lunes, 20 de mayo de 2019

ROTTWEILER (ROTTWEILER, 2004) 94´



Los reclusos Dante y Dongoro huyen encadenados durante su traslado a prisión. Dongoro no tarda en caer muerto bajo las fauces de un salvaje rottweiler que les persigue implacablemente, continuando adelante Dante con su fuga acosado hasta la extenuación por un animal que parece no tener hambre, sed ni cansancio.





Nuevamente Brian Yuzna se encargaría de dirigir una nueva propuesta de la Fantastic Factory, constituyendo Rottweiler el peor título de los nueve estrenados por el sello cinematográfico en sus apenas siete años de existencia. La película está basada en el libro de Alberto Vázquez Figueroa El perro, novela que el mismo adaptaría a partir del guion escrito por el propio Figueroa, y que ya había conocido una primera versión para cines con el estreno en 1977 de la película del mismo título, El perro. Como no podía ser de otra manera en un título de la Fantastic Factory, la historia fue modificada para incluir en la misma elementos de ciencia ficción que encajaran en las formas, parámetros y directrices de la productora catalana, lo cual no supuso ningún acierto, resultando de hecho mucho más angustiosa la cinta estrenada casi treinta años atrás y protagonizada por Jason Miller, por siempre conocido por dar vida al Padre Karras en El exorcista. 



La película está protagonizada en exclusiva por William Miller, actor ingles que sin embargo ha desarrollado el grueso de su producción en nuestro país, donde ha participado en numerosas series para televisión. Hay que reconocer y alabar que el actor pone toda la carne en el asador en la película, pero finalmente acaba resultando excesivo en su forma de abordar un personaje con tanto peso en la trama, haciendo que el espectador pierda todo interés por lo que le va sucediendo en su continua huida de un perseguidor incansable. Junto a Miller podemos ver breves intervenciones de actores de contrastada solvencia  como es el caso de Lluis Homar o Paul Naschy, resultando sin embargo, e igualmente en  ambos casos, totalmente desaprovechados y mal dirigidos, una constante dentro de la filmografía de Brian Yuzna para la Fantastic Factory, etapa profesional en la que quedaría constatada que la dirección de actores era una de las principales taras del director filipino. Como curiosidad indicar que, tras Romasanta, la joven Ivana Baquero (El laberinto del fauno) volvería a trabajar para una película de la Fantastic Factory nuevamente en un pequeño papel, aunque en esta ocasión su peso sea más importante que en su aparición en la película de Paco Plaza.



Tras unos atractivos títulos de crédito iniciales, los cuales poseen un estilo visual francamente destacable, arranca una película que apenas tarda unos segundos en presentar el nudo central de la narración, la constante persecución del rottweiler que da título a la cinta del personaje de  Dante. Con una trama tan sencilla Yuzna debiera haber puesto todo su énfasis en la construcción de secuencias en las cuales el suspense y la tensión fueran la base sobre la cual cimentar el trabajo, pero no hay nada de eso en la hora y media de metraje, que acaba por resultar tremendamente tediosa. Por el contrario parece que Yuzna ha aprovechado la filmación de la película para experimentar diferentes estilos de rodaje, con lo que vemos secuencias filmadas en plena naturaleza con la cámara planeando casi a vuelo vista sobre la acción que presenta la huida del personaje principal, otras que representan tomas acuáticas donde los requerimientos técnicos son diferentes, incluso escenas en la llegada del prófugo a la ciudad donde se cambia el estilo de fotografía para utilizar en este caso tonos verdes y rojizos de estética eléctrica. Asimismo monta la historia en base a flashbacks que narran los acontecimientos que han llevado al protagonista a la situación agónica en la que se encuentra y que tratan, sin conseguirlo, de mantener la expectación del espectador frente a tantos minutos de persecución.




Pero el problema no es que Yuzna dedique su trabajo a jugar con las texturas de la película, algo de hecho positivo, sino que en el trayecto deja de lado a la propia película, no prestando atención ni a historia ni a personajes, algo que lleva a su máxima representación en la absolutamente absurda, innecesaria y ridícula secuencia de sexo entre los personajes interpretados por William Miller y Paulina Gálvez. Algo parecido sucede con la inclusión de esa idea de un canido con hechuras de implacable Terminator, fusilando inclusive una secuencia de la propia cinta de Cameron de 1984, y de cómo esta premisa resulta ridícula e innecesaria, ya que la propia sensación de terror que genera el acoso del animal al personaje central, sin necesidad de fuegos de artificio adicionales, ya debiera resultar lo suficientemente perturbadora, algo que había quedado demostrado en la primera versión estrenada en cines de la historia.





Rottweiler constituye el punto más bajo a nivel de calidad de la Fantastic Factory, quedando ya de manifiesto el fracaso de la propuesta de Julio Fernández y Brian Yuzna, propuesta que sin embargo aún tendría tiempo de estrenar otras dos películas antes de bajar el telón definitivamente, y afortunadamente superarían lo visto en este título, tan aburrido como carente de interés. Y mira que el protagonista lo intenta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario