Claire Rendfield regresa a Raccoon city en
el momento mismo en que sobre la ciudad se cierne una cuenta atrás a cuyo final
el lugar será arrasado. Y todo ello mientras la población de esta localidad,
convertida durante años en epicentro de operaciones de la multinacional
farmacéutica Umbrella, experimenta una serie de terribles mutaciones.
Tras la serie de películas protagonizadas
por Milla Jojovich y capitaneadas por su marido Paul W.S. Anderson, quien en
esta ocasión ejerce como productor ejecutivo de la cinta, y que si bien se
inspiraban conceptualmente en la franquicia de videojuegos sobre zombies del mismo
título se desligaban en parte de la esencia de los mismos para adentrarse en un
cine más cercano a la acción más espectacular con cierto predominio por lo
visual, y después asimismo de alguna película de animación sobre esta saga, siendo
estas más fieles en personajes y ambientación a la misma, llega el turno para
este reinicio de la franquicia cinematográfica cuyo objetivo final es el de ser
mucho más leal con esa colección de videojuegos cuyo primer título viera la luz
hace cerca de treinta años y que lleva tras de sí medio centenar de juegos para
todo tipo de consolas y plataformas.
Y para tratar de adentrarse dentro de esa
buscada fidelidad lo primero que hace la película es ubicarse en una Raccon
city convertida en epicentro de la historia y punto de partida de un virus que
hace se fusionen en la película ideas ya vistas en películas clásicas dentro
del género de terror como la evidente La noche de los muertos vivientes y
secuelas, pero también la menos conocida, y también obra de George A. Romero,
The crazies, en tanto si bien las criaturas a evitar tienen ínfulas de esos
zombies lanzados a la pantalla por vez primera en la película de 1968 dirigida
por el director oriundo de Nueva York, su origen está más ligado a esas armas
biológicas que, como en el caso del título estrenado en 1973 y remakeado en
2010, generan que la población de un pequeño pueblo, en este caso el Raccoon
city que da título a la película, se vuelva más violenta e incontrolable. Y si
hay otro tercer título a recuperar y que nos viene a la cabeza tras ver este
reinicio de Resident evil ese es Asalto a la comisaría del distrito 13, dirigida
por otro grande en esto del cine de terror, John Carpenter, y que a su vez
copiaba los postulados presentados por Howard Hawks en Río bravo, esto es,
ubicar a un grupo de protagonistas aislados en medio de un recinto cerrado y a
merced de una turba de enemigos de los que defenderse. Forajidos en el caso de
las cintas de Hawks y Carpenter, émulos de zombies en el título presente.
La película, como ya apuntábamos con
anterioridad, trata de ser fiel en esencia, historia y personajes a la propia
saga de videojuegos en la que se inspira, y este afán por resultar cercana para
los fans de los mismos acaba regalándonos una de cal y otra de arena. Lo mejor
se encuentra en la ambientación en la cual se mueve la película, ubicando la
historia en una única y lluviosa noche que permite regalarnos una iluminación
notable construida a base de elementos artificiales como son las farolas,
linternas o los propios sistemas de visión de las armas portadas por los
protagonistas. Otro de los elementos a destacar en este sentido es la presencia
de varios escenarios que nos trasladan indefectiblemente a los propios
videojuegos, y que son muy bien utilizados a la hora de dotar de suspense las
escenas filmadas en estos lugares, a la sazón las más notables de la cinta, sirviendo
además para presentar una notable escenografía, caso de la comisaria de Raccoon
city o la mansión Spencer, donde podemos vivir prácticamente por momentos las
mismas sensaciones que jugando a los videojuegos en ese formato de primera
persona tan afín a estos. También es de agradecer la presencia de varios de los
personajes de referencia dentro de la franquicia de los juegos, caso de Leon S.
Kennedy, Jill Valentine, Albert Wesker, Lisa Trevor o los hermanos Claire y
Chris Rendfield, así como varias de las criaturas más icónicas vistas a lo
largo de los diferentes títulos creados para las consolas, incluyendo una
escena post créditos con ínfulas de continuación de la historia. El problema en
este caso es que tratar de presentar y desarrollar al menos mínimamente a tanto
personaje en apenas hora cuarenta minutos es tarea harto complicada, y así
queda de manifiesto cuándo a ninguno de los protagonistas ni secundarios de la
historia se le saca partido más allá de su presencia como mero guiño al fan de
la saga. Lo mismo sucede con una historia simplona y que se limita a servir
como medio para ubicar escenarios y personajes reconocibles para el espectador,
sirviendo al menos para servirnos un entretenimiento sin tiempos muertos.
La película está dirigida por todo un
experto en el cine de terror de serie B, un Johannes Roberts que se manifiesta
de esta manera como un realizador solvente para llevar a buen puerto la
película, especialmente en lo que al terreno visual se refiere, ello a pesar de
contar con un CGI en no pocos momentos demasiado acartonado y artificial.
Roberts logra de esta manera unir y dar sentido, es también responsable del
guion de la película, este totum revolotum de nombres y escenarios cuyo
principal objetivo es devolver al fandom de Resident evil el espíritu de esta
franquicia en formato cinematográfico, y ello a pesar de incorporar decisiones
algo cuestionables, como la presencia de insertos cómicos entre susto y susto y
propiciados en su mayoría por el personaje de un Leon S.Kennedy en la mejor
tradición de ese cine de acción desenfadado donde a cada situación de máximo
peligro le sigue una frase mordaz o irónica. En este caso, y dado el universo
en el que se desarrolla la trama, esos apuntes de alivio cómico acaban por chirríar, al menos en parte.
En lo referente a los intérpretes
escogidos para interpretar a los diferentes personajes a los que acompañaremos
a lo largo de esta última noche de la ciudad de Raccoon city señalar que en la
mayoría de los casos, y desde la simplicidad de estos ya apuntada con
anterioridad, cumplen con el rol a defender. Kaya Scodelario, tras participar
en la saga El corredor del laberinto y coquetear con el género en
Extremadamente cruel, malvado y perverso y sobre todo en Infierno bajo el agua,
presenta a uno de esos personajes femeninos tremendamente resolutivos y
potentes, en esencia quien nos guía a través de la historia. Tras participar en
esa sorpresa que fue La babysitter, Robbie Amell encarna al hermano del
personaje de Scodelario, aunque sin los minutos en pantalla de los que dispone
su hermana en la ficción, lo que le resta empaque. Otro personaje al que no se
le extrae todo el potencial que de inicio presenta es el de Jill Valentine,
encarnado por una Hannah John- Kamen vista en Star wars, el despertar de la
fuerza o Ready player one. Y si de personajes desaprovechados hablamos no
podemos olvidar al anteriormente mencionado Leon S. Kennedy, muy desdibujado en
relación a su presencia en los videojuegos y al que encarna en modo piloto
automático Avan Jogia, visto en la secuela de Zombieland. Destacar finalmente
la presencia de los más veteranos Neal McDonough, con una amplia experiencia en
títulos como Minority report, Banderas de nuestros padres, Capitán América, el
primer vengador o 1922, aunque mucho más reconocible para los seguidores de las
series de televisión, medio en el que ha ejercido buena parte de su carrera. Y
sobre todo mencionar a uno de esos secundarios de lujo, un Donald Logue que
como siempre que aparece en pantalla se roba el protagonismo, como hiciera en
Blade, Zodiac, Max Payne o en la televisiva Gotham.
Una película que logra en parte su objetivo de imbuirnos en la trama como si de uno más de los videojuegos sobre Resident vil se tratara, una de las franquicias para consolas más populares de las últimas décadas, primando para ello la ambientación y la estética visual de los escenarios en los cuales se desarrolla la acción. Aunque ello sea a costa de sacrificar parte de la historia y especialmente a unos personajes mucho más trabajados y complejos en sus apariciones en formato digital. Pues eso, bienvenidos a Raccoon city.