LA
MALDICIÓN DE FRANKENSTEIN – 1957 (81´)
La película que marcaría el inicio de la nueva edad dorada de los monstruos clásicos, siendo la productora británica Hammer quien tomara el relevo de la Universal a la hora de ofrecer un conjunto de títulos donde el color, la sensualidad y la violencia serían los principales valedores de estas re visitaciones. Terence Fisher nos ofrecería, en su primera aproximación al cine de terror, todo un recital de contención narrativa para, en apenas hora y veinte, contarnos una nueva versión de la obra de Mary W. Shelley donde el personaje del doctor Frankenstein traspasa la frontera del mad doctor al uso para convertirse en un auténtico villano al que su obsesión lleva a la locura más absoluta, no dudando en asesinar a quien sea necesario con tal de proseguir con sus investigaciones. Fisher hace un manejo brillante de la filmación en decorados, a lo que hay que sumar un diseño de vestuario que nos devuelve todo el esplendor del clasicismo victoriano, perfecto para definir el terror gótico en el que se ubica la historia. Y con Christopher Lee en el papel de una criatura igualmente salvaje y sanguinaria, y cuyo maquillaje sería, además de todo un quebradero de cabeza para el intérprete, fuente de inspiración a la hora de caracterizar a la criatura en el Frankenstein de Kenneth Branagh.

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