“Si crees en Dios, crees en el Diablo”
FICHA TÉCNICA
FICHA TÉCNICA
Dirección -Daniel Stamm
Guión -Huck Botko/Andrew Gurland
Fotografía -Zoltan Honti
Música -Nathan Barr
Producción -Eli Roth/Patty Long
INTERPRÉTES
Patrick Fabian (Cotton Marcus)
Ashley Bell (Nell Sweetzer)
Iris Bahr (Iris Reisen)
Louis Herthum (Louis Sweetzer)
Caleb Landry Jones (Caleb Sweetzer)
SINOPSIS
La joven Nell Sweetzer comienza a sufrir extraños episodios que preocupan a su familia hasta el punto de recurrir al padre Marcus, un predicador en plena crisis de fe en la Iglesia.
Aburrida, muy aburrida cinta que presentada con un formato totalmente televisivo y con unos medios pobres y limitados, cae en numerosos errores conceptuales que la convierten en un mal acercamiento al fenómeno de las posesiones demoniacas, con todos los tópicos presentes a raíz de El exorcista (1973).
En primer lugar el enfocar toda la historia desde el punto de vista monopolizado del personaje del sacerdote (es el quien narra los acontecimientos) provoca que el espectador se aleje de la historia y no logre enfatizar con los personajes y sucesos narrados, ya que la propia película no lo hace, presentándose a si misma como una especie de reconstrucción más propia de programas televisivos de sucesos que como una película de terror que trate de ahondar en el suspense de la historia.
Guión -Huck Botko/Andrew Gurland
Fotografía -Zoltan Honti
Música -Nathan Barr
Producción -Eli Roth/Patty Long
INTERPRÉTES
Patrick Fabian (Cotton Marcus)
Ashley Bell (Nell Sweetzer)
Iris Bahr (Iris Reisen)
Louis Herthum (Louis Sweetzer)
Caleb Landry Jones (Caleb Sweetzer)
SINOPSIS
La joven Nell Sweetzer comienza a sufrir extraños episodios que preocupan a su familia hasta el punto de recurrir al padre Marcus, un predicador en plena crisis de fe en la Iglesia.
Aburrida, muy aburrida cinta que presentada con un formato totalmente televisivo y con unos medios pobres y limitados, cae en numerosos errores conceptuales que la convierten en un mal acercamiento al fenómeno de las posesiones demoniacas, con todos los tópicos presentes a raíz de El exorcista (1973).
En primer lugar el enfocar toda la historia desde el punto de vista monopolizado del personaje del sacerdote (es el quien narra los acontecimientos) provoca que el espectador se aleje de la historia y no logre enfatizar con los personajes y sucesos narrados, ya que la propia película no lo hace, presentándose a si misma como una especie de reconstrucción más propia de programas televisivos de sucesos que como una película de terror que trate de ahondar en el suspense de la historia.
El guión es lento, da rodeos al mismo tema una y otra vez sin avanzar y presenta personajes y situaciones que nada aportan a la trama. Ni siquiera la historia paralela del sacerdote y su familia salvan un guión tedioso y mal construido.
Otro punto en contra es el dotar de cierta presencia física la presencia demoníaca (a través de voces o garras) lo que resta realismo a los supuestos episodios sufridos por la joven poseida.
Además de todo lo anterior, los actores responsables de soportar el peso de la película son poco creíbles en sus respectivos papeles, dando sensación de interpretaciones forzadas y por momentos sobreactuadas.
En definitiva una muy pobre cinta englobada en el género de posesiones demoníacas y que trata de aprovecharse del tirón de Eli Roth, productor ejecutivo de la misma. Defrauda en todos los aspectos.
Escena: La conversación final entre el padre Marcus y una endemoniada (máscara de latex incluida) Nell.
Lo mejor: La flexibilidad de su protagonista.
Lo peor: La manera de encarar la narración, más cercana a una recreación de programas del tipo de Cuarto Milenio que a una película pretendidamente de terror.
Curiosidad: Todas las torsiones y convulsiones sufridas por Nell fueron realizadas por la propia protagonista, sin necesidad de trucajes de ningún tipo ni dobles.
Otro punto en contra es el dotar de cierta presencia física la presencia demoníaca (a través de voces o garras) lo que resta realismo a los supuestos episodios sufridos por la joven poseida.
Además de todo lo anterior, los actores responsables de soportar el peso de la película son poco creíbles en sus respectivos papeles, dando sensación de interpretaciones forzadas y por momentos sobreactuadas.
En definitiva una muy pobre cinta englobada en el género de posesiones demoníacas y que trata de aprovecharse del tirón de Eli Roth, productor ejecutivo de la misma. Defrauda en todos los aspectos.
Escena: La conversación final entre el padre Marcus y una endemoniada (máscara de latex incluida) Nell.
Lo mejor: La flexibilidad de su protagonista.
Lo peor: La manera de encarar la narración, más cercana a una recreación de programas del tipo de Cuarto Milenio que a una película pretendidamente de terror.
Curiosidad: Todas las torsiones y convulsiones sufridas por Nell fueron realizadas por la propia protagonista, sin necesidad de trucajes de ningún tipo ni dobles.
Valoración: 2/10
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