GENEROS DE TERROR

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jueves, 8 de agosto de 2019

REC 3: GÉNESIS (REC 3: GÉNESIS, 2012) 75´



Es el día de la boda de Clara y Koldo y las cámaras de grabación de los invitados son testigos de todo lo que acontece en un día tan especial para la pareja de jóvenes. Entre este numeroso grupo de asistentes se encuentra uno de los tíos del novio, quien aparece en la ceremonia con un vendaje en la mano, ya que según cuenta acaba de ser mordido en su trabajo en un centro veterinario por un perro, tras parecer que el animal había fallecido y volver repentinamente a despertar.





Tras dos primeras películas dirigidas al alimón por Paco Plaza y Jaume Balagueró llegaría el turno para que, cada uno de estos directores de manera individual, aportaran su granito de arena a la saga, lo que les permitiría ofrecer un punto de visto más personal y propio a una franquicia que, es evidente, les pertenece a ambos al cincuenta por ciento. El primero en estrenar su película sería Paco Plaza, autor del guion junto a Luiso Berdejo (guionista de la primera Rec) y con David Gallart (montador de las tres primeras películas de la tetralogía) como coautor de la historia. Plaza usaría su turno para arriesgar, dando un giro de ciento ochenta grados a la propuesta, logrando un título que, manteniendo cierta esencia de lo que es Rec, tiene la valentía de romper con sus propias normas en lo que respecta al estilo visual de las dos cintas anteriores, haciendo lo propio con el género en el que enmarca esta tercera parte, para de esta forma no anquilosarse ofreciendo más de lo mismo a lo ya visto en las dos primeras películas estrenadas en 2007 y 2009 respectivamente. 



Es así como esta tercera entrega se inicia con unos primeros veinte minutos durante los cuales asistimos nuevamente a unas imágenes extraídas de las diferentes grabaciones en video de los convidados a la boda, multiplicando los puntos de vista de la película, todo al más puro estilo Rec. Pero tras este tramo inicial, Plaza rompe, literalmente, con esta idea precisamente a través de una escena genial a este respecto, ofreciendo una hora final donde la película ya se presenta en el formato cinematográfico tradicional, viendo por vez primera en las tres películas estrenadas hasta la fecha la historia narrada desde un punto de vista estándar y convencional, dejando de lado la cámara subjetiva. El hecho es que, tanto Plaza como su director de fotografía, Pablo Rosso, si, el mismo que operara la cámara subjetiva tanto en Rec, dando vida a Pablo, el compañero de Ángela, como en Rec 2, haciendo las veces del agente de los GEO Rosso, se han propuesto no solo romper con ese formato en primera persona tan característico de la propia franquicia, sino que además lo hacen pasando de cero a cien. Es por ello que a lo largo de Rec 3 el uso de la steadycam, los planos con grúa o movimientos a golpe de travelling se convierten en una constante, sucediendo lo propio con la filmación de secuencias rodadas en luminosas estancias, sombríos sótanos o en lluviosos exteriores. Todo ello lleva a que la aparente sobriedad en las formas que predominaba en las dos primeras entregas es sustituida por un auténtico festín de tipo técnico donde se da buena cuenta de la mayoría de recursos cinematográficos utilizados hoy en día, logrando un resultado que en su vertiente de técnica puramente cinematográfica es impecable.



La película también rompe las normas en lo que concierne a la elección del casting principal, y es que si mientras para Rec y Rec 2 este se conformaba por desconocidos dentro del panorama interpretativo, para dar vida a la joven pareja de novios protagonistas en esta tercera parte se recurrió a los nombres de Leticia Dolera y Diego Martín. Ambos eran viejos conocidos del público, principalmente en base a su extensa trayectoria televisiva, destacando ella en series como Al salir de clase, Hospital central o Los serrano, mientras que el se convertiría en habitual de ficciones como Policías, en el corazón de la calle, Aquí no hay quien viva o Hermanos y detectives. Independientemente de este hecho lo destacable de ambos intérpretes es, además de lo excelente de sus respectivos trabajos en la película que nos ocupa, como logran la complicidad para hacernos creer ciertamente su bella historia de amor, reforzada ya desde la secuencia de apertura de la película mediante ese, por otra parte habitual, montaje de fotografías de ambos desde la niñez hasta su madurez juntos en el prototípico video de bodas. El resto de actores y actrices que desfilan a lo largo de la película brillan igualmente a gran altura, conformando esa idea ya evidenciada en las dos primeras películas de que el trabajo con los actores es fundamental a la hora de dotar de verisimilitud a la historia narrada. 



Frente a dos títulos anteriores donde el terror era el eje fundamental y prácticamente básico sobre el que pivotaba la historia, Paco Plaza vuelve por enésima vez a romper las normas y nos obsequia en Rec 3 con la más alocada, cómica, brutal, enérgica, pero también dramática de las películas de la saga con un final tan acertado como triste e injusto. Son numerosos los momentos en los que se inserta de manera consciente el humor, principalmente por medio de personajes tan interesantes como Atún, Canon o John Esponja. También hay ciertos momentos donde las reacciones o frases de los protagonistas o secundarios logran que esbocemos sonrisas entre el festival de terror al que asistimos como espectadores, un festival que toma prestadas ideas de películas tan míticas para el goremaniaco de pro como son Posesión infernal o Braindead, tu madre se ha comido a mi perro, incluyendo a una Clara sierra mecánica en ristre destrozando poseídos en uno de los momentos más icónicos de la película. Pero este evidente cambio de registro de la saga no hace de esta tercera entrega una rara avis dentro de la franquicia, sino que por contra la convierte en uno de los títulos más atinados de los cuatro estrenados, por saber abrir nuevas vías manteniendo el espíritu original de lo que es Rec, y en última instancia ofreciendo al espectador una cinta de terror más gamberra y desenfadada pero de una gran calidad técnica y artística.



Incluyendo una banda sonora de personalidad arroladora que logra encajar a la perfección entre el metraje temas de Tino Casal, Loquillo, Iván Ferreiro o Pablo Abraira entre otros muchos, Rec 3 se erige como lo que debiera ser una secuela, en este caso una segunda secuela, que, respetando las fuentes de las que viene, no se limita a la repetición de ideas, momentos y personajes, sino que arriesga y mucho, ofreciendo una película que nadie de inicio imaginaría perteneciera al universo de Rec. Todo esto se diluye tras asistir al trágico final de la pareja protagonista, cuándo somos plenamente conscientes de que  no solo hemos asistido a una tercera parte de Rec estupenda, sino que hemos asistido a una excelente película de género, donde si algo quedaba evidenciado es que Paco Plaza es un perfecto conocedor del material con el que estaba tratando, convirtiendo el mejor día en la vida de Clara y Koldo en la mayor de sus pesadillas. Y para eso hay que valer.

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