FICHA TÉCNICA
Dirección -Renny Harlim
Guión -Irwin Yablans
Fotografía -Mac Ahlberg
Música -Richard Band/Christopher L.Stone
Producción -Irwin Yablans
INTERPRÉTES
Lane Smith Warden (Eaton Sharpe)
Viggo Mortensen (Burke)
Chelsea Field (Katherine Walker)
Lincoln Kilpatrick (Cresus)
Tom Everett (Rabitt)
Guión -Irwin Yablans
Fotografía -Mac Ahlberg
Música -Richard Band/Christopher L.Stone
Producción -Irwin Yablans
INTERPRÉTES
Lane Smith Warden (Eaton Sharpe)
Viggo Mortensen (Burke)
Chelsea Field (Katherine Walker)
Lincoln Kilpatrick (Cresus)
Tom Everett (Rabitt)
Ivan Kane (Lasagna)
SINOPSIS
Charlie Forsythe es ejecutado en la silla eléctrica en la prisión de Creedmore. Veinticinco años más tarde la penitenciaria vuelve a abrir sus puertas, siendo nombrado alcaide de la misma el que fuera carcelero de Forsythe.
En el mismo año que estrenaba la cuarta entrega de Pesadilla en Elm Street, Renny Harlim ofrecía esta cinta que mezcla a partes iguales el género carcelario con el terror sobrenatural.
Con una premisa argumental interesante y que se potencia en el primer tercio del film gracias a una fotografía que aprovecha los juegos de luces y sombras que brinda el espacio de la penitenciaria, la trama va decayendo conforme avanza la historia para finalizar en un espectáculo que prima el espectáculo al terror más oscuro. A esto hay que añadir la inclusión del personaje interpretado por Chelsea Field, que no aporta nada a la historia y cuyas secuencias solo sirven para redundar en lo evidente, pero que se incluye como único elemento femenino de un reparto con demasiada testosterona.
Todo ello no quiere decir que el título suponga una decepción, ya que a la citada estructura arquitectónica de la cárcel a través de la cual la cámara va moviéndose con total libertad, hay que añadir unos competentes efectos especiales que nos brindan muertes originales y sorprendentes y una buena dirección de las secuencias de acción, preludio de obras posteriores dirigidas por el Finlandés.
Lane Smith borda su papel de desquiciado y psicótico alcaide, logrando que primeros planos de su rostro sobrecojan gracias a su penetrante mirada. Junto a él un casi primerizo y aún por curtir interpretativamente Viggo Mortensen, quien encarna al héroe de la función y perfecta antítesis del personaje de Lane Smith.
Una entretenida y acertada cinta que con alguna modificación en su guión podría haberse convertido en pieza de culto ya que tiene suficiente base como para ello.
Escena: La elaborada muerte abrazada por el alambre de espino del agente Wallace.
Lo mejor: La prisión, espectacular escenario donde se desarrolla toda la acción.
Lo peor: Un final en exceso pirotécnico.
Curiosidad: El mismo Viggo Mortensen es el encargado de dar vida a Forsythe, el condenado ajusticiado en la silla eléctrica.
Valoración: 7/10
SINOPSIS
Charlie Forsythe es ejecutado en la silla eléctrica en la prisión de Creedmore. Veinticinco años más tarde la penitenciaria vuelve a abrir sus puertas, siendo nombrado alcaide de la misma el que fuera carcelero de Forsythe.
En el mismo año que estrenaba la cuarta entrega de Pesadilla en Elm Street, Renny Harlim ofrecía esta cinta que mezcla a partes iguales el género carcelario con el terror sobrenatural.
Con una premisa argumental interesante y que se potencia en el primer tercio del film gracias a una fotografía que aprovecha los juegos de luces y sombras que brinda el espacio de la penitenciaria, la trama va decayendo conforme avanza la historia para finalizar en un espectáculo que prima el espectáculo al terror más oscuro. A esto hay que añadir la inclusión del personaje interpretado por Chelsea Field, que no aporta nada a la historia y cuyas secuencias solo sirven para redundar en lo evidente, pero que se incluye como único elemento femenino de un reparto con demasiada testosterona.
Todo ello no quiere decir que el título suponga una decepción, ya que a la citada estructura arquitectónica de la cárcel a través de la cual la cámara va moviéndose con total libertad, hay que añadir unos competentes efectos especiales que nos brindan muertes originales y sorprendentes y una buena dirección de las secuencias de acción, preludio de obras posteriores dirigidas por el Finlandés.
Lane Smith borda su papel de desquiciado y psicótico alcaide, logrando que primeros planos de su rostro sobrecojan gracias a su penetrante mirada. Junto a él un casi primerizo y aún por curtir interpretativamente Viggo Mortensen, quien encarna al héroe de la función y perfecta antítesis del personaje de Lane Smith.
Una entretenida y acertada cinta que con alguna modificación en su guión podría haberse convertido en pieza de culto ya que tiene suficiente base como para ello.
Escena: La elaborada muerte abrazada por el alambre de espino del agente Wallace.
Lo mejor: La prisión, espectacular escenario donde se desarrolla toda la acción.
Lo peor: Un final en exceso pirotécnico.
Curiosidad: El mismo Viggo Mortensen es el encargado de dar vida a Forsythe, el condenado ajusticiado en la silla eléctrica.
Valoración: 7/10
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