GENEROS DE TERROR

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domingo, 3 de noviembre de 2019

AMANECER DE LOS MUERTOS (DAWN OF THE DEAD, 2004) 115´



Ana, enfermera de un hospital de Milwaukee, despierta en la mañana tras una tarde de trabajo ciertamente caótica tras lo que padece un estallido de ataques indiscriminados entre la población. Su vecina, una niña de unos doce años, se encuentra en el quicio de la puerta de su habitación, abalanzándose inesperadamente sobre su marido a quien secciona la garganta de un brutal mordisco. Este fallece entre estertores de sangre segundos más tarde para  inmediatamente volver a la vida tratando de atacar a su mujer como instantes atrás acababa de hacer la niña consigo mismo. Cuándo la mujer logra escapar de su hogar se encuentra con unas calles sumidas en la muerte y el caos. Las personas se atacan entre ellas en un maremagno de explosiones, muertes y accidentes de tráfico.



Excelente carta de presentación de Zack Snyder que debutaría con un remake del clásico de George A. Romero Zombie (1978) con capacidad para desmarcarse rápidamente de su fuente de inspiración tomando su propio camino, convirtiéndose por méritos propios en piedra angular del sub género zombie del nuevo milenio y cuyo éxito desembocaría  en toda una eclosión de cine, literatura y moda por lo zombie que hoy en día aún perdura. Snyder iniciaba de esta manera una más que interesante carrera cinematográfica amparada en el predominio de un estilo visual en constante búsqueda de la innovación, como así lo atestiguan títulos como 300, Sucker Punch o Watchmen, una de las mejores adaptaciones al cine del mundo del cómic, sino la mejor. Es por ello, su énfasis en el apartado de la imagen, precisamente que muchos han denostado el trabajo de un cineasta que por lo menos ha sido capaz de crear una marca de agua en su cine y que, efectos visuales y ópticos aparte, se ha desmarcado como un estupendo narrador de historias, como así quedaba constancia con su opera prima.



La cinta se inicia con un prologo brutal que finaliza con una secuencia que sería mil veces imitada con posterioridad, incluso plagiada directamente como sucediera en la quinta entrega de Resident evil Venganza, de Paul W. Anderson, y que muestra con total acierto como sería un brote zombie en un pequeño barrio residencial de clase media con el caos, la muerte, el terror y la sorpresa tomando las calles. Llegamos de esta manera y tras únicamente cinco minutos de metraje a situar al espectador en medio de la acción para ser testigos de unos excelentes títulos de crédito, una especie de prueba de lo que el propio Snyder sería capaz de mostrar años más tarde en esa joya que son los títulos de crédito iniciales de la anteriormente citada Watchmen, estrenada en 2009. Inmediatamente se presenta a varios de los personajes centrales de la trama para trasladarlos al centro comercial donde se desarrolla el grueso de la película, ubicación que en realidad es el único nexo de unión con la aclamada cinta de Romero filmada casi treinta años antes.  Y ahí acaban todos los paralelismos entre ambas películas, amén de los títulos en ingles de ambas cintas y constantes guiños al original repartidos en la cinta de Snyder que merece la pena rebuscar a lo largo de la historia. A partir de ese momento el atinado guion de James Gunn, director de la interesante Slither y la celebrada Guardianes de la galaxia, indaga en una apuesta por el terror con cierto trabajo de personajes, algo que se agradece ante la habitual vacuidad de los protagonistas en este tipo de cine, y unas señas de identidad propias que parten por mostrar unos zombies con unos maquillajes sobresalientes, y que sustituyen las maneras lentas y torpes de las criaturas dadas a conocer por Romero en su saga cinematográfica por zombies ágiles, rápidos y con más fuerza que sus antecesores. Si bien hay que remarcar que fue Danny Boyle en 28 días después el primero en presentarnos abiertamente esta tipología de infectados, aunque es de recibo reconocer que hay presencias anteriores de este tipo de muertos vivientes, fue el éxito comercial de Amanecer de los muertos quien consagro a esta nueva especie, que ofrecía mayor peligro que sus pausados homólogos, y por lo tanto la posibilidad de resultar más aterradores que sus antecesores.



La película cuenta con una narrativa perfectamente manejada a lo largo de su hora y tres cuartos, y que mantiene constantemente la atención sobre lo que está sucediendo en pantalla. Se presentan de esta manera varias líneas argumentales secundarias como el embarazo y posterior parto de Luda o la supervivencia de Andy en la armería ubicada frente al centro comercial en el que se ocultan los protagonistas. A esto se une un tratamiento coral del protagonismo que permite que bastantes de los personajes, no todos ciertamente, que pueblan la cinta, disfruten de cierto desarrollo dramático. Snyder tiene la suerte de contar además con actores con recursos suficientes para no convertirse en mera carne de cañón de quienes en muchas ocasiones se erigen en los verdaderos protagonistas de películas de este tipo, los zombies. Sarah Poley encarna con convicción el papel de heroína a la fuerza. Junto a ella un Jake Weber conocido especialmente por su papel de abnegado marido de Patricia Arquette en la serie de televisión Medium. Estos dos personajes vivirán una relación sentimental que, hay que señalarlo, resulta forzada e innecesaria. Tanto ella como el acaban de perder a sus respectivas familias y no se entiende que en apenas unas semanas tengan la necesidad, y menos en una situación como la que están viviendo, de iniciar un romance. Más entendible son los encuentros sexuales entre los personajes de Steve y Mónica, limitados a servir de evasión ante la situación que viven los protagonistas. También nos encontramos a un habitual del género como Ving Rhames haciendo de Ving Rhames, quien a raíz de esta película sería un actor con cierta querencia por el cine de terror, y varios secundarios solventes entre los que destacan el guarda de seguridad mezquino reconvertido en héroe, el canalla egocéntrico que tiene su merecido final o la breve pero contundente aparición de Matt Frewer como un superviviente herido por un mordisco que posibilita un debate ético sobre el asesinato preventivo o no de un ser humano.



En el terreno de los efectos especiales podemos disfrutar, tal como apuntábamos con anterioridad, de un excelso maquillaje que va más allá del tratamiento de los rostros de los cadáveres resucitados, encontrando todo un recital de criaturas de todo tipo, a medio consumir, cadáveres más frescos, amputados… por lo que hay que elogiar el trabajo de los responsables del área de maquillaje por un arduo trabajo que pasaba por trabajar con centenares de extras. Otro de los aspectos destacables es el trabajo de los efectos mecánicos y físicos frente al uso abusivo de la tecnología infográfica a la hora de resolver las situaciones más impactantes a nivel visual, y eso que estamos hablando de Zack Snyder, quien acabaría filmando películas completas con el recurso de la pantalla de croma. Si bien nos encontramos con alguna secuencia que ha optado por el uso del ordenador para abordar su resolución, y que curiosamente son las que más evidencian su artificialidad, en la mayoría de impactos, detonaciones y amputaciones se ha optado por utilizar efectos mecánicos de la antigua escuela, como demuestra la secuencia en la que los supervivientes del centro comercial juegan con Andy a buscar parecidos entre la horda de zombies ubicada en el solar del parking para volarles la cabeza. Se demuestra en este caso que es mucho más efectivo y efectista el uso de detonaciones controladas bajo el maquillaje de los actores que la utilización de efectos de infografía aplicados al negativo para simular los estallidos de los cráneos.




Uno de los elementos que llama la atención de Amanecer de los muertos es su acabado lleno de detalles y ese evidente cariño hacía el producto final, como certifican la aparición de Tom Savini,  maestro de los efectos especiales y responsable de este campo en Zombie, haciendo el papel de sheriff visto por la televisión y que da las pautas para acabar con los zombies disparándoles en la cabeza. Además de Savini es ineludible citar la aparición de Ken Foree, uno de los protagonistas de la película de Romero, como telepredicador, quien nos brinda además un par de frases de cabecera de la película, la celebrada “Cuándo no haya más sitio en el infierno los muertos caminarán sobre la tierra” y la menos conocida pero igual de impactante “¿Cómo creíais que os juzgaría nuestro Dios? Bien, ahora ya lo sabéis”. Otro factor donde se vislumbra el cariño con el que se ha tratado la cinta es lo trabajado de sus títulos de crédito iniciales y finales, ofreciendo al espectador un trabajo cuidado a nivel técnico de principio a fin. Además, donde muchas películas empiezan con fuerza en su parte inicial para ir desinflándose conforme avanza el metraje, Amanecer de los muertos mantiene una constante tensión y la inclusión de espectaculares secuencias a cada momento que alternan a la perfección con momentos más evasivos y que tienden a mostrar las propias relaciones personales de los protagonistas ante la terrible situación que les ha tocado vivir. Este mimo por el producto llega hasta un cierre donde puede atisbarse un último guiño al cine italiano de muertos vivientes con ese Nueva York bajo el terror de los zombies como uno de sus títulos de cabecera. Por último añadir como ya indicábamos con antelación la multitud de pequeños homenajes al título de 1979 insertados en la película y que evidencian un cariño y respeto hacía el original fuera de toda duda.



Amanecer de los muertos se erige de esta manera con sus virtudes y defectos, que alguno tiene, como la aparición de personajes nada desarrollados o la inclusión de la cámara lenta en determinados momentos de acción que frenan su impacto visual, en la punta de lanza del sub género zombie del segundo milenio, marcándose como referencia a la hora de abordar nuevos proyectos sobre el tema y siendo responsable, para bien o para mal, de la ola zombie que ha invadido todos los campos del entretenimiento, pasando de ser un sub género marginal a toda una marca de primera línea, como así lo demuestran blockbusters como Guerra Mundial Z  o series para televisión del calado de The walking dead. Obra obligada para todo amante de la carne putrefacta y los mordiscos infectados. Y no lo olviden, disparen siempre a la cabeza.

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