sábado, 21 de septiembre de 2019

HATCHET 3 (HATCHET 3, 2013) 78´



Una joven irrumpe en una comisaría de policía de Nueva Orleans, se encuentra totalmente empapada en sangre y barro y porta un trozo de cabellera de una cabeza humana. Una vez reducida por los agentes, les indica a estos que se llama Marybeth Dunstan y que acaba de sobrevivir a un encuentro en los pantanos con Víctor Crowley, no habiendo tenido sus compañeros de viaje la misma fortuna que ella, con lo que la zona que rodea la cabaña de Crowley se encuentra atestada de cadáveres y restos humanos.



Green da por finiquitada la trilogía inicial, que era el proyecto que barruntaba desde un inicio, con esta entrega que nuevamente continua la historia allí donde había acabado la cinta anterior, conformando de hecho estas tres películas una obra única de cuatro horas que podría incluso verse del tirón dada la linealidad que mantienen las tres. En esta ocasión Green únicamente se centra en labores de escritura de guion y producción, delegando la tarea de director a B.J. McDonnell, quien ejerciera de operador de cámara en las dos anteriores entregas de Hatchet, y que de hecho nos ofrece un solvente trabajo que respeta además el estilo visual ofrecido por Green con anterioridad, pudiendo de hecho ofrecer un mejorado look en base al mayor presupuesto manejado en esta ocasión.




Danielle Harris continua dando vida a Marybeth, haciendo Kane Hooder lo propio con el personaje de Víctor Crowley, presentándonos la película una nueva batida de actores icónicos del género, lo que nos permite encontrarnos con nombres como los de Zach Galligan (Gremlins), Caroline Williams (La matanza de Texas 2), Derek Mears (Viernes 13) o Sid Haig (La casa de los 1000 cadáveres). Por si lo dudaban, no falta el esperado cameo del propio Adam Green, en esta ocasión como uno de los detenidos que aparecen en la comisaria, pudiendo volver a ver nuevamente, y para sorpresa del espectador, a Parry Sheen dando vida a un nuevo personaje, ya que en sus anteriores apariciones en Hatchet y Hatchet 2 acababa defenestrado a manos de Crowley. Otra que vuelve a la saga es Rileah Vanderbilt, en el momento de filmar la película esposa de Green, y que si en la primera y segunda entrega se encargó de dar vida al joven Víctor Crowley, cambia de registro en esta ocasión para interpretar a uno de las integrantes del SWAT enviados para tratar de contener la matanza que está teniendo lugar en los pantanos.




Siendo fiel al estilo iniciado por Green en la primera entrega, se nota que el autor de los tres guiones es una misma persona, nos encontramos sin embargo ante la película más seria de la trilogía, obviando buena parte del humor más absurdo y socarrón que podíamos encontrar en el primer Hatchet y sustituyendo este por un tono de comedia referencial propiciado por disponer ya de numerosos elementos propios como saga. A este respecto podemos citar el momento en que al personaje al que da vida Shen le indican que hay dos cadáveres con un parecido más que razonable con él, o como en el momento en que uno de los personajes va a volver a narrar la trágica historia de Crowley, visto ya en las dos películas anteriores, es bruscamente interrumpido para evitar caiga nuevamente en el redundante flashback. Podemos de esta forma hablar de Hatchet 3 como la más madura de la saga, habiendo por fin encontrado el equilibrio justo entre el horror y la parodia.




Nos encontramos por otra parte en la primera película de la franquicia que aborda la narrativa de dos historias en paralelo, de una parte el enfrentamiento entre los agentes y Víctor en el pantano y de otra los intentos de los personajes de Caroline Williams y Danielle Harris buscando detener a un ser que saben no pueden matar de la manera tradicional. De hecho es en Hatchet 3 donde más secuencias en exteriores se han filmado, y aunque los habituales momentos rodados en un estudio perfectamente caracterizado como una zona pantanosa vuelven a sucederse, hay que agradecer ese interés por no siempre mover la montaña a Mahoma, sino también hacer el movimiento inverso, ubicando la filmación en parajes naturales.



Tercera entrega que mantiene en esencia el espíritu de toda la saga, incidiendo donde las anteriores películas mejor habían funcionado y conformando un conjunto salvajemente entretenido, perfectamente conocedor de cuál es su sitio como franquicia y que desde la honestidad de su propuesta se  presenta como sentido homenaje a todo un estilo de películas de terror que tendrían su momento de mayor apogeo en la lejana década de los ochenta. Y todo ello a pesar de que Crowley no entienda de sentimentalismos baratos, y si de violencia descarnada y brutal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario