Esta bella inglesa de
brillante cabello moreno, mirada hipnótica y escote vertiginoso
comenzaría
su carrera, como muchas otras actrices, gracias a su belleza y su cuerpo, y es que trabajaría como
modelo para numerosas publicaciones.
Es de esta forma que sería
descubierta, y tras
debutar en el cine en varios papeles sin acreditar y alguna que otra
intervención sin demasiada relevancia, se daría a conocer gracias a la producción de
1971 El abominable Dr. Phibes. Sería este el comienzo de una fructífera
colaboración con la productora Hammer, y sería gracias a estos trabajos
que llegaría a
codearse con los grandes intérpretes de la desaparecida productora inglesa.
Tras su experiencia en la Hammer, la
actriz quiso desencasillarse del rol que la perseguía
participando en películas de corte fantástico, como la deliciosa El viaje
fantástico de Simbad (1973) y llegando incluso a ser chica Bond en La espía que me amo
(1977), aunque
ya había aparecido en un papel sin acreditar en Casino Royale (1967), parodia
de la saga sobre el espía con licencia para matar.
Con la llegada de la década de los ochenta comienza el declive en la carrera de la intérprete, a pesar de su aparición en una película de culto como es Maniac (1980), siendo la mayoría de sus trabajos durante aquellos años puramente alimenticios y donde en ocasiones sus interpretaciones son meras parodias de papeles anteriores. En su periplo por los diferentes lugares donde trabajo llegaría también a España, donde rueda bajo las órdenes de Jess Franco o Paul Naschy.
De esta manera iría espaciando
cada vez más sus apariciones hasta llegar a unos dos mil donde apenas ha
trabajado en un puñado de títulos, pudiéndola ver, eso sí, en numerosos
trabajos documentales que abordan el terror en el cine desde diferentes
perspectivas, lo que da constancia de su impronta en el género que la encumbraría
como toda una scream queen de referencia.
Sus títulos más representativos dentro
del género de terror son:
El abominable Dr. Phibes (1971): Su
primera colaboración con la factoría Hammer y un clásico del cine de terror.
Drácula 73 (1972): Donde comparte
cartel con los dos grandes actores de la productora Hammer, Christopher
Lee y Peter
Cushing.
Capitán Kronos, cazador de vampiros
(1974): Interesante cinta que mezcla con habilidad el llamado cine
de capa y espada con el terror más clásico.
Sharon´s baby (1975). Un evidente
exploit del clásico de Roman Polansky La semilla del diablo (1968) donde compartiría
protagonismo con otro asiduo del género como Donald Pleasance.
Maniac (1980): Todo un referente del
cine de terror más underground y que ha ganado adeptos con el paso de los años.
Fanático (1982): Un intento de repetir
los logros de Maniac, contando nuevamente con Joe Spinell como maniaco homicida
y con Caroline Munro como víctima de los desmanes de este.
El día de los inocentes (1986):
Dirigida por su segundo marido, George Dugdale, se trata de uno de los tantos
slashers ochenteros ambientados en una fecha concreta y con trasfondo
estudiantil, en este caso una reunión de antiguos alumnos de instituto.
El aullido del diablo (1987): Dirigida
por Paul Naschy, quien monopoliza la historia en detrimento de Munro.
Los depredadores de la noche (1988):
Cinta del prolífico Jess Franco, y uno de sus últimas apariciones en la
pantalla grande.
Esta apasionada del arte y que en
realidad quería dedicarse a la fotografía puede presumir, a pesar de jugar
siempre con su presencia física en pantalla, de ser una de las pocas scream
queens de relumbrón que no han necesitado desnudares en pantalla para lograr
tan ansiado título como reina del grito.