jueves, 20 de junio de 2013

JOHN CARPENTER



























Nacido en Nueva York (Estados Unidos) el 16 de Enero de 1948. 

Artesano del miedo, amante de su trabajo más que nada en el mundo, fanático con mayúsculas del cine y un excepcional narrador de historias, Carpenter comenzó a interesarse desde muy temprana edad por el lenguaje cinematográfico, marcado por películas como It came from outer space o Planeta prohibido. Sin abandonar la adolescencia ya había realizado sus primeras películas con una súper 8 mm en las cuales volcaba toda su fantasía y donde ya daba muestras de su polivalencia. Escribía, montaba, dirigía y componía la música, afición que le vino dada por sus padre, violinista y profesor de música y que ha acompañado a Carpenter durante toda su vida. 

Como nota anecdótica podríamos decir que ganó un Oscar en 1970 al mejor cortometraje por su trabajo en The resurrectoin of Bronco Billy. Además durante sus inicios colaboró con Dan O´Bannon, que se convertiría con los años en uno de los mejores guionistas del fantástico (Alien, Muertos y enterrados, El retorno de los muertos vivientes, Desafío Total…). 

La filmografía de John Carpenter se caracteriza por una serie de elementos constantes y que han acompañado a sus películas desde el inicio. Pasemos a enumerarlos: 

Capacidad narrativa: Carpenter ha destacado como un excelente narrador de historias consiguiendo dotar a sus películas de una atmósfera propia, un halo especial y un ritmo trepidante, todo ello sin abandonar a los personajes a quienes dota de personalidades complejas y en ocasiones contrapuestas. 

Negatividad: Las películas de Carpenter prescinden del happy end habitual siendo frecuentes los epílogos pesimistas. 

La influencia de Howard Hawks: Carpenter es un amante del cine del oeste, en especial de Howard Hawks y muchas de sus películas se construyen como si de un western se tratara. Así no es casual la situación en la que ubica a muchos de sus protagonistas (vaqueros) sitiados por un enemigo (indios) del que deben protegerse y sobrevivir. Así sucede por ejemplo en Asalto a la comisaría del Distrito 13 (el ejemplo más representativo), un remake confeso de Rio Bravo, La cosa, La noche de Halloween, 1997 Rescate en Nueva York, Fantasmas de Marte… 

Música: Como enamorado de la música que es, Carpenter ha compuesto la gran mayoría de bandas sonoras de sus películas. Decir además que es un gran aficionado de la música Rock y del Heavy, elementos que ha utilizado también en varias de sus cintas. 

Actores fetiche: Si hay un actor cuyo nombre está unido indisolublemente al del director ese es Kurt Russel, quien además le debe varios de sus mejores interpretaciones, como el Snake Plisken de 1997 Rescate en Nueva York y secuela o el McReady de La cosa. En total han colaborado en cinco ocasiones. 

Por su nombre le conoceréis: Puede considerarse la marca de la casa y es que todas las películas de John Carpenter especialmente en su última etapa llevan impreso anteponiéndose al título el sobrenombre de John Carpenter´s. De esta manera todo espectador que se precie tiene claro lo que puede encontrarse ya que es la visión del propio Carpenter de diferentes elementos (vampiros, alienígenas, fantasmas, psicokillers…). 

A continuación haremos un breve repaso de la filmografía completa del genio de Kentucky, como se le conoce en algunos círculos: 

Dark star (1974): Epopeya galáctica que supuso el debut de Carpenter en el largo y que realizó a cuatro manos junto a su colaborador en aquella etapa Dan O´Bannon. 
Asalto a la comisaría del distrito 13 (1976): Primer gran trabajo de su director, con unos delincuentes sitiando una comisaria. Homenaje de Carpenter al cine de Howard Hawks, en concreto a Río Bravo. 
La noche de Halloween (1978): Que decir de este clásico del cine que no se haya dicho ya. Comienzo de una de las sagas más fructíferas del cine, debut de Jamie Lee Curtis y bautizo de esta como “La reina del grito”. El prólogo con el uso maestro de la cámara en primera persona es lección de cine obligada en toda escuela cinematográfica. 
Elvis (1979): Biopic para la televisión sobre el Rey del rock, supuso el primer contacto entre el director y Kurt Russell, actor fetiche de este. 
La niebla (1979): Carpenter aborda el tema de los fantasmas con un gran manejo del suspense y varias escenas muy a tener en cuenta. 
1997, Rescate en Nueva York (1981): Homenaje al cine fantástico de serie Z, la película es un gran espectáculo cinematográfico lleno de imaginación y personajes de tebeo. Reparto de campanillas donde sobresale un Kurt Russell en estado de gracia. 
La cosa (1982): Remake de la película El enigma de otro mundo, supera a la original y se convierte con el paso de los años en un clásico del cine de ciencia ficción y de terror. Espectaculares Fx de Rob Botín y nuevamente con Russell a la cabeza del reparto. Música de Ennio Morricone. 
Christine (1983): Obra menor basada en una novela de Stephen Kingy a la que sin embargo Carpenter imprime su sello. 
Starman (1984): Historia de amor entre un extraterrestre perdido y una humana, la película ha ido ganando enteros con el paso de los años, generando incluso una serie para la televisión. 
Golpe en la pequeña china (1986): Nuevo homenaje, en esta ocasión a las cintas de artes marciales de serie B en la que Carpenter vuelve a mostrar su amor por este cine marginado en su momento y que gente como Tarantino ha recuperado para el gran público. Humor y acción a partes iguales para un nuevo lucimiento del Kurt Russell más cómico. 
El príncipe de las tinieblas (1987): Aportación al cine demoníaco por parte del director y con influencias del giallo italiano. 
Están vivos (1988): Original y sorprendente crítica a la sociedad injustamente valorada en su momento y que gana enteros con el paso del tiempo. Quizás cojee en su reparto, lo que resta credibilidad al conjunto. 
Memorias de un hombre invisible (1992): Extraña combinación de géneros en la que peso como una losa el protagonismo de Chevy Chase, que hacía intuir se trataba de una comedia cuándo la cinta va más allá de lo obvio y esperado. A pesar de todo, una de las cintas más flojas del director. 
Body bags (1993): Interesante película de episodios en la línea de Creepshow en la que Carpenter dirige una de las historias además de ejercer como actor enlazando los capítulos con un papel construido a su medida. 
En la boca del miedo (1994): Extraña e hipnótica cinta de terror en la que Carpenter demuestra cómo hacer pasar auténtico miedo viendo una película. 
El pueblo de los malditos (1995): Una vez más Carpenter aborda un remake, en esta ocasión de la cinta de 1957 Village of dammed y vuelve a salir bien parado de la aventura. Atención al reparto de primeros nombres donde destaca Christopher Reeve en su último papel antes de tener el fatídico accidente que a la larga acabaría constándole la vida. 
2013, Rescate en Los Ángeles (1996): Secuela de Rescate en Nueva York donde Russell vuelve a interpretar a Snake Plisken. A pesar de perder el elemento sorpresa de su antecesora, la cinta es un nuevo derroche de imaginación y nuevos personajes sorprendentes. El final, el esperado en una obra de Carpenter. 
Vampiros (1998): Estupenda visión del mundo de los vampiros en donde destaca el elenco de actores y un uso generoso de la hemoglobina. Esta cinta es la demostración final de que Carpenter el único género que realiza (oculto bajo otros formatos) es el western. 
Fantasmas de Marte (2001): Una especie de revisión de Asalto a la comisaría del distrito 13 con un marco diferente y unos acosadores aún más peligrosos que los del original. Una nueva muestra del talento de Carpenter. 
El fin del mundo en 35 mm (2005): Aportación de Carpenter a la serie Masters of Horror que reúne a todos los grandes directores de cine de terror de la actualidad en episodios de una hora, todo un lujo. 
Pro life (2006): Nueva entrega de la serie Masters of Horror con nueva crítica a las fobias y filias de la sociedad norteamericana. 
Encerrada (2010): Ultima cinta hasta la fecha que a pesar de no ser de lo mejor de Carpenter se guarda un final de altura. 

Carpenter es un director que puede presumir de haber obtenido beneficios con absolutamente todos sus títulos, algo al alcance de muy pocos, con la garantía de que además se trata de un director que nunca se ha traicionado a sí mismo en sus líneas de actuación.

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