Marybeth consigue huir del
pantano en el que mora Victor Crowley, erigiéndose como la única superviviente
de una noche de muerte y sangre. Sin embargo está decidida a volver al lugar
para cobrarse justa venganza del asesino de su padre y hermano, para lo cual
pedirá la ayuda del Reverendo Zombie, quien tratará de reunir a un grupo de
experimentados cazadores, siendo sus intenciones y motivaciones muy diferentes
respecto a las de Marybeth.
Adam Green vuelve a escribir
y dirigir esta secuela que continua la historia allí donde había finalizado la
película de 2006, repitiendo el esquema de ubicar a un nutrido grupo de
personajes en los pantanos donde deambula Victor Crowley con la única finalidad
de servir de carnaza a las ansias depredadoras de este ser, para deleite de los
aficionados a la casquería que volverán a disfrutar del trabajo de los
responsables de unos efectos especiales que insisten en trabajar con efectos
protésicos y físicos de la vieja escuela, dejando de lado totalmente el uso de
la infografía, como bien queda demostrado en la utilización de decenas de litros
de sangre artificial y que duplica a la usada en la primera parte. Y aunque el
mago de los FX John Carl Buechler ya no está al frente de esta área, aunque si
aparezca en pantalla, seguimos disfrutando de una ingente cantidad de efectos
gore, salpicaduras de sangre (todo un referente de la saga), y miembros
amputados por doquier.
El personaje principal,
Marybeth Dunstan deja de ser interpretado por Amara Zaragoza para adoptar las
facciones de Danielle Harris, ganando este personaje al darle vida esta actriz,
todo un icono dentro del género de terror desde que diera vida siendo solo una
niña a Jamie Lloyd en las entregas numero cuatro y cinco de Halloween, pudiendo
desde entonces disfrutar de su presencia en títulos como El último boy scout, Leyenda
urbana, Halloween, el origen o Blood night, la leyenda de Mary Hatchet. Harris
nos muestra a una protagonista marcada por la terrible noche que acaba de
acontecer y que era narrada en la película de 2006, donde no solo ha visto
morir de las formas más atroces a todos sus acompañantes, sino que ha
descubierto los cadáveres descuartizados de su padre y su hermano, lo que
provoca que su única motivación desde ese momento sea el de vengar sus
asesinatos. Tony Todd deja de ser un mero camero para convertirse en coprotagonista
y villano de la historia, repitiendo de alguna manera el rol que le viéramos
interpretar en Destino final 2. Sorprendentemente, Parry Sheen vuelve a
aparecer en escena a pesar de haber sido su personaje una de las víctimas de
Victor Crowley en la primera entrega, solucionando este ligero inconveniente
otorgándole el papel de hermano gemelo del personaje visto en la primera
Hatchet. Destacar de entre el grupo de cazadores que acudirán al pantano a la
búsqueda y captura de Crowley y que acabaran convertidos en cazadores cazados
dos nombres propios. De una parte el enorme R.A. Mihailoff, que interpretara a
Cara de Cuero en la tercera entrega de la franquicia de La matanza de Texas,
mientras que por otro lado tenemos a Tom Holland, director de películas tan
icónicas dentro del terror ochentero como Noche de miedo o Muñeco diabólico.
Pero Green, a quien en esta ocasión veremos en un breve cameo mientras vomita
tirado en la calle, no olvida a su target principal, y se regodea en un
innumerable número de cameos, concentrado en la turba de paletos que acuden a
la llamada del Reverendo Zombie, entre quienes podemos encontrar a Lloyd
Kaufman (padre de la productora Troma), Mike Mendez (El convento del diablo,
Cuentos de Halloween), Joe Lynch (Km 666 2, Chillerama) o Marcus Dunstan
(guionista de varias de las entregas de la saga Saw o Feast 2). Kane Hooder
continua dando vida a la brutal criatura y auténtica protagonista de la
película, siendo nuevamente sometido a interminables sesiones de maquillaje
para lograr caracterizarse como Victor Crowley.
La película, si bien
mantiene el tono de mala leche y humor vacilón de la primera entrega, adopta un
tono general algo más serio a la hora de relatar este segundo encuentro entre
Marybeth y Victor Crowley, ahondando además algo más en la historia de los
Crowley y como el joven Victor sería maldecido antes de nacer convirtiéndole en
la deforme criatura que acabara siendo, otorgando asimismo una motivación a la hora de convertir a Crowley en el despiadado asesino que es, tratando de esta manera de llenar los huecos entre quien es el verdadero protagonista de la película, el gore más brutal y divertido.
Amena secuela que se apropia de la idea de hacer lo mismo pero más grande. El hecho que tanto Adam Green en la dirección como Will Barratt como responsable de la fotografía continuen al frente de esta segunda entrega la dota de una continuidad absoluta en lo que concierne a concepto e imagen, pudiendo hablar de una misma película fraccionada en dos mitades, aunque el cambio de protagonista femenina sea el obstácula que nos permita verla como tal. Una película tan divertida como su antecesora y que incluso lleva ese punto de locura de la saga un paso más adelante. Advertidos quedan.
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