jueves, 4 de octubre de 2012

EL HOMBRE LOBO (The wolf man, 2010) 102´









 “La leyenda está viva” 

FICHA TÉCNICA 

Dirección-Joe Johnston 
Guión-Andrew Kevin-Walker/David Self 
Fotografía-Shelly Johnson 
Música-Danny Elfman 
Producción-Sean Daniel/Benicio Del Toro/Scott Stuber/Rick Yorn 

INTERPRÉTES 

Benicio Del Toro (Lawrence Talbot)
Anthony Hopkins (Sir John Talbot)
Emily Blunt (Gwen Conliffe)
Hugo Weaving (Abberline)
Cristina Cortes (Solana Talbot)
Geraldine Chaplin (Maleva)
Elizabeth Croft (Ophelia)

SINOPSIS 

Lawrence Talbot, un reputado actor de finales del siglo XIX regresa al hogar paterno tras fallecer su hermano en un extraño y macabro asesinato. Al llegar al lugar comienza a hacerse eco de una serie de leyendas que hablan de un ser demoniaco que mora en los alrededores y que es quién está llevando a cabo las brutales muertes entre la gente del lugar. Una noche de luna llena, mientras se encuentra en un campamento gitano, el propio Talbot es herido por una criatura que ataca la zona produciendo innumerables muertes, aunque en el caso del actor este sobrevive al ataque. 

CRITICA 

Joe Johnston (Capitan America, el primer vengador) firma esta revisión del clásico de la Universal rodado en 1941 por George Waggner. Amén de homenajes y demás guiños, la cinta por lo demás se presenta como una pretenciosa a la par que fallida traslación del clasicismo de la obra protagonizada por Lon Chaney a las nuevas pautas del cine de terror (marcadas especialmente por el uso del gore en los ataques de la bestia). 

Y es una lástima, porque la cinta no tiene malos mimbres, pero estos fallan unos tras otros. La historia que enmarca los acontecimientos está mal desarrollada, el cenit de la trama se desenmascara sin ningún ápice de suspense y los personajes están desdibujados, sin terminar de definir. Parte de este tropiezo puede ser de los recortes sufridos por el metraje para tratar de dejar la duración final en un minutaje más comercial. 

Pero no solo flaquea la historia, los actores, todos de sobrada solvencia, se pasean por la pantalla como si la cosa no fuera con ellos, especialmente un Benicio Del Toro extrañamente soso (más si cabe tenemos en cuenta que su involucración en la película va más allá de la interpretación, siendo asimismo productor de la cinta). Solo Hugo Weaving sale indemne de esta retahíla de olvidables interpretaciones. 

El diseño de producción se aprovecha de un holgado presupuesto para recrear elegantemente el ambiente victoriano, donde destaca un vestuario de tonos oscuros que se adapta a lo melancólico de la historia. Sin embargo esa amplitud presupuestaria tropieza en lo más importante, la caracterización de Del Toro en su rol de hombre lobo. No es mala del todo, pero se esperaba más, mucho más de Rick Baker (autor de los maquillajes de Un hombre lobo americano en Londres y Aullidos entre otros) uno de los grandes maestros del maquillaje de las últimas décadas en Hollywood. Además hay momentos en los que los efectos visuales están integrados torpemente denotando claramente su origen infográfico. 

Lo más reseñable por otra parte es el uso de la violencia en los ataques del hombre lobo, logrando una curiosa contraposición entre el fondo clásico que respira la película con una escenas enmarcadas abiertamente en el gore (amputaciones, evisceraciones, decapitaciones…). Sin embargo esas escenas no pueden por si solas levantar el vuelo de una película que se pierde en sus propias expectativas. 

Contra todo pronóstico, torpe revisión de una de las criaturas de terror míticas de la Universal. 

Escena: El ataque del lobo al campamento de los zíngaros, donde da buena cuenta de varias víctimas, y que culmina con la agresión sobre el protagonista. 

Puntos Fuertes: El gore, que logra una curiosa contraposición frente a la formalidad de la propuesta en cuánto a ambientación y desarrollo contra un uso exacerbado de la violencia en las secuencias de los ataques del hombre lobo. 

Puntos Débiles: Contra todo pronóstico las interpretaciones tanto de Hopkins (cada vez más acostumbrado a papeles alimenticios donde apenas se esfuerza en sus caracterizaciones) como de Del Toro (quien parece pasar toda la película con cara de no saber de que va todo). 

Curiosidad: Rick Baker quiso en su diseño del hombre lobo emular el maquillaje de la cinta de 1941 obra de Jack Pierce (autor asimismo del reconocido maquillaje de Frankestein), ya que es un confeso admirador de este artesano de los trucajes. 

La Frase: “Una bestia habita entre nosotros” (Reverendo Fisk) 

Valoración: 5.25 (Un hombre lobo sangriento y brutal en sus ataques pero descafeinado durante el resto de metraje) 


 

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