos en darnos cuenta de lo poco acertados que son. La idea de humanizar a Leatherface, eje sobre el que se sustenta la franquicia cinematográfica, llegando incluso a dar coartada moral a sus crímenes, rompe precisamente la idea plasmada por Hooper y Himkel en el guion escrito cuatro décadas atrás. Hay que reprochar además al guion que a pesar de contar con varios profesionales trabajando sobre él se cometan errores de bulto como el hecho de que al llegar la policía al lugar de los crímenes en el prólogo les esperen atrincherados todo un grupo de personajes que para nada aparecían en la cinta de Hooper, o como se explica que haya pasado un salto temporal entre el citado prólogo y la historia narrada de cuarenta años y los personajes no envejezcan a dicha velocidad (¿cuántos años debiera tener el mismo Leathereface, unos setenta?).
El director ofrece un trabajo competente, aunque sin sobresalir, ofreciendo un trabajo por lo general sin demasiados altibajos en el desarrollo y con una buena presentación a nivel técnico donde destacan los siempre competentes trucajes de Berger y Nicotero, referentes en el campo de los efectos gore contemporáneos. En ese sentido no queda nada de la sugerencia trabajada por Hooper en la primera Matanza de Texas, plasmándose en esta ocasión de manera totalmente gráfica todo tipo de desmembramientos, amputaciones y demás actos atroces.
Una vez más, y van… los roles principales se ofrecen a una serie de atractivos actores jóvenes sin apenas recursos dramáticos. Especialmente destacable es el caso de la protagonista, una Alexandra Daddario más preocupada por enseñar el ombligo durante toda la película que por mostrar la evolución psicológica dramática que se le supone a su personaje. Ninguno de los actores destaca en este sentido y solo es reseñable por curiosa la participación de Scott Eastwood, hijo de Clint, como ayudante del sheriff.
Una buena oportunidad desperdiciada de haber dado nuevos aires a una saga que merece algo más, y que compagina títulos destacables, como la segunda entrega o el remake de Marcus Nispel, con verdaderos desastres (nadie puede olvidar el trasunto de Leatherface travestido de la cinta dirigida por Kim Henkel).
Escena: La huida de los supervivientes de la mansión en la camioneta siendo perseguidos por Leatherface, con un buen manejo de la tensión gracias a un montaje y un apoyo musical acertado.
Puntos Fuertes: Una idea argumental que bien tratada podría haber supuesto todo un revulsivo a la saga.
Puntos Débiles: La manera en que dicha idea argumental ha sido trasladada a un guion descuidado y lleno de agujeros.
Curiosidad: Breve intervención de Bill Moseley, quien aparece en el prólogo como patriarca de la familia Sawyer. Moseley ya había participado en la saga dando vida a Chop Top en la segunda entrega dirigida por Tobe Hooper.
La Frase: “¡Soy una Sawyer!” (Heather)
Valoración: 5.75 (Nos deja con la sensación de que pudo haber sido y no fue)
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