Un
año después de la masacre de Haddonfield, Michael regresa al pueblo en busca de
su hermana Laurie, quien todavía no se ha recuperado emocionalmente de la
tragedia vivida. Mientras, el Dr. Loomis promociona y se
lucra con su nueva obra literaria,
que versa sobre la matanza perpetrada por Myers en la noche de
Halloween.
Tras el éxito del remake
estrenado dos años atrás, Rob Zombie contaría en esta ocasión con carta blanca
para desarrollar la secuela por la senda que deseara, lo que le permitiría, una
vez dejados de lado los encorsetamientos propios de un remake de un título tan
seminal como era la película de John Carpenter, ofrecer un título aún más
personal y arriesgado. El resultado es una estupenda pieza de género que sin
embargo tropieza en alguna de sus propuestas más valientes y a la vez desacertadas,
pero que hacen que Zombie haga suya la franquicia, construyendo un más que
interesante díptico cinematográfico.
Repiten los principales
protagonistas supervivientes de la anterior película, con una Scout
TaylorTaylor-Compton, que sigue sin tener la pegada que se le presupone a un
personaje tan icónico, encontrándonos en esta ocasión a una Laurie Strode
desecha psicológicamente tras los traumáticos acontecimientos vividos y
narrados en el título pretérito. Malcolm McDowell ofrece un interesante, y comprensible
por otro lado, giro a su personaje, convirtiendo al Dr Loomis en alguien aprovechado
y algo ruin que ha decidido sacar tajada de un ser como Michael Myers,
aprovechando de esta manera Zombie para soltar una indisimulada crítica contra
ciertas formas de entender la comunicación. Tyler Mane repite como Michael
Myers, toda una extravagancia para una franquicia que se había caracterizado
por el cambio constante de protagonista a la hora de dar vida a este tótem del
cine de terror contemporáneo, aunque su aportación como ente corpóreo es
irreprochable, un Myers para el recuerdo. Brad Dourif y Danielle Harris también
repiten papeles, no sucediendo lo mismo con el actor encargado de interpretar
al Myers infante, ya que Daeg Faerch,
encargado de dicho rol en el primer Halloween de Zombie había dado el estirón.
Nuevamente, y tal y como ocurría con la anterior Halloween, volvemos a ser
bombardearos por un sinfín de cameos y colaboraciones a destacar. Caroline
Williams (La matanza de Texas 2), Richard Brake (31), Margot Kidder (Navidades
negras, Terror en Amityville, Superman), Duane Whitaker (Pulp fiction, Feast),
Mark Boone Junior (30 días de oscuridad, Batman Begins), son solo algunos de
los rostros familiares que pululan en la película. Y como no podía ser de otra
manera, Zombie recupera el personaje de Deborah Myers vía flashbacks o
ensoñaciones, para de esa manera dar su habitual papel a su musa y mujer, Sheri
Moon Zombie.
La película se inicia con un
guiño a la saga original con esos primeros veinte minutos que son todo un
homenaje a la primera de las secuelas, ubicando este prólogo en el hospital
donde Laurie está siendo tratada de las brutales heridas sufridas en su primer
encuentro con Myers, siendo además este segmento uno de los más destacados de
la película. Pero ahí acaba toda interconexión entre sagas, ya que el resto es
un tour de forcé en la evolución del trío protagonista principal (Laurie,
Loomis y Myers), y en cómo cada uno de ellos trata de sobreponerse, Myers
incluido, a lo sucedido y narrado en el primer Halloween. Así pues, Halloween 2
es todo un tratado psicológico de personajes, y mientras que Laurie es incapaz
de sobreponerse y mirar hacia adelante, en contraposición con la actitud del
personaje al que da vida Danielle Harris, la otra supervivientes de la matanza
primigenia, el Dr Loomis aprovecha un hecho dramático en su vida para tratar de
extraer algo de provecho, dejando por el camino todo atisbo de empatía, dando
lugar a un personaje ególatra y abusivo. En cuanto a Myers, el director se basa
en sus ensoñaciones y visiones, en los que su madre es protagonista, para
tratar de justificar al personaje. Estos momentos, visualmente oníricos y
diametralmente opuestos a una escenografía visual plagada de oscuridad y
violencia descarnada, llegan por otra parte a romper el ritmo de la película,
sacándote de un, por otra parte brillante, viaje a los infiernos. Lo mismo
sucede con un acto final en el que Zombie logra juntar a los tres citados
protagonistas, cuyas vivencias discurrían hasta ese momento en paralelo, para
ofrecer un cierre algo caótico, precipitado y mal explicado, sin duda lo peor
de la película.
Halloween 2 conforma una
interesante continuación del universo fílmico de esta saga a través de los ojos
de un director muy personal y que en el presente título hace patentes sus
mejores virtudes así como sus principales defectos, aunque podemos afirmar sin
ningún lugar a dudas que Zombie no traiciona a nadie por el camino.
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