domingo, 23 de septiembre de 2018

PHANTASMA 2, EL REGRESO (PHANTASM 2, 1988) 91´





“Terrorífico, implacable, imparable”


DE QUE VA: Mike logra salir con engaños de la institución mental en la que ha estado recluido durante los últimos años. Así, mientras hace creer a los responsables médicos que todo lo vivido con el hombre Alto era fruto de alucinaciones, decide iniciar la búsqueda de este ser de otra dimensión para acabar con el. Pero para ello necesitará la ayuda de su buena amigo Reggie.
 

QUIEN LA HACE: Casi diez años después de estrenado el primer Phantasma, Coscarelli contó con el apoyo económico de la Universal para rodar una secuela. Pasaba así a disponer de un presupuesto de más de tres millones de dólares frente a los trescientos mil de la cinta de 1979, pero también contaba con un mayor control creativo, algo habitual si trabajas con una Major.


QUIEN SALE: Precisamente una de las imposiciones de Universal fue prescindir de Michael Baldwin para interpretar a Mike y poner en su lugar a un actor juvenil con más tirón comercial, como era el caso de James Le Gros. Por suerte, Coscarelli pudo seguir contando con Reggie Bannister en el papel de Reggie, así como con Angus Scrimm como el Hombre Alto, aunque este último no fue puesto en entredicho por la productora de la película. Eso sí, una nueva exigencia sería incluir una trama romántica, para la cual se contaría con la joven Paula Irvin, quien apenas filmaría un puñado de trabajos más, siendo en este aspecto mucho más interesante el alocado personaje de Alchemist interpretado por Samantha Philips, una experta en toda serie de títulos chusqueros direct to video. El veterano Kenneth Tigar daría vida al Padre Meyers.

QUE ME GUSTA: La capacidad de Coscarelli a la hora de manejar los presupuestos de sus películas, haciendo que Phantasma 2 parezca una película mucho mayor de lo que su inversión pudiera hacer parecer. El momento en que Mike y Reggie se avituallan de armamento, destacando la sierra eléctrica y una de esas piezas que se convertiría inmediatamente en icónica de la franquicia, la escopeta de cuatro cañones. La evolución que sufre la saga, convirtiéndose en una road movie de horror. La forma tan talentosa de filmar tanto  las explosiones como los accidente de coche por parte de Coscarelli. Como queda patente la brutal evolución técnica y como director de su máximo responsable, con una composición de las escenas superior al título de 1979. Los brutales fx de maquillaje, donde se adivinan entre otros nombres como los de Robert Kurtzman o Greg Nicotero. El final, tan propio de una película tan personal como Phantasma.

QUE NO ME GUSTA: Toda la trama protagonizada por Liz y su familia, donde se evidencia la desgana de Coscarelli hacía esa parte de la historia. Comparado con el resto de efectos, el juego de ángulos y paneles blancos para simular el paso a la otra dimensión a través de las dos barras metálicas verticales por parte de los protagonistas se antoja bastante cutre y luce artificial. Aunque fuera el inicio de una simpática constante en el resto de películas la escena de cama entre Alchemist y Reggie acaba resultando bastante ridícula.

LA ESCENA: El final del Hombre Alto, todo un goce de flujos varios, efectos protésicos y artesanía pura en el uso de los maquillajes.





UNA CURIOSIDAD: Que esta segunda parte tiene una gran influencia de Terroríficamente muertos de Sam Raimi no es descubrir nada nuevo, algo que además queda patente en el guiño que Coscarelli hace al bueno de su amigo Raimi (director de la saga Posesión infernal) en el momento en que uno de los secuaces del Hombre Alto está machando unas cenizas (ashes en ingles, lo que nos recuerda al heroico Ash al que da vida Bruce Campbell) que posteriormente deposita en una bolsa con el nombre de Sam Raimi.



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