“Que
comience la pesadilla en el paraíso”
DE QUE VA: Una
pareja de novios se traslada hasta un idílico lago en medio de un bosque dispuesta
a pasar un romántico fin de semana. En el lugar coinciden con un grupo de
gamberros con quienes tendrán un encontronazo que acabará por tornarse trágico.
QUIEN LA HACE: La
película está dirigida con una inusual pericia técnica para tratarse de su
debut como director por James Watkins, guionista de la segunda entrega de The
descent y director en 2012 de La mujer
de negro.
QUIEN SALE: Acertada
pareja protagonista a la que dan vida Kelly Reilly, vista en series como True
detective o Britannia y un Michael Fassbender que ya había aparecido en 300
pero todavía no se había consagrado como la estrella que es hoy en día con
películas como Malditos bastardos, X Men, Primera generación o Prometheus por
poner solo tres ejemplos de una fructífera y exitosa carrera. Citar asimismo al
villano de la función, un Jack O´Connell a quien veríamos en 300, El origen de
un imperio o Invencible.
QUE ME GUSTA: Logra
realmente que el espectador lo pase mal, y lo pase mal ya desde el mismo
momento en la que el director va preparando el caldo de cultivo de lo que
acabará siendo una horrible situación sin vuelta atrás. Unos protagonistas a
los que te crees y con los que empatizas en su sufrimiento. La maldita mala
suerte del dúo protagonista.
QUE NO ME GUSTA: Aunque
curiosamente el personaje de Brett resulta odiosamente acertado, hay momentos
en los que el exceso en la forma de interpretarlo pesa negativamente sobre
este. La escena de Steve irrumpiendo en una casa de forma tan absurda.
LA ESCENA: Ese
final con Jenny encerrada en el baño y siendo consciente de lo que está sucediendo
fuera, culmen de una pesadilla sin posibilidad de despertarse.
UNA CURIOSIDAD: Pese a
lo que pueda parecer por la juventud del grupo de acosadores de la película,
estos tienen en la mayoría de los casos una extensa trayectoria
cinematográfica a sus espaldas.