“Tarde o temprano el mal paga su precio”
FICHA TÉCNICA
Dirección-Rachel Talalay
Guion-Michael De Luca
Fotografía-Declan Quinn
Música-Brian May
Producción-Robert Shaye/Aron Warner
INTERPRÉTES
Robert Englund (Freddy Krueguer)
Lisa Zane (Maggie Burroughs)
Shon Greenblatt (John Doe)
Lezlie Deane (Tracy)
Yaphet Kotto (Doc)
Ricky Dean Logan (Carlos)
Breckin Meyer (Spencer)
SINOPSIS
Un joven con amnesia que deambula por las calles de la ciudad es trasladado por la policía hasta un correccional juvenil donde se hace cargo de él la doctora Burroughs. Tratando de ahondar en su pasado para lograr que recupere la memoria, se trasladan juntos hasta Springwood, de donde es originario el muchacho. Al llegar al lugar se encuentran un pueblo fantasma habitado por unos pocos adultos que parece han perdido la cabeza y donde no hay ningún niño.
CRITICA
Tras los resultados económicos obtenidos con el estreno de la quinta entrega de la franquicia, peores de lo esperado, los responsables de esta decidieron dar por finalizada la misma con el estreno de una última cinta que significara un final digno para Freddy y su saga de películas. Para llevar a buen puerto la idea se contó con Rachel Talalay, quien debutaba en la dirección con tan importante proyecto, si bien no parecía una mala elección dado que había estado ligada a la serie en diferentes apartados, generalmente unidos a la producción, desde sus comienzos.
Sin embargo el resultado final es francamente sonrojante.
Partiendo de una historia original ideada por la propia Talalay en la cual hay interesantes premisas como el narrar diversos episodios de la vida de Freddy o la presentación de Springwood como un pueblo fantasma y maldito frente a otras aportaciones más discutibles como la justificación del poder de Freddy o la inserción forzada de las 3D, la manera en que la historia se traslada a la pantalla hace de este proyecto la peor entrega de la larga serie de películas, presentándose como una especie de broma de mal gusto hacía el personaje de Freddy y su historia.
Se atisba la inmadurez de su máxima responsable a la hora de sentarse en la silla de directora, el aire de parodia total del propio Freddy es humillante, el ritmo pasa de ralentizarse en exceso en la visita al pueblo de los jóvenes, e incluso en los largos enfrentamientos entre Carlos y Spencer con Freddy a acelerarse apresuradamente a la hora de llegar al climax final. No podemos obviar unas líneas de diálogo en ocasiones absurdas y patéticas con un Freddy en plan chistoso que logra dar más pena que risa o terror.
La dirección de actores no es mejor, la sobreactuación de todos los intérpretes es palpable, logrando incentivar esa idea de que estamos delante de una especie de película paródica de la saga. Incluso Robert Englund se pasa de vueltas a la hora de encarnar por enésima vez a Freddy.
Los efectos especiales son igualmente decepcionantes. Mientras los efectos físicos y protésicos mantienen cierta dignidad en su diseño y concepción, a la hora de visionar aquellos trucajes de tipo visual el paso de los años no los ha tratado demasiado bien, resultando excesivamente falsos y mal insertados en los fotogramas. Esto unido a la citada mala dirección de Talalay provoca que las muertes de los muchachos, por cierto algo escasas, y a priori interesantemente escritas sobre el papel, resulten ridículas a la hora de reflejarlas sobre la pantalla.
Y si bien no hay apenas nada bueno en la película no podemos suspender una de las entregas de una de las grandes sagas de terror de los ochenta y por extensión de la historia del cine, lo que hace nos enfrentemos a este caos narrativo con algo de empatía. Freddy y su pesadilla así lo merecen.
ESCENA PARA EL RECUERDO: Freddy relata las diferentes maneras en que han tratado de acabar con el amputándose un dedo con cada recuento.
APLAUDIMOS: Ciertas ideas del guion que bien utilizadas y en un contexto de mayor seriedad podrían haber aportado cosas interesantes en un final más digno al finalmente presentado. La utilización de los demonios de los sueños para justificar el poder de Freddy.
DENUNCIAMOS: La imagen de un Freddy de dibujos animados empeñado en hacer de payaso una escena tras otra, en las antípodas del presentado por Wes Craven siete años atrás.
UNA CURIOSIDAD: Durante la gestación de la película fueron muchos los guiones planteados para tratar de cerrar la saga con la dignidad que el personaje y la historia merecían. Entre este mar de historias Peter Jackson presentó un borrador que nunca llegó a utilizarse.
LA FRASE: “Todos los pueblos tienen su Elm street” (Freddy Krueguer)
VALORACION: 5
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