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martes, 3 de diciembre de 2013

PESADILLA EN ELM STREET (A nightmare on Elm street, 1984) 87´








“Si Nancy no consigue despertar inmediatamente, no despertara jamas” 

FICHA TÉCNICA 

Dirección-Wes Craven 
Guion-Wes Craven 
Fotografía-Jacques Haitkin 
Música-Charles Bernstein 
Producción-Robert Shaye 

INTERPRÉTES 

Heather Langenkamp (Nancy Thompson) 
John Saxon (Teniente Donald Thompson) 
Ronee Blakley (Marge Thompson) 
Johny Deep (Glen Lantz) 
Amanda Wyss (Tina Gray) 
Jsu Garcia (Rod Lane) 
Robert Englund (Fred Krueguer) 

SINOPSIS 

La joven Tina lleva varias noches soñando unas terribles pesadillas protagonizadas por un hombre con el rostro desfigurado y con cuchillas en su mano. Al contar lo que le sucede a sus amigos se da cuenta que no es la única que está sufriendo estas horribles pesadillas tan reales que le provocan auténtico temor a quedarse dormida. 

CRITICA 

Wes Craven creó con Pesadilla en Elm street uno de los grandes títulos de terror de la década de los ochenta reformulando el género gracias a un guion sobresaliente que logra tocar temas marcados en el acervo cultural como es la utilización de las pesadillas como área de operaciones del psicokiller de la cinta, un Fred Krueguer que con el estreno de las diferentes secuelas alcanzaría el status de referente cultural. 

La historia escrita por el propio director utiliza de manera muy inteligente la confusión en el espectador entre la realidad y el mundo de los sueños, sometiendo a quien está visionando la película a la tensión ante la duda de saber si los protagonistas están a salvo o por el contrario se hallan en peligro, caso de estar soñando. Y crea esa angustia porque los personajes dibujados van más allá de ser mera carnaza para el asesino de turno, generan empatía y están en conjunto bien dibujados, lo que hace que suframos con sus destinos. En el caso de Nancy además, Craven creó una de las grandes antagonistas del villano de turno del género de terror. 

A pesar de contar con una mayoría de intérpretes jóvenes y sin experiencia estos lograron crear unos personajes mucho más interesantes que en la gran mayoría de slashers del momento. La película vería además el debut de un Johnny Deep lejos aún de convertirse en la mega estrella que es a día de hoy. Junto a este reducido grupo de jóvenes intérpretes Craven pudo contar con un veterano de la talla de John Saxon, un actor curtido en mil y un títulos que confiere una gran prestancia a su papel de padre de la protagonista. Pero sin duda alguna el mayor acierto de la película está en la elección del actor Robert Englund como Fred Krueguer, quien dotó al mismo de toda una serie de gestos y expresiones propias que hicieron de este personaje uno de los tótems del terror de la historia del cine. 

Pesadilla en Elm street logró encajar con precisión milimétrica todos sus elementos como son una historia sobresaliente, unos efectos artesanales pero francamente impactantes y bien resueltos, un soniquete musical que da auténtico mal rollo y un asesino dibujado como pocos dentro del género y con una plasmación en pantalla icónica y terrorífica (la voz metalizada, ese humor negro que en esta primera entrega ya se atisba, un vestuario fácilmente identificable y un arma convertida en leit motive de la saga). Pero sin ninguna duda el mayor acierto de la película y por ende de la saga que vendría después está en el área en la que actúa Fred, lo que posibilita la no existencia de límites a la hora de plasmar las muertes de los protagonistas, a la vez que confiere un escenario terrorífico por el hecho que nadie puede escapare a dormir. 

Son numerosas las escenas marcadas a fuego en nuestro recuerdo que el presente título tiene, además de todas y cada una de las diferentes muertes es inevitable recordar a Tina en la bolsa de cadáveres llamando a Nancy, la secuencia en la bañera, las niñas jugando a la comba ... quedando de esta manera justificada la catalogación de Pesadilla en Elm street como obra maestra del terror. 

Un título imprescindible dentro del género de terror que elevó a Craven al altar de los maestros del cine de terror y que logró iniciar posiblemente la que sea la saga de terror más lograda de las últimas décadas. 

ESCENA PARA EL RECUERDO: La muerte de Tina, que demuestra las ganas por parte del equipo de la película de hacer cosas diferentes a pesar de contar con un reducido presupuesto y que tiene un componente de impacto que no varía a pesar de las veces que se visione la secuencia. 

APLAUDIMOS: Logra todo lo que una película de terror ansía, dar auténtico miedo. Logró reformular todo un género. 

DENUNCIAMOS: Posiblemente la película no impacte de igual manera a las nuevas generaciones que se acerquen a este título con un bagaje en el terror y el gore mucho más amplio que en el momento del estreno de la cinta. 

UNA CURIOSIDAD: Sean S. Cunningham, buen amigo de Craven con quien había trabajado en La última casa a la izquierda (1972) y que había logrado rodar otro de los éxitos del terror de los ochenta con Viernes 13 (1980) ayudó al director rodando alguna secuencia en una carrera contrarreloj por cumplir los plazos en un rodaje tan ajustado en cuanto a presupuesto y recursos. 

LA FRASE: “Yo soy Dios” (Frec Krueguer) 

VALORACION: 10



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