jueves, 4 de septiembre de 2025

SHOCKER, 100.000 VOLTIOS DE TERROR – 1989 (105´)

Wes Craven trataría de crear un nuevo Freddie Krueguer con Horace Pinker, un asesino en serie ajusticiado en la silla eléctrica y con la capacidad de pasar de cuerpo en cuerpo para seguir cometiendo sus fechorías después de muerto, una idea que nos retrotrae de manera obligada a la cinta de Jack Sholder (curiosamente director de la segunda entrega de Pesadilla en Elm Street) Hidden, lo oculto (1987). Y hay que reconocer que la película comienza de manera excepcional, siendo este primer tramo, brutal y terrorífico, lo mejor de una cinta que acaba de manera decepcionante, especialmente debido a una resolución con tintes casi humorísticos que muestran al protagonista y al psicópata en una persecución entre programas de televisión. Aún con todo, y si obviamos ciertas alocadas ideas que tienen que ver con el uso de la electricidad por parte del personaje de Pinker, un título que merece la pena por el enfoque de una primera mitad de película que si constituye un notable ejercicio de terror cinematográfico y que incluyen, entre otras buenas ideas, la presencia del fantasma de la novia asesinada del protagonista como ángel de la guardia de este.

miércoles, 3 de septiembre de 2025

SOCIETY – 1989 (98´)

Debut como director de un Brian Yuzna quien sin embargo no era ningún recién llegado, siendo de hecho productor de películas tan conocidas como Reanimator (1985), Resonator (1986) o Dolls (1987), todas ellas dirigidas por su socio Stuart Gordon. Society sigue de hecho en parte esa línea dentro de los títulos citados a la hora de replicar el universo de Lovecraft en el cine, fusionándolo con esa idea de metamorfosis propia de la Nueva Carne creada por David Cronenberg, todo ello suponiendo además una nada disimulada crítica social contra las clases altas. El papel principal es para Billy Warlock, popular en aquel entonces por su participación en Los vigilantes de la playa, siendo sin embargo los grandes protagonistas de la cinta unos brutales y desagradables efectos de maquillaje obra del talentoso Screaming Mad George.

EL GABINETE DEL DOCTOR GALIGARI

EL GABINETE DEL DOCTOR GALIGARI - 1919 (78´)

Uno de los títulos de referencia a la hora de hablar del Expresionismo en el cine, movimiento artístico que queda patente especialmente en unos decorados de formas geométricas imposibles y en un uso de la iluminación que llena la pantalla de luces, menos, y sombras, más. Pero es que además es una de las películas pioneras a la hora de abordar personajes recurrentes en el género como ese mad doctor que en  el fondo es el doctor Galigari, o el asesino en serie que para su desgracia encarna el personaje de Cesare. Y es que, si el cine de terror contemporáneo tiene sus antepasados, El gabinete del doctor Galigari estaría en el salón de la fama de estos títulos primigenios. 

MURDER SET PIECES

MURDER SET PIECES - 2004 (90´)

Un título que toma como referente principal a Henry, retrato de un asesino (1986) en tanto se limita a narrar el día a día de un asesino en serie al que se trata de humanizar retratando el origen de su maldad así como su vida fuera de su lado más salvaje, ubicando para ello la trama en una ciudad tan propicia como Las Vegas. Y para ello Nick Palumbo, guionista y director de la película, no escatima sangre, violencia ni sexo, entendiendo necesario el ofrecer un suma y sigue de secuencias impactantes a la hora de generar en el espectador la repulsa más absoluta ante lo que está viendo. Asimismo su realizador toma dos constantes dentro del género en su vertiente de serie B, como es el contar con la participación de intérpretes canónicos dentro del terror, en este caso el Tony Todd de Candyman, el dominio de la mente (1992) o los Gunnar Hansen y Edwin Neal de La matanza de Texas (1974), así como hacer lo propio con actrices provenientes del género pornográfico, caso de Destiny St. Claire, o Crissy Moran. Y es curioso como frente a un suma y sigue de violencia y gore la secuencia más impactante es la del encuentro entre el bebe y el asesino, por como juega con unos de nuestros miedos más atávicos, el ver sufrir a un niño.

BOLSA DE CADÁVERES

BOLSA DE CADÁVERES - 1994 (95´)

Película de episodios que, a pesar de no ser especialmente brillante por contar con unas historias sin empaque aunque hay que reconocer que originales y entretenidas, merece la pena visionar especialmente en base a quienes son los dos responsables que se encuentran tras las cámaras, unos Tobe Hooper y John Carpenter enormemente disfrutones, especialmente en el caso de un Carpenter que se reservaría además el mejor de los personajes, el del forense que sirve de elemento cohesionador de las diferentes historias. Y si esto no fuera suficiente atractivo, la película cuenta con las apariciones de intérpretes como Mark Hamill, David Naughton, Stacy Keach, Robert Carradine o Deborah Harry, además de cameos de cineastas ligados al terror como Sam Raimi, Wes Craven o John Landis. Puede que no tenga la categoría de Creepshow (1982), pero les hará pasar un buen rato a costa de las desgracias de los demás. 

NUEVA YORK BAJO EL TERROR DE LOS ZOMBIS

NUEVA YORK BAJO EL TERROR DE LOS ZOMBIES - 1979 (88´)

Lucio Fulci dirigiría su propia oda al cine de los muertos vivientes tratando de confundir al respetable con el título original de la película, presentándola como una secuela directa de la cinta de Romero Zombi, estrenada un año antes. De esta manera se construiría uno de los títulos más reseñables dentro del spaguetti-zombie, y que en esta ocasión optaría por abordar la temática del vudú y la magia negra para tratar de dar explicación a la aparición de sus muertos vivientes, presentando además unos zombis con unas caracterizaciones que remarcaran su aspecto más desagradable y de podredumbre. Y con algunas secuencias marcadas a fuego en la retina del espectador, como son, nunca mejor dicho, la de la astilla en el ojo o la lucha bajo el agua entre un zombi y un escualo. Lo dicho, puro Fulci. 

martes, 2 de septiembre de 2025

EN COMPAÑIA DE LOBOS


EN COMPAÑÍA DE LOBOS - 1984 (95´)

El irlandés Neil Jordan dirige con mimo esta libre adaptación del cuento de Charles Perrault que, dado su origen en el folclore popular, se postula como un cuento de terror protagonizado por el mito de la licantropía. La película posee un consciente aire onírico que se apoya en un diseño de producción francamente notable que le confiere esa aura de cuento infantil y macabro que maneja la cinta. Angela Lansbury hace las veces de la abuelita mientras que la joven Sarah Paterson, en su rol de émula de Caperucita, se mueve sin ambages entre lo virginal y lo pecaminoso. La película, a pesar de no sustentarse en el efectismo, es conocida por sus impactantes secuencias de transformación, propias de unos años donde los efectos protésicos y de maquillaje estaban en su momento más álgido. Historia con moraleja, y es que recuerda no fiarte de los hombres con una sola ceja.

RABIA

RABIA - 1977 (90´)

Película perteneciente a la primera etapa del director canadiense David Cronenberg quien ya dejaría patente en su cuarto largometraje varias de sus constantes cinematográficas como son su sentido del bizarrismo y del sexo como catalizador de las relaciones humanas, no en vano el órgano que Rose desarrolla tiene forma de vagina de la que emana un pene que es el que extrae la energía de sus víctimas. En este sentido también se aprecia ese tratamiento de las historias bajo el prisma de lo que más adelante se denominaría como la Nueva Carne, tendencia que centra el horror en el poder de la carne y en la fusión entre lo orgánico y lo mecánico. La película está protagonizada por la actriz Marilyn Chambers, quien provenía del mundo del porno y que fue una imposición de los productores al director, entre los que se encontraba un Ivan Reitman quien se haría mundialmente famoso como director gracias a comedias como Los incorregibles albóndigas (1979), El pelotón chiflado (1981), Los cazafantasmas (1984) o Los gemelos golpean dos veces (1988). Eso sí, David Cronenberg supo sacar todo el partido del mundo a un irrisorio presupuesto de medio millón de dólares a la hora de construir esta epidemia en la ciudad de Montreal.

¿QUÉ FUÉ DE BABY JANE?

¿QUÉ FUE DE BABY JANE? - 1962 (136´)

Obra cumbre dentro del terror psicológico, la película de Robert Aldrich es ante todo un duelo interpretativo, y algo más, entre dos actrices del talento de Joan Crawford y Bette Davis, quienes no fueron escogidas al azar, ya que se profesaban un odio real absoluto, algo que queda patente en cada una de las escenas que comparten en pantalla, lo que ayuda a fomentar ese clima de desasosiego y presión que la cinta produce y que llega a ubicarla por momentos dentro del género de casas encantadas, tal es el peso de la mansión en la que viven las dos hermanas protagonistas. Atención a una Bette Davis convertida, caracterización mediante, en uno de los personajes más terroríficos de la historia del cine, y sin necesidad de sanguinolentos trucos de guion, contando únicamente con una presencia en pantalla que encoje el alma.

SONÁMBULOS

SONÁMBULOS - 1992 (91´)

Excesivamente vilipendiada película dirigida por un Mick Garris siempre funcional dentro del terror y que contaría con el primer guion escrito por Stephen King, el cual no estaba basado en ninguno de sus relatos previos, pudiendo ser las expectativas de este estreno las que ocasionaran el aluvión de reseñas tan negativas. Y es que sin ser un título de altura sí que es un gozoso entretenimiento dentro del género con algún aporte interesante, como esa incestuosa relación entre los sleepwalkers protagonistas, una buena dosis de gore, atinados efectos de maquillaje con excepción de un morphing demasiado acartonado, y la participación, vía cameo, de directores dentro del género tan conocidos como John Landis, Tobe Hooper, Clive Barker o el propio Stephen King. Quienes no quedaron desencantados de la experiencia serían unos Garris y King que poco más tarde colaborarían en las televisivas Apocalipsis (1994) y El resplandor (1997).

lunes, 1 de septiembre de 2025

LINNEA QUIGLEY

Actriz menuda, de menos de metro sesenta, nacería en 1958 en Davenport, Iowa, y se erigiría desde muy joven como una de las musas del terror de serie B y Z de la década de los ochenta. Iniciada, como muchas de sus compañeras de profesión, en el mundo de la moda, no tardaría en darse a conocer en pequeños papeles en producciones de bajo presupuesto donde a menudo los desnudos estarían a la orden del día. Y sería esa falta de prejuicios a la hora de desnudarse la que la convertiría en una actriz recurrente en producciones de terror de segunda con evidente alma de explotation. Su icónico papel en la maravillosa El regreso de los muertos vivientes (1985), donde protagonizaría uno de los desnudos más recordados en el cine zombie, sería el que acabaría por consagrarla como una de las actrices con los que contar si o si dentro del género en su vertiente más golfa y alejada de las grandes producciones, haciéndose un hueco en producciones de serie B hasta el punto de que a día de hoy todavía se la tiene en cuenta como intérprete a la que recurrir en numerosas producciones, eso sí, de muy poco presupuesto y muy baja calidad..

Estas serían sus películas más reseñables dentro de la década de los ochenta de entre, no lo olvidemos, una filmografía de ciento ochenta trabajos:

Trampa para turistas (1979): Sin acreditar, interpreta a uno de los maniquíes de esta rareza a reseñar.

Calles salvajes (1984): Este híbrido entre rape and revenge y cinta al más puro estilo Curso de 1984 (1982) la uniría a otra de las habituales del género de aquellos años, la Linda Blair de El exorcista (1973).

Noche de paz, noche de muerte (1984): Un título de culto que tomaría elementos tan positivos como la Navidad o Santa Claus para pervertirlos retorcidamente. La muerte de su personaje es la más icónica de toda la película, ensartada semidesnuda entre los cuernos de una cabeza disecada.

El regreso de los muertos vivientes (1985): Una de las obras cumbre del género de los muertos vivientes nacida por el acuerdo entre George A. Romero y John A. Russo, director y productor respectivamente de La noche de los muertos vivientes (1968), para repartirse la franquicia. La película nos regalaría a una Linnea Quigley en modo punk además de su desnudo más recordado.

Creepozoides (1987): Una de las muchas copias de tercera nacidas en los ochenta a rebufo del éxito de Alien, el octavo pasajero (1979) y filmada por un David de Coteau experto en rodajes de batalla e ínfimo presupuesto, lo que le ha permitido generar una filmografía ingente de cerca de ciento cincuenta películas en su haber.

Hollywood chainsaw hookers (1988): Uno de los títulos de referencia dentro del cine de terror más casposo de los ochenta, dirigido por uno de los directores de referencia dentro de la serie Z, Fred Olen Ray, con la participación del Leatherface original, Gunnar Hansen y con Linnea Quigley y unas enormes motosierras como grandes protagonistas de la función.

La noche de los demonios (1988): Estupenda película que bebe de títulos como Demons (1985) para fusionar su temática con el género de casas encantadas en un festival de cine de ettror totalmente recomendable y que generaría, además de varias secuelas, un remake estrenado en 2009 donde no podía faltar un cameo de la actriz.

Pesadilla en Elm Street 4 (1988): La actriz haría una breve aparición como una de las almas que emergen del pecho de Freddie Krueguer en una de las escenas más recordadas de la película.

Autora de dos libros sobre su experiencia en la industria, miembro durante varios años, tocaría la guitarra, de la banda The skirts y volcada igualmente en su labor más altruista al cuidado de animales abandonados, la actriz, como ya hemos apostillado, no ha dejado a día de hoy de trabajar en el género, bien en cameos, bien en apariciones más largas, llegando a atesorar de esta forma una trayectoria de cerca de doscientos títulos, pudiendo vanagloriarse además de ser la autora del grito más largo jamás visto en una película de terror, el dado por su personaje de La noche de los demonios, además de haber sido elegida nada menos que por la revista Playboy como la reina del grito más sexy de todos los tiempos.

EL BESO DE LA PANTERA

EL BESO DE LA PANTERA - 1982 (110´)

Paul Schrader, mejor guionista que director como así lo atestiguan sus trabajos como escritor para películas como Yakuza (1974), Taxi driver (1976), Toro salvaje (1980) o La última tentación de Cristo (1988), realiza un atinado remake del clásico de Jacques Tourneaur La mujer pantera (1942), dejando de lado toda la sugestión de la obra original para ceder el protagonismo a la explicitud más escabrosa, tanto en las secuencias de tono terrorífico, las cuales apuestan por seguir la senda de éxitos como Un hombre lobo americano en Londres (1981) o Aullidos (1981), como en aquellas en las que el erotismo es el gran protagonismo, siendo para ello Nastassja Kinski la mejor elección posible como protagonista. Un título que merece la pena rescatar del ostracismo en el que se encuentra aunque solo sea por el empaque visual que posee y que hace acto de presencia ya en un prólogo excelente.

EL REGRESO DE LA MUJER PANTERA

EL REGRESO DE LA MUJER PANTERA – 1944 (69´)

Una curiosa secuela que, continuando linealmente la historia de los protagonistas de la película de 1942, nada tiene que ver con el género de terror más allá de ser una estupenda fábula con ciertos momentos que la asemejan a un cuento de miedo. Poseedora de una atmósfera tan sobresaliente como la de la película de Tourneur, la cinta recupera la presencia de una magnética Simone Simon en esta ocasión en el rol de hada bondadosa, siendo igualmente reseñable el enorme papel de la pequeña Ann Carter, responsable principal de que la película funciona. El regreso de la mujer pantera supondría el debut como director de un Robert Wise quien, además de un puñado de joyas del séptimo arte, continuaría ligado al género con títulos como El ladrón de cadáveres (1945), La mansión encantada (1963) o Las dos vidas de Audrey Rose (1977). Un estupendo y disruptivo programa doble para ver tras La mujer pantera.

LA MUJER PANTERA

LA MUJER PANTERA – 1942 (73´)

Auspiciado por la compañía RKO el dúo formado por Jacques Tourneur como director y Val Lewton como productor nos regalaría, y no sería el único, uno de los clásicos del cine de terror de los años cuarenta. Un título que bajo una historia de maldiciones y metamorfosis oculta en realidad el drama de una protagonista que se mueve entre la cordura y la locura y quien ya en la secuencia de inicio dibujará, sin ella saberlo, cuál será su final en la película. El cineasta francés se parapeta tras el uso de luces y sombras para de esta forma y a través de la sugestión tratar de generar en el espectador las mismas sensaciones de inseguridad de quienes sufren el acoso de quien da título a la película. Cine clásico al que merece la pena dedicar una hora y cuarto de nuestro tiempo.

LIFERFORCE, FUERZA VITAL

LIFEFORCE, FUERZA VITAL - 1985 (116´)

Un batiburrillo de ideas caótico pero gozoso que adapta la novela de  Colin Wilson Los vampiros del espacio y entre las que podemos apreciar elementos de ciencia ficción mezclados con el cine de vampiros para acabar con un festival zombie que bebe de títulos como El regreso de los muertos vivientes (1985), estrenada ese mismo año y dirigida por un Dan O´Bannon que en este caso sería el autor del alocado guion. Uno de los títulos que Tobe Hooper realizaría para la productora Cannon y donde destacan unos efectos especiales notables que tienen su culmen en la secuencia del forense y a la que lo único que podemos achacarle es algo de exceso en su metraje, lo que da lugar a un demasiado largo segundo acto. Y pese a contar con actores de la talla de Peter Firth, o Patrick Wilson todas la miradas acaban posándose en una Mathilda May que tiene a bien pasearse desnuda durante buena parte de la película.

AL FINAL DE LA ESCALERA


AL FINAL DE LA ESCALERA- 1980 (102´) 
Basada, como no podía ser de otra manera, en un caso real acaecido en la ciudad de Denver, esta película apostaría abiertamente por un estilo clásico y austero basado principalmente en la sugestión a la hora de contar una historia de fantasmas que, solo utilizando una pelota botando escaleras abajo, es capaz de mantenerte en vilo. Remarcar una banda sonora que logra atrapar y asustar a partes iguales, siendo este elemento uno de los principales potenciadores de que la película acabe realmente asustando. Y si además cuentas con el protagonismo de un soberbio George C. Scott, capaz de participar en obras maestras como El buscavidas (1961), Teléfono rojo, volamos hacia Moscú (1964) o Patton (1970), la experiencia cinematográfica, además de la terrorífica, está servida. Uno de los títulos que hay que ver si lo tuyo es el cine de fantasmas.