lunes, 25 de julio de 2011

GUTTERBALLS (Gutterballs, 2008) 95´





“I warned you not to bowl tonight”

FICHA TÉCNICA

Dirección-Ryan Nicholson
Guión-Ryan Nicholson
Fotografía-Mark Atkins
Música-Patrick Coble/Gianni Rossi
Producción-Michelle Grady/Dan Walton/Roy Nicholson

INTERPRÉTES

Alastair Gamble (Steve)
Mihola Terzic (Sarah)
Nathan Witte (Jamie)
Wade Gibb (Joel)
Candice Lewald (Lisa)
Jeremy Beland (Ben)
Dan Ellis (BBK)

SINOPSIS

La bolera Xcalibur es frecuentada por dos cuadrillas de jóvenes enemistadas entre ellos. Una noche, tras una partida que acaba en trifulca, Lisa, una de las chicas, vuelve a la bolera donde es brutalmente violada por los miembros del grupo rival. Al día siguiente, cuándo los jóvenes vuelven a encontrarse retándose a una partida de bolos, comienzan las muertes.

La obra más conocida de Ryan Nicholson, el último enfant terrible del cine más casposo y brutal, es Gutterballs, cinta que recoge todas y cara una de las señas de identidad del director canadiense, a saber, violencia extrema, escatología, personajes odiosos, sexo explícito… Sin embargo en este caso es de agradecer que la suma de todos estos elementos de negatividad sean incluidos en la cinta con todas las consecuencias y sin dobles intenciones, la película es lo que es y no intenta ser otra cosa.

Gutterballs es una oda al bizarrismo extremo que crea tanto acérrimos defensores como escandalizados detractores. Mezcla de géneros, con una violencia gráfica y sexual solo apta para estómagos curtidos (parejas asfixiadas mientras practican sexo oral, penes mancillados con una navaja, cabezas reventadas, decapitaciones…), donde destacan unos trucajes estupendos (Nicholson trabajó como artista de efectos especiales) y una banda sonora popera que inunda la pantalla en contraposición con el lenguaje obsceno (en versión original la palabra más repetida es fuck) utilizado por los protagonistas.

Gutterballs también tiene sus errores, el guión es muy justo (a pesar de ser un más que correcto ejercicio de slasher donde el mundo de los bolos está estupendamente utilizado en cada una de las muertes) los diálogos son estúpidos, al igual que los personajes, cuyas reacciones son ilógicas y sin sentido. En este aspecto, a Nicholson le habría faltado dar un envoltorio de humor (obviamente negrísimo) al conjunto, lo que habría enmascarado mejor desde las actuaciones hasta las reacciones de los personajes.

Una oda al exceso y al consciente mal gusto y que lleva a la hipérbole más absoluta los postulados del slasher. Horrorizará a quien piense va a ver la enésima versión de Viernes 13 (1980) y encantará a quien quiera disfrutar de un cine sin prejuicios ni dobles morales (y con estómago para las barbaridades rodadas por Nicholson).

Escena: Difícil elegir entre un recital de muertes tan desagradables como brutales, pero por original y bien rodada nos quedamos con la forma de morir de la pareja que está haciendo el 69 en los lavabos.

Lo mejor: Ryan Nicholson no se queda a medio camino y es consecuente con su propuesta de inicio a fin.

Lo peor: Los personajes son en su totalidad unos idiotas demasiado caricaturizados para sentir algo de empatía por lo que les sucede.

Curiosidad: Entre todas las carátulas diseñadas para la película hay sonoros homenajes a cintas como Maniac (1980) o La noche de Halloween (1978) entre otras.

Valoración: 7/10

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