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jueves, 13 de octubre de 2022

EL CULTODE CHUCKY (CULT OF CHUCKY, 2017) 91´

 

Cuatro años más tarde de los macabros acontecimientos sufridos por Nina Pierce esta continua ingresada en un hospital psiquiátrico, ya que todo el mundo cree que los relatos que narra fueron fruto de su psicosis. Mientras, Andy Barclay, treinta años después de su primer encuentro con Chucky está dispuesto a zanjar su pesadilla para siempre.

Última secuela hasta la fecha, si no tenemos en cuenta el remake estrenado en 2019 y la serie para televisión iniciada en 2021, de esta longeva y en cierta forma agotada saga iniciada en 1988 y cuyos títulos pasamos a enumerar. Muñeco diabólico fue un interesante híbrido entre policiaco y cine de terror que nos daría a conocer a uno de esos personajes convertido con el paso del tiempo en una de las figuras de terror más representativas de las últimas décadas. Le seguiría una segunda entrega que mantiene el tono y estilo de la película iniciática y que destaca por ese final con tono de grand guignol en la fábrica de juguetes. La tercera entrega, más floja que sus antecesoras, se enmarcaba ya abiertamente en un cine slasher copado por un Chucky volcado en resultar a cada momento irónico y mordaz a la par que tremendamente letal. La franquicia viraría de tono y estilo con la estupenda La novia de Chucky, de lo mejor de toda la saga y que introducía, además del personaje de la novia del hasta ahora protagonista y villano de la función, una mezcolanza entre terror y comedia negra que funcionó a las mil maravillas. Es por ello que trataría de estirarse este éxito con El hijo de Chucky, pero en este caso la comedia gamberra ganaría terreno frente al terror, siendo el resultado bastante irregular y en cierto modo desconcertante. Este tropiezo provocaría que pasara casi una década para que se estrenara La maldición de Chucky, título que dejaba de lado el humor negro de sus predecesoras para centrarse en un terror más clásico en historia  pero con su conveniente vertiente de gore en fondo, suponiendo un interesante lavado de cara de la saga.

El culto de Chucky tiene lugar cuatro años más tarde de esta última entrega, la cual es necesario haber visto antes para entender los acontecimientos que se narran en esta ocasión. Don Mancini, uno de los nombres de referencia de la saga tras escribir todas las películas que conforman la misma y dirigir varias de estas, se pone nuevamente detrás de las cámaras para poner en imágenes un guion nuevamente escrito por el mismo. Mancini trata de orquestar con esta entrega un homenaje a la saga y a sus fans, devolviendo a personajes icónicos como Tiffany o Andy, multiplicando exponencialmente, y nunca mejor dicho, la presencia de Chucky, y mostrando varios guiños a lo largo de la película para regocijo de los seguidores de la franquicia siendo el más evidente la recuperación de los diferentes modelos del personaje aparecidos a lo largo de toda la serie de películas.

Se trata de una película modesta, algo que es patente en la utilización de un único escenario y de un pequeño grupo de actores, y sin embargo Mancini logra presentar un producto bien rodado y que sabe sacar partido visual a esa pulcra residencia psiquiátrica donde se desarrolla la historia. Y a pesar de la contención de gastos no se escatima en buenos efectos de gore llegado el momento, siendo las diferentes muertes mostradas en pantalla lo mejor de una película que, en base a un guion que no ofrece nada nuevo reseñable dentro de la longeva saga, acaba por resultar por momentos tediosa. Son esos momentos en los que Chucky hace acto de presencia para acabar con sus víctimas de las maneras más explícitas posibles lo que, unido a un ajustado metraje, salva a la película de naufragar estrepitosamente. Pero lo que si queda patente una vez finalizada la película es que la saga presenta unas muestras de agotamiento de la fórmula que aconsejaban cierto letargo antes de afrontar su continuación, idea que quedaría refrendada en el hecho de que lo siguiente que veríamos en pantalla sería un remake que de alguna manera iniciara desde cero la historia de este muñeco diabólico.

Entre un elenco de intérpretes desconocidos cabe reconocer la presencia de Alex Vincent dando vida una vez más, y serían cuatro las ocasiones en cine que lo haría, a un Andy Barclay convertido en némesis de Chucky desde su primer encuentro siendo este solamente un niño. Fiona Dourif vuelve a dar vida al personaje principal tras su primera aparición en La maldición de Chucky, rescatando de la actriz su participación en las series para televisión La purga, inspirada en la serie de películas iniciada en 2013 y en Apocalipsis, segunda adaptación para televisión de la epopeya publicada por Stephen King en 1978. Y como obviar al auténtico alma mater de la franquicia, Brad Dourif, padre de Fiona y voz de Chucky en todas y cada una de sus apariciones en pantalla hasta el anteriormente citado remake donde dicho honor recaería en un Mark Hamill muy activo como doblador en animación y videojuegos y para siempre el Luke Skywalker de la trilogía inicial de La guerra de las galaxias.

Una entrega con una historia simplona que tiene su principal baza en la baraja de guiños presentes y que harán disfrutar a los fans de la saga, ya que por  misma carece de entidad propia para poder enmarcarse como uno de los títulos más reseñables dentro de esta franquicia, siendo de hecho una de las más flojas de la misma. Buena colección de muertes, un Chucky como auténtico protagonista de la fiesta y la constatación de que era necesario un reinicio de la historia para intentar contar algo nuevo y diferente. Eso llegaría un par de años más tarde.

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