lunes, 10 de febrero de 2014

STARSHIP TROOPERS, LAS BRIGADAS DEL ESPACIO (Starship Troopers, 1997) 129´








“Un nuevo enemigo, una nueva guerra” 

FICHA TÉCNICA 

Dirección-Paul Verhoeven 
Guion-Edward Neumeier 
Fotografía-Jost Vacano 
Música-Basil Poledouris 
Producción-Jon Davidson/Alan Marshall 

INTERPRÉTES 

Casper Van Dien (Johnny Rico) 
Dina Meyer (Dizzy Flores) 
Denise Richards (Teniente Carmen Ibañez) 
Jake Busey (Ace Levy) 
Seth Gilliam (Sugar Watkins) 
Neil Patrick Harris (Carl Jenkins) 
Clancy Brown (Sargento Zim) 
Patrick Muldoon (Zander Barcalow) 
Michael (Ironside Jean Rasczak) 

SINOPSIS 

En pleno siglo XXII Johnny Rico es un estudiante de instituto que empujado por la vocación de su novia, quien anhela ser piloto de la Federación, se alista en la Infantería Móvil. Tras una ardua preparación castrense y debido a un fatal accidente durante unas maniobras, Rico decide abandonar su carrera como militar, pero cuando está a punto de dejar su base salta la noticia, el mundo está en guerra y su ciudad natal ha sido la primera en caer aniquilada bajo el fuego enemigo, unos gigantescos insectos dispuestos a arrasar con toda la civilización humana. 

CRITICA 

Verhoeven contó con la novela de 1959 de Robert A. Heinlein Starship Troopers como fuente de inspiración y la nada desdeñable cantidad de más de cien millones de dólares para armar toda una broma que satiriza el excesivo fervor militarista de Estados Unidos, usando la ciencia ficción como mordaz forma de colar no pocas críticas a una sociedad tan tendente al patriotismo, amén de cómo ya hiciera en Robocop (1987) colar ciertos reproches a medios de comunicación, sociedad y religión. Es por ello que la película obtuvo en el momento de su estreno no pocas críticas furibundas que la tachaban de simplista, absurda e incluso de poseer cierto tufillo fascistoide, demostrándose de esa manera que no fue bien entendida por buena parte de público y crítica. 

Si bien es cierto que la historia es muy básica y ni siquiera posee un buen final (en ese aspecto la novela es mucho más densa y posee varios elementos que nos son aprovechados por la cinta), esto es así porque Verhoeven no quería hacer una traslación fiel de la obra literaria, sino que la tomo como referente para armar su gran broma, una película que se inicia como una prototípica cinta de adolescentes (incluidos partido de futbol, baile de fin de curso y un maremagno de amores y desamores) para acabar como una contra apología del fascismo como forma de sociedad, que es poco más o menos, el sistema que rige en la película. Incluso los vestuarios y demás parafernalia militar copia de manera indisimulada simbología y uniformes del ejército alemán de la Segunda Guerra Mundial. 

Pero más allá que logremos entrar en el juego del director, la película es tremendamente entretenida (quizás con un primer acto hasta el momento en que se alista el protagonista más ramplón y aburrido), llena de secuencias de acción muy bien dirigidas en donde el gore campa a sus anchas en todo un recital de sangre y desmembramientos. Sus efectos visuales son de una calidad asombrosa y hoy en día, dieciséis años después de su estreno, mantienen intacta toda su calidad integrados de manera perfecta en la imagen rodada. 

En cuanto al elenco Verhoeven continuó fiel al estilo que quería conferir a la cinta, contando con un puñado de actores jóvenes de origen televisivo, bastante malos en sus interpretaciones (posiblemente elegidos conscientemente de sus limitaciones) y que son fieles representantes cuasi arios del estilo visual que quería conferir a la sociedad mostrada, tan perfecta como frágil. Para compensar un casting tan pobre Verhoeven incluyó a dos secundarios de lujo como son Michael Ironside y Clancy Brown que aportan la calidad en este terreno. 

Verhoeven como director, Neumeier escribiendo el guion y Poledouris componiendo la música volvieron de esta manera a trabajar juntos tras el excelente resultado que les dio en Robocop (1987) para de alguna manera volver a apostar por la ciencia ficción más gamberra y crítica aunque sin llegar a la altura de la película sobre Murphy. No obstante Starship Troopers es una gran cinta de ciencia ficción bélica a la que, eso sí, hay que acercarse sabiendo lo que ofrecerá, ya que de otra manera podemos sentirnos defraudados por ese aire tan ligero en su trama. 

ESCENA PARA EL RECUERDO: El ataque de los bichos a la base Whiskeu del planeta P, un remedo alienígena de los asedios tan habituales en el western, donde un grupo de pocos hombres aguantaba la embestida de todo un ejército enemigo y que tiene en El Álamo (1960) una de sus más conocidas propuestas. 

APLAUDIMOS: La forma en que Verhoeven no solo logra reírse de toda una forma de vida sino el hecho de que esta broma ni siquiera fue captada de inicio por sus propias víctimas que hicieron de Starship Troopers una lectura totalmente opuesta. Su brutalidad y humor macabro. 

DENUNCIAMOS: Un guion simplista y facilón, algo inherente a la propuesta que el director tenía en mente desde un inicio, lo que puede provocar vaya perdiendo fuerza con el transcurrir de los años, algo que de momento no le sucede. 

UNA CURIOSIDAD: El momento en que toda una montaña de bichos se apelotonan contra el muro del puesto que defienden los marines espaciales recuerda al reciente uso de zombies con el mismo propósito en la escena más iconográfica de Guerra Mundial Z (2013). 

LA FRASE: “¿Desea saber más?” (Voz en off) 

VALORACION: 8 




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