jueves, 1 de agosto de 2019

REC (REC, 2007) 75´



“Pablo, ¡grábalo todo, por tu puta madre!”

Ángela, reportera del programa de televisión Mientras usted duerme, se encuentra junto a su cámara Pablo filmando un reportaje en una estación de bomberos cuándo estos reciben una llamada desde un céntrico edificio de viviendas, ya que una de sus inquilinas parece ha sufrido algún tipo de percance quedando atrapada en casa. Aprovechando la salida, la joven y su compañero de equipo deciden informar de lo que acontece en dicha intervención, siendo testigos de que, lo que aparentemente se trataba de una actuación rutinaria, acaba deviniendo en una noche terrorífica.



Estrenada en 2007, Rec acabaría siendo por méritos propios uno de los éxitos de taquilla de la temporada, convirtiéndose por el camino en uno de los tótems del cine de género de terror de la filmografía española. Los principales impulsores y responsables de Rec y la tetralogía en que acabaría convirtiéndose son el dueto de directores, y también responsables del guion junto a Luis Berdejo, Paco Plaza y Jaume Balagueró. Aunque jóvenes cineastas, antes de adentrarse en el universo cinematográfico que acabaría siendo Rec, ambos ya habían dado buena cuenta de su pericia dentro del género que les encumbraría. Balagueró ya había estrenado cintas tan personales e interesantes como Los sin nombre, Darkness o Frágiles, mientras que por su parte Paco Plaza nos había mostrado películas como El segundo nombre o Romasanta. Lo que es obvio en base al puñado de títulos referidos es que tanto Plaza como Balagueró son, primero, fervientes seguidores del cine de terror, y en segundo lugar, unos perfectos conocedores de los resortes de este tipo de género, tanto en el manejo del tempo narrativo, la correcta inserción de sustos entre el metraje, o la generación de un ambiente opresivo y angustioso, amén de creadores de interesantes y terroríficas historias dentro de este género. Si a todo esto añadimos que ambos autores ya habían trabajado juntos en el documental estrenado en cines OT, la película, esto es, se conocían en lo profesional a la perfección, tenemos como resultado un meditado trabajo de género confeccionado por dos autores perfectamente conocedores del material que estaban manejando y que además tenían experiencia previa a nivel de coordinación como tándem de directores. No es extraño pues que el resultado acabara siendo el que fue.



El elenco de actores que aparece en Rec está nutrido en su totalidad de intérpretes desconocidos para el gran público, algo expresamente buscado de cara a incidir en la idea de que lo que estamos viendo es algo real y documentado, lo que puede no resultar si integramos entre los fotogramas rostros conocidos, bien de la pequeña pantalla como del mundo del cine. Esto no es lo mismo que decir que los actores que aparecen en Rec sean mediocres, al contrario, se trata de una de las áreas más potentes de la película. Cierto que la propia Manuela Velasco sí que era alguien con un pasado conocido como presentadora de televisión en programas como Del cuarenta al 1 o Cuatrosfera, lo que la había convertido en un rostro cotidiano para el gran público. Pero igualmente en este hecho vemos una herramienta a favor de la construcción de la historia, ya que encarna precisamente a una presentadora del medio, lo que hace que no nos chirríe verla en dicho rol, sino que se utiliza como un elemento a favor de la credibilidad del propio personaje. Velasco pudo gracias a Rec y a pesar de un buen puñado previo de apariciones menores en  películas y series para televisión, poner de manifiesto su capacidad como actriz, siendo de hecho galardonada con el Goya a la mejor actriz revelación por su interpretación en Rec. El resto de actuaciones, del personaje con mayor peso  en la trama a la totalidad de los actores de reparto, y tal  como decíamos antes, destila verdad, los intérpretes resultan totalmente naturales en su forma de comportarse, de reaccionar, lo que denota que se trabajó mucho con ellos este aspecto de cara a que la película no pareciera eso, una película, sino una auténtica grabación para un programa televisivo, algo que vemos ya desde el mismo inicio de la trama en la base de bomberos, apenas unos pocos minutos durante los cuales los directores aprovechan para presentarnos a tres de los personajes centrales de la historia, la propia Ángela, Manu, uno de los bomberos del parque y, aunque no tenga un solo minuto en pantalla, Pablo, cámara de la periodista y responsable de la grabación de la que seremos testigos. Destacar como, de manera inteligente y en apenas pequeños insertos, se muestra al personaje de Ángela como alguien que, detrás de una apariencia angelical y de cierta fragilidad, esconde a una pequeña arpía con mucha ambición profesional, algo que puede parecer baladí pero que justifica el posterior comportamiento de un personaje con tantísimo peso en la historia, y que acabará convertida en la heroína de la función.



En ese intento por parte de los directores de inmersión del espectador en la propia película, estos decidieron recurrir de manera inteligente a ese estilo de falso documental que tan buenos resultados diera en la clásica Holocausto caníbal y que fuera rescatado a finales de la década de los noventa gracias al éxito de El proyecto de la bruja de Blair. En ese sentido Rec tomó nota de las buenas ideas presentes en la opera prima de Eduardo Sánchez y Daniel Myrick y mejoró y mucho las deficiencias de dicha película. De esta forma Rec es una película en la que el uso de la cámara subjetiva a través del personaje de Pablo consigue que el espectador sea un protagonista más de los hechos que se muestran en pantalla. Pero además, la forma en que se presenta este recurso es muy destacable. Detrás del aparente caos mostrado se esconde una planificación minuciosa de cada una de las secuencias tanto a nivel técnico como de posiciones y movimientos de los actores y de la propia cámara, además de lo que sería un pormenorizado trabajo en post producción de cara a integrar los efectos ópticos y sonoros presentes a lo largo de la película y que aumentan esa idea obsesiva de estar viendo una grabación real. Todo ello repercute en que si bien la película nos adentra en el caos, el terror y el movimiento propio de la cámara, también hemos de alabar que vemos y oímos todo lo que los directores quieren que veamos y oigamos, y el recurso del found foutage no esconde para nada un rodaje de amateurs sin recursos técnicos, sino que es la forma escogida por los directores para alcanzar el objetivo deseado, y que por cierto, logran con nota. Dentro de esta forma de rodaje es inevitable destacar esos últimos minutos filmados en modo de visión nocturna, con unos personajes agotados física y mentalmente, pero además sumidos en la más absoluta de las oscuridades, a expensas de un peligro que no son capaces de ver pero si presentir, e incluso oír, todo ello para acabar en una escena final brillante, y que es la mejor manera de terminar una película como Rec.



La historia aprovecha el tirón del cine zombie, puesto de moda con el estreno en 2002 de 28 días después y prorrogado en 2003 con la película de Zack Snyder Amanecer de los muertos, títulos que supusieron el pistoletazo de salida para una horda de películas, series, libros y demás medios de explotación de un subgénero que hasta entonces parecía minoritario y que a día de hoy todavía sigue plenamente vigente. De esta manera vemos como el terror proviene de una desconocida enfermedad que se transmite a través de los fluidos corporales y que acaba provocando el falleciendo en segundos de quienes resultan infectados para volver a la vida en forma de imparables criaturas cuyo único afán es dar caza a los cada vez, menos supervivientes. Pero los guionistas no se quedaron en la consabida plaga zombie al uso, sino que integran un elemento que mejora y mucho la trama, y que no es otro que el relacionado con el de las posesiones demoniacas. De esta forma, y aunque es algo que no se explica con claridad en la película, quienes atacan a Ángela, Pablo y compañía, no serían tanto zombies en el uso habitual del vocablo sino una especie de poseídos al más puro estilo Demons, idea que será refrendada dos años más tarde con el estreno de Rec2. Esa idea de incluir fenómenos demoniacos como fuente del mal que asola el edificio, hace que Rec sea todavía más terrorífica precisamente por tratar y utilizar una idea como el de la posesión, incrustada en el acervo cultural y social de una población eminentemente creyente o católica, jugando de esta manera con miedos atávicos y por lo tanto más reales para quien  está viendo la película que la habitual plaga zombie de carácter meramente vírica. 



Si bien decíamos a la hora de hablar del grupo de actores que la intención principal de los directores era mostrar reacciones normales y personajes anodinos típicos de cualquier comunidad de vecinos, lo mismo sucede con la ambientación de la película, partiendo desde el propio parque de bomberos donde tiene lugar el comienzo de la historia hasta el antiguo bloque de pisos donde se desarrolla el grueso de la película. El hecho de filmar en escenarios reales, tanto en lo que respecta a la estación de bomberos como al propio edificio, aumenta la credibilidad de lo que estamos viendo por la sencilla razón que todo lo que vemos es real frente a la una mayor artificialidad que hubiera supuesto el uso de decorados. Asimismo el trabajo de localización, la ambientación y el trabajo del equipo de diseño de producción es absolutamente encomiable. La decoración de las viviendas, la propia arquitectura de sus pasillos, la iluminación del bloque…todo ello hace que esta casona se convierta en un personaje más, acentuando la idea principal de creer a pies juntillas que lo que estamos viendo podría provenir de cualquier programa de reportajes vistos hoy en día. Punto y aparte merece el momento en el que los dos protagonistas principales penetran en el ático, momento en el que se desvela esa idea de que hay un elemento religioso y demoniaco como centro de todo lo vivido hasta llegar a ese instante. Los recortes de prensa, las fotografías arañadas, los restos de diferentes investigaciones y experimentos científicos…la forma en que está decorada la estancia ya de por si es tremendamente desasosegante y angustiosa. 



Si a todo ello añadimos la presencia de la denominada como “niña Medeiros”, el clímax final no puede ser más conseguido. Este personaje, deforme, agresivo y totalmente terrorífico en su concepción visual y vital, está encarnado por Javier Botet, todo un referente para quien sea seguidor del cine de terror. Este español, quien padece la extraña enfermedad del síndrome de Marfan, que entre otras anomalías causa una hiperlaxitud de ciertos tejidos y un físico muy particular, cercano a los dos metros de altura y con menos de sesenta kilogramos de peso, ha sabido sacar provecho de sus desventajas, y tras debutar en el cine en Bajo aguas tranquilas y ganar fama gracias precisamente al personaje al que diera vida en la saga Rec, ha llegado a trabajar en títulos como Balada triste de trompeta, Mamá, Las brujas de Zugarramurdi, La cumbre escarlata, El renacido, Expediente Warren 2 o It entre un número ya innumerable de títulos, muchos de ellos dentro del cine de Hollywood, utilizando su particular fisonomía para encarnar todo tipo de personajes extravagantes o terroríficos. Y es que la labor de maquillaje y caracterización de los diferentes infectados es uno más de los puntos a favor de la película, y eso que el excelente trabajo de los maquilladores no logra disfrutarse en todo su esplendor en base a la decisión por parte de los directores en lo que se refiere a iluminación y movimiento de cámara, aunque si llegue a apreciarse el buen trabajo llevado a cabo en el terreno de los efectos de maquillaje, otro síntoma más de lo bien utilizado del exiguo presupuesto con el que se contó para filmar la película.



Rec es la historia de una muy buena idea que se supo llevar a la práctica tal y como sus autores habían imaginado en su día en sus cabezas, y que llevaba el cine de terror a un nivel superior, logrando que el espectador se sintiera protagonista de la película y logrando su inmersión total en la misma, utilizando un recurso tan propio del mundo de los videojuegos en primera persona, los conocidos como shooters, y que no es otro que ponernos detrás mismo de la cámara. Si a esto añadimos un grupo de intérpretes en estado de gracia, o mejor dicho, excelentemente dirigidos, y una buena y terrorífica historia de fondo, el resultado fue el que debiera haber sido, un incontestable éxito de crítica y público, que aterrorizó a los espectadores que se atrevieron a entrar en las salas y  que devino en saga y versiones propias en Estados Unidos. Un título que supo calar en una sociedad en la que precisamente nuestra máxima no es disfrutar de la vida, sino fotografiarla y grabarla en todo momento. Y eso es lo que hace Pablo en Rec, grabarlo todo, absolutamente todo.

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