GENEROS DE TERROR

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domingo, 17 de noviembre de 2013

KING KONG (King Kong. 2005) 187´








“…beauty killed the beast” 

FICHA TÉCNICA 

Dirección-Peter Jackson 
Guion-Fran Walsh/Philippa Boyens /Peter Jackson 
Fotografía-Andrew Lesnie 
Música-James Newton Howard 
Producción-Jan Blenkin/Carolynne Cunningham/Fran Walsh/Peter Jackson 

INTERPRÉTES 

Naomi Watts (Ann Darrow) 
Jack Black (Carl Denham) 
Adrien Brody (Jack Driscoll) 
Thomas Kretschmann (Capitan Englehorn) 
Colin Hanks (Preston) 
Jamie Bell (Jimmy) 
Evan Parke (Hayes) 
Andy Serkins (Lumpy/King Kong) 

SINOPSIS 

Ann Darrow es una actriz de vodevil que en plena época de la Depresión acaba de quedarse sin trabajo al cerrar el teatro en el cual representaba su espectáculo. Acuciada por la necesidad se ve obligada a aceptar la extraña demanda de Carl Denham, un realizador cinematográfico que ha robado la única copia de su última película a los propios ejecutivos de la productora para tratar de finalizarla. De esta manera la joven actriz se embarca en un viaje en mar hacía una inhóspita isla que no ha sido oficialmente descubierta y que es conocida por los nativos como isla Calavera, lugar donde Denham quiere ambientar su última producción. 

CRITICA 

El éxito sin parangón de la trilogía El señor de los anillos permitió a su máximo responsable Peter Jackson a llevar adelante un proyecto largo tiempo acariciado, como era la idea de rodar una nueva versión de King Kong (1933), título que enamoró a Jackson desde la primera vez que lo vio empujándole a convertirse en cineasta. Firme crítico de la versión de 1976 (aunque coja alguna idea de esta), vuelve su mirada sobre la cinta primigenia ambientando su versión precisamente en el año en que fuera estrenada la cinta de Cooper y Schoedsack. 

Esta versión si bien ofrece un espectáculo visual de primer nivel tiene varios elementos que lastran el resultado final, siendo el afán de Jackson por ofrecer una obra pluscuamperfecta el mayor de sus problemas, repitiéndose los errores que John Guillermin cometiera en su versión hace casi cuarenta años. Esto provoca una primera hora donde aparentemente se presentan los personajes y se van dando pistas de la historia alargada innecesariamente por el afán que últimamente tienen las grandes producciones de justificar sus desorbitados presupuestos en base a metrajes excesivos, error que repitió Jackson en la más reciente El hobbit (2012). Apuntar también las extrañas inserciones de secuencias a cámara lenta, donde Jackson abusa del zoom y del degradado de la imagen en unas tomas que no encajan en el planteamiento visual del resto de escenas y que rompen el criterio de toda la película. 

Algo mejor lucen los doscientos millones de dólares invertidos en una ambientación sobresaliente tanto en lo que respecta a una Nueva York caótica, llena de edificios, tráfico y personas, como la más onírica representación de la isla Calavera, llena de espesa vegetación, inexpugnables acantilados y mortífera fauna. A esta visión de ambos escenarios contribuye la soberbia fotografía de Andrew Lesnie, la cual alcanza sus mayores cotas de virtuosismo en el enfrentamiento de Kong y los aviones en lo alto del Empire State. 

En cuánto a los efectos especiales hay una extraña contradicción entre una mayoría de impecables secuencias como el enfrentamiento entre Kong y los tres tiranosaurios, el enfrentamiento del grupo de rescatadores contra los insectos gigantes o la icónica escena de la lucha entre Kong y los aviones, con un par de escenas donde la técnica está francamente mal utilizada y queda realmente falsa, siendo la estampida de brontosaurios el peor de estos ejemplos. El afán de Jackson además por crear un climax sobre el climax llevándolo todo a su máxima ecuación, provocan que escenas que en inicio resultan espectaculares acaben precisamente por dicha acumulación de imposibles y vueltas de tuerca forzadas resultando cuasi cómicas o absurdas. 

En cuanto al reparto alabar la elección de una Naomi Watts estupenda y que recupera la belleza clásica de actrices como la propia Fay Wray. El profundizar en su relación con Kong sí que supone un acierto que hace más creíble las situaciones narradas con posterioridad. El resto de actores resultan acertados aunque hay que referirse negativamente a los dos actores principales. Jack Black no resulta creíble como un Carl Denham que debiera mostrarse como un déspota egoísta cuyas decisiones en beneficio propio cuestan la vida a varios de sus ayudantes y que sin embargo acaba pareciendo un simpático caradura a pesar de los intentos del actor por alejarse de su rol de comediante. Lo mismo sucede con un Adrien Brody que pasa en apenas una escena de resultar un timorato escritor de teatro a erigirse en todo un héroe de acción capaz de tumbar de una patada a un velociraptor y que repite una vez más su recurrente compostura de aflicción y mirada caída tan habitual en sus últimas interpretaciones y que tantas alabanzas le reportaron en papeles como el de El pianista (2002). 

Una película que si bien debido al alto nivel de exigencia que se le debe a un proyecto como este puede hacer parecer todo un tropiezo en la carrera de Jackson, hay que reconocer como un espectáculo entretenido, con varias escenas que se graban a fuego y que se disfruta sin ocasión apenas para el tedio a pesar de su elevado metraje. Todo ello sin olvidar ciertos errores especialmente de fondo es una cinta que tan pronto inserta escenas de corte cómico y banal como otras con una crudeza bastante potente. 

Una más que correcta revisión que coge lo mejor de las versiones de 1933 y 1976 para mostrar un Kong convenientemente actualizado. No es la mejor de las adaptaciones, esa sigue siendo la original, pero demuestra que Jackson inclusive con sus errores es uno de los realizadores actuales más solventes. 

ESCENA PARA EL RECUERDO: La secuencia del fondo del barranco en el que los protagonistas son atacados por gigantes gusanos, insectos o arañas entre toda una caterva de criaturas desagradables, en una escena que contiene un excelente manejo del suspense y que recupera una idea no utilizada de la versión de 1933. 

APLAUDIMOS: Su soberbio diseño de producción tanto en la parte que transcurre en la isla como en la que tiene lugar en Nueva York. Kong es por vez primera totalmente creíble en parte gracias a la excelente labor de Andy Serkins dándole vida. 

DENUNCIAMOS: Sus excesos son su principal problema tanto a nivel de metraje, personajes aparentemente complejos y sin embargo planos o escenas donde la elevación del climax a su máximo exponente las convierte casi en absurdas. 

UNA CURIOSIDAD: Conscientemente o no los nativos de la isla Calavera nos hacen recordar a los Uruk Hai de El señor de los anillos a quienes se asemejan en su concepción visual y salvaje proceder. 

LA FRASE: “Y la bestia contemplo el rostro de la bella y la bella le detuvo la mano, y desde aquel momento es como si hubiera muerto” (Carl Denham) 

VALORACION: 8 (King Kong 1933 pasado por el filtro del CGI y el más difícil todavía como leit motive) 



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